

CICR – El incremento de las consecuencias humanitarias de los conflictos armados y la violencia en el departamento de Putumayo acentuó la crisis humanitaria que enfrenta la región. Durante 2024, el confinamiento creció en un 300%, con 6.062 personas afectadas en comparación con 1.518 en 2023, según datos de la UARIV. Las comunidades ribereñas fueron las más impactadas debido a las restricciones de movilidad, lo que limitó su acceso a alimentos, servicios de salud y comunicación.
En cuanto al desplazamiento, el número de personas afectadas por desplazamiento masivo fue de 763 en 2024, de acuerdo con cifras de la UARIV. Además, se registraron 3.561 personas afectadas por desplazamiento individual durante el mismo año.
La desaparición de personas y las afectaciones por artefactos explosivos continuaron siendo una realidad injustificable. En 2024, se documentaron 8 casos de desaparición y 11 personas heridas o fallecidas por artefactos explosivos en Putumayo.
“Nos preocupa que la población civil siga siendo la más afectada por las graves consecuencias humanitarias de los conflictos armados. Las cifras reflejan el deterioro de la situación, pero por preocupantes que sean, no alcanzan a evidenciar todo el sufrimiento que viven las comunidades más apartadas. Seguiremos recordando a todas las partes la importancia de respetar el derecho internacional humanitario e insistiendo ante las autoridades competentes en su responsabilidad de garantizar asistencia a las víctimas”, indicó Mathieu Baillargeon, jefe de Oficina del CICR en Putumayo.
Respuesta humanitaria

Ante este panorama, el CICR intensificó sus esfuerzos en la prevención de los riesgos de los conflictos y en el fortalecimiento de las capacidades de resiliencia de las comunidades afectadas. En Puerto Guzmán y Puerto Leguízamo 461 personas cuentan con mejores entornos protectores luego de la construcción y el fortalecimiento que realizamos a las infraestructuras comunitarias. Así mismo, 4.335 personas confinadas residentes sobre el río Caquetá reforzaron su seguridad alimentaria. Logramos la recuperación de dos cuerpos de personas fallecidas que fueron entregados a las autoridades para su identificación.
El CICR reafirma su compromiso de continuar acompañando a las comunidades del suroriente del país que enfrentan las graves consecuencias humanitarias de los conflictos armados, en especial en zonas rurales donde la ayuda es limitada y la protección resulta más urgente.
