

*Por: Alexander Africano
๐๐ฅ๐ฆ๐ฎ๐ข๐ด ๐ฅ๐ฆ ๐ญ๐ข ๐ค๐ฐ๐ฏ๐ฅ๐ฆ๐ฏ๐ข, ๐ฆ๐ญ ๐๐ถ๐ป๐จ๐ข๐ฅ๐ฐ ๐ฅ๐ฆ๐ฏ๐ฆ๐จ๐ฐฬ ๐ญ๐ข ๐ฑ๐ณ๐ช๐ด๐ช๐ฐฬ๐ฏ ๐ฅ๐ฐ๐ฎ๐ช๐ค๐ช๐ญ๐ช๐ข๐ณ๐ช๐ข, ๐ญ๐ข ๐ญ๐ช๐ฃ๐ฆ๐ณ๐ต๐ข๐ฅ ๐ค๐ฐ๐ฏ๐ฅ๐ช๐ค๐ช๐ฐ๐ฏ๐ข๐ญ ๐บ ๐ญ๐ข ๐ด๐ถ๐ด๐ฑ๐ฆ๐ฏ๐ด๐ช๐ฐฬ๐ฏ ๐ฅ๐ฆ ๐ญ๐ข ๐ฑ๐ฆ๐ฏ๐ข, ๐ด๐ฆ ๐ฐ๐ณ๐ฅ๐ฆ๐ฏ๐ฐฬ ๐ด๐ถ ๐ค๐ข๐ฑ๐ต๐ถ๐ณ๐ข ๐ช๐ฏ๐ฎ๐ฆ๐ฅ๐ช๐ข๐ต๐ข ๐บ ๐ญ๐ข ๐ค๐ฐ๐ฎ๐ฑ๐ถ๐ญ๐ด๐ข ๐ฅ๐ฆ ๐ค๐ฐ๐ฑ๐ช๐ข๐ด ๐ฑ๐ข๐ณ๐ข ๐ช๐ฏ๐ท๐ฆ๐ด๐ต๐ช๐จ๐ข๐ณ ๐ข๐ญ ๐ข๐ฃ๐ฐ๐จ๐ข๐ฅ๐ฐ ๐ฅ๐ฆ๐ง๐ฆ๐ฏ๐ด๐ฐ๐ณ ๐บ ๐ฐ๐ต๐ณ๐ข๐ด.
El pasado 21 de mayo de 2025 y luego de un tormentoso โviacrucis Judicialโ, el Juzgado Primero Penal del Circuito de Mocoa emitiรณ una ๐ช๐ฃ๐ ๐จ๐๐ฃ๐ฉ๐๐ฃ๐๐๐ ๐ฅ๐๐ฃ๐๐ก ๐๐ค๐ฃ๐๐๐ฃ๐๐ฉ๐ค๐ง๐๐ ๐๐ค๐ฃ๐ฉ๐ง๐ ๐ ๐ค๐๐ฃ ๐๐๐ช๐๐ง๐๐ค ๐๐๐ง๐๐ค ๐๐๐ง๐ซ๐ฬ๐๐ฏ, ๐ฅ๐ค๐ง ๐๐ก ๐๐๐ก๐๐ฉ๐ค ๐๐ ๐๐ค๐ข๐๐๐๐๐๐ค ๐๐๐ง๐๐ซ๐๐๐ค, ๐ฉ๐ง๐๐จ ๐๐ค๐ข๐ฅ๐ง๐ค๐๐๐ง ๐ฆ๐ช๐ ๐๐จ๐๐จ๐๐ฃ๐คฬ ๐ ๐๐คฬ๐ฃ๐๐๐ ๐๐๐ฉ๐ง๐๐๐๐ ๐๐ช๐๐ง๐ง๐ ๐พ๐๐๐๐๐๐จ en un acto atroz que combinรณ violencia fรญsica, control emocional y una expresiรณn brutal de dominaciรณn por razones de gรฉnero.
Este no fue solo un crimen. Fue el desenlace fatal de un ciclo de maltrato y subordinaciรณn que terminรณ con la vida de una mujer indefensa, sola, encerrada en un vehรญculo, golpeada, y luego ejecutada con un arma de fuego. No se tratรณ de un hecho aislado, sino de un asesinato con patrones de feminicidio estructural, asi da cuenta el fallo judicial.
๐๐ฎ๐ฌ๐ญ๐ข๐๐ข๐ ๐๐จ๐ง ๐ฉ๐๐ซ๐ฌ๐ฉ๐๐๐ญ๐ข๐ฏ๐ ๐๐ ๐ ๐ฬ๐ง๐๐ซ๐จ
A pesar de los obstรกculos y dilaciones procesales, el despacho judicial actuรณ con firmeza, aplicando la ley y la jurisprudencia nacional e internacional que ordena valorar los casos de violencia contra las mujeres con perspectiva de gรฉnero. No hubo testigos presenciales del crimen, pero hubo prueba suficiente: testimonios coherentes, indicios graves, contexto de violencia, y el uso de la inferencia lรณgica que permite reconstruir la verdad en medio del silencio impuesto por el miedo y la impunidad.
La sentencia reconociรณ que el gรฉnero de la vรญctima fue determinante en el crimen y que el acusado se aprovechรณ de su indefensiรณn, dos agravantes previstas en el artรญculo 104 del Cรณdigo Penal. Aunque los hechos ocurrieron antes de la tipificaciรณn del feminicidio (Ley 1761 de 2015), la decisiรณn judicial representa un precedente valioso para la justicia de gรฉnero en el sur del paรญs.
