

El gobernador del Putumayo, Jhon Gabriel Molina, convocó con carácter de urgencia a toda la institucionalidad del sector salud del departamento para abordar la emergencia sanitaria por fiebre amarilla. La reunión contó con la presencia de la Procuraduría General de la República Putumayo, Emssanar EPS, alcaldes, gerentes de hospitales públicos (ESEs) y secretarías municipales de salud.
Durante el encuentro, el mandatario regional hizo un enérgico llamado a tomar el control de la situación, evidenciando la falta de un mayor compromiso interinstitucional y una coordinación efectiva en el territorio respecto a la vacunación. «No basta con cumplir parcialmente», sentenció Molina, enfatizando la necesidad de «acciones ofensivas, campañas, vacunación masiva, presencia en terreno y voluntad política».
El gobernador subrayó la gravedad de la situación, calificándola como una «emergencia de salud pública» que será enfrentada con «toda la fuerza del Estado». El llamado a la acción se extendió también a las más de 26.700 personas que aún no se han vacunado, recordando que la vacuna es el único medio eficaz para prevenir la muerte por contagio de fiebre amarilla.

Esta alerta se da en un contexto preocupante, ya que en 2024 se registraron cuatro fallecimientos por fiebre amarilla en el departamento, y en lo que va corrido de 2025, dos personas más han perdido la vida a causa de esta enfermedad. La urgencia de la situación demanda una respuesta contundente y coordinada para salvaguardar la salud de los putumayenses.