๐๐ ๐ฌ๐จ๐ฆ๐๐ซ๐ ๐๐ ๐ฅ๐ ๐ข๐ง๐ญ๐ข๐ฆ๐ข๐๐๐๐ข๐จฬ๐ง
Gravemente, el fallo tambiรฉn deja constancia de un hecho alarmante: el juez del caso recibiรณ hostigamientos y amenazas durante el curso del proceso. Comunicaciones anรณnimas pretendieron influir indebidamente en sus decisiones. En un paรญs donde la justicia se juega la vida cada dรญa, esta situaciรณn no puede pasarse por alto. ยฟQuiรฉnes quieren que crรญmenes como este queden impunes? ยฟQuรฉ redes de poder protegen a los agresores?
Amenazar a un juez es atentar contra todo el sistema de justicia. Si el Estado no actรบa, no solo se revictimiza a la familia de Mรณnica Patricia, sino que se lanza un mensaje peligroso: que el poder puede silenciar la verdad y frenar la justicia.
๐๐จ๐ฆ๐๐ง๐ญ๐จ ๐ฉ๐ซ๐จ๐๐๐ฌ๐๐ฅ: ๐๐ฎฬ๐ง ๐ก๐๐ฒ ๐๐๐ฆ๐ข๐ง๐จ
La sentencia es de primera instancia. El procesado tiene cinco dรญas para interponer recurso de apelaciรณn, y de hacerlo, el caso pasarรก al Tribunal Superior de Distrito Judicial de Mocoa. La segunda instancia serรก decisiva: allรญ se podrรก confirmar esta decisiรณn ejemplar o abrir la puerta a nuevas estrategias dilatorias, impunidad o presiรณn institucional. Por eso, es vital que la ciudadanรญa, los colectivos de mujeres y los defensores de derechos humanos permanezcamos vigilantes.
๐๐ฎ๐ฌ๐ญ๐ข๐๐ข๐ ๐ช๐ฎ๐ ๐ง๐จ ๐ซ๐๐ญ๐ซ๐จ๐๐๐๐
Putumayo ha sido tierra de impunidad para muchos crรญmenes. Pero este fallo demuestra que la justicia puede ser transformadora si se aplica con enfoque humano, con criterio, con perspectiva de gรฉnero y con la voluntad de no doblegarse. En una regiรณn donde la vida de las mujeres sigue estando en riesgo en lo privado y en lo pรบblico, una sentencia con enfoque de gรฉnero es mรกs que una condena: es una afirmaciรณn del derecho a existir.
El Estado debe ahora proteger al juez y su equipo, investigar las amenazas recibidas, y garantizar que la apelaciรณn, si se presenta, se tramite con absoluta independencia. No se puede permitir que los tentรกculos del miedo apaguen esta luz de justicia que se ha encendido en Mocoa.
Porque cuando se amenaza a la justicia, no solo se silencia a una vรญctima. Se pretende asesinar la verdad.
๐๐ ๐๐๐๐ข๐ฌ๐ข๐จฬ๐ง ๐ฃ๐ฎ๐๐ข๐๐ข๐๐ฅ: ๐๐ ๐๐งฬ๐จ๐ฌ ๐๐ ๐ฉ๐ซ๐ข๐ฌ๐ข๐จฬ๐ง ๐ฒ ๐ฌ๐ข๐ง ๐๐๐ง๐๐๐ข๐๐ข๐จ๐ฌ
En su parte resolutiva, el despacho judicial resolviรณ:
โCONDENAR a JOHN EDUARDO PARDO NARVรEZ a 432 meses (36 aรฑos) de prisiรณn como autor responsable del delito de homicidio agravado (โฆ), y a la pena accesoria de inhabilitaciรณn para ejercer derechos y funciones pรบblicas por igual tรฉrmino.โ
Ademรกs:
โข Se denegรณ la prisiรณn domiciliaria, la libertad condicional y la suspensiรณn de la pena.
โข Se ordenรณ su captura inmediata.
โข Se dispuso compulsa de copias para investigar el comportamiento machista y temerario del abogado defensor, quien habrรญa obstaculizado el proceso con maniobras dilatorias.
โข Se aclarรณ que una vez en firme la sentencia, procederรก el incidente de reparaciรณn integral a favor de las vรญctimas indirectas
๐๐ง๐ ๐ฌ๐๐ง๐ญ๐๐ง๐๐ข๐ ๐ฉ๐๐ซ๐ ๐ฅ๐ ๐ก๐ข๐ฌ๐ญ๐จ๐ซ๐ข๐
Esta sentencia no devolverรก la vida de Mรณnica Patricia, pero sรญ representa un acto de justicia y dignidad para ella, para sus hijas, y para todas las mujeres que han sido silenciadas por la violencia machista. Tambiรฉn demuestra que la justicia con enfoque de gรฉnero es posible, incluso en contextos adversos.
Pero no olvidemos el riesgo que enfrentan quienes se atreven a impartir justicia en estos escenarios: amenazar a un juez por condenar un feminicidio es, simbรณlicamente, disparar tambiรฉn contra la democracia.
๐๐ค๐ง ๐๐จ๐ค, ๐๐จ๐ฉ๐ ๐ฃ๐ค ๐๐จ ๐จ๐ค๐ก๐ค ๐ช๐ฃ๐ ๐จ๐๐ฃ๐ฉ๐๐ฃ๐๐๐. ๐๐จ ๐ช๐ฃ๐ ๐ง๐๐จ๐๐จ๐ฉ๐๐ฃ๐๐๐.
*Consejero de Paz – Afiliado al CNP Putumayo
