Si ve un ave, tómele una foto, así podría ayudar a su conservación

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Daptrius chimachima / Sebastian Herzog. Foto: Sebastian Herzog.

ElEspectador – Cerca del 20 % de las especies de aves del mundo están en Colombia. Si bien es un privilegio, también implica un reto para protegerlas, en el que una fotografía podría ayudar. Por esto, Audubon lanzó su afamado concurso en el país, para promover las imágenes que hagan visible la realidad de las aves.

Con casi 2.000 especies registradas en su territorio nacional, Colombia es uno de los países con mayor diversidad de aves en el mundo. Se estima que un 20 % de las aves que se han identificado viven o visitan frecuentemente nuestro país. Si bien esto es un motivo de orgullo, también implica un gran reto para asegurar su conservación y avanzar en los esfuerzos para documentar tanto el estado de estas especies, como los beneficios que traen para la biodiversidad y las regiones donde habitan.

Algunas de las amenazas que enfrentan estos grupos son especialmente por los cambios en el uso del suelo y el tráfico de fauna. Por mencionar un ejemplo, se estima que por cada loro o guacamaya que es comercializada, solo en el proceso de captura y transporte pueden morir entre 30 y 40 individuos.

Pero además de esto hay otros retos. La investigadora María Ángela Echeverry-Galvis, miembro delComité Colombiano de Registros Ornitológicos(CCRO) y docente de la Facultad de Estudios Rurales de la Universidad Javeriana, menciona uno en especial. “Son miles de especies las que visitan o viven en nuestro país, por lo que para un grupo de 50 ornitólogos (en el caso del Comité) es casi imposible conseguir a detalle información de cada uno de estos casos”, señala.


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Por fortuna, frente a los retos de monitoreo, en el país, hace al menos 35 años, existe una gran cultura en torno a la observación y fotografía de aves “que nos ayuda a recopilar evidencias de la presencia de estos animales y cuál es su comportamiento. De esta manera se puede mejorar el conocimiento que tenemos para protegerlas”, agrega Echeverry- Galvis.

En la última actualización del listado de aves en Colombia en 2024, por ejemplo, una de las dos nuevas especies agregadas fue el frailecillo silbador (Charadrius melodus), cuya presencia fue confirmada por una serie de fotografías tomadas por un grupo de observadores ciudadanos en las playas de la península de La Guajira.

Este es solo un ejemplo de las historias que se repiten en todo el país, en las que ciudadanos e investigadores salen al campo, disparan ráfagas con sus obturadores y comparten sobre la realidad de las aves que llegan a las copas de los árboles en las ciudades, que se posan en las ventanas de las casas rurales o que vuelan de paso en sus hábitats naturales. De esta manera, completan el rompecabezas de lo que se sabe de estas especies.

Sin embargo, los esfuerzos para documentar la naturaleza con el fin de conservarla no son nuevos. Uno de los trabajos de este tipo los realizóJohn James Audubon, considerado como uno de los ornitólogos pioneros del continente americano, quien en 1803 realizó un viaje por Estados Unidos con el objetivo de pintar y describir todas las aves de este país. Sus esfuerzos fueron publicados años más tarde en un compendio que contenía 1.055 representaciones en tamaño real de estas especies. De estos, aún existen 120 ejemplares que maravillan sobre los tesoros naturales del mundo de ese momento.


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Desde entonces, la representación de la naturaleza ha evolucionado y ha dejado de ser un esfuerzo titánico para masificarse, al punto de ser una posibilidad para cualquier persona que cuenta con una cámara o un dispositivo móvil. Lo cierto es que esta actividad y pasatiempo para algunos expertos viene, además, con un elemento agregado.

Nyctibius grandis / Sebastian Herzog.
Nyctibius grandis / Sebastian Herzog. Foto: SEBASTIAN HERZOG

“Detrás de estos procesos ocurre algo poderosísimo, y tiene que ver con que solo se conserva lo que se conoce. Cuando las personas se dedican a tomar fotos de aves tienen que conocer más que su nombre, porque la fotografía pide más que eso. Te hace preguntarte qué hace este pájaro aquí, cómo sobrevive, qué come, entre otros cuestionamientos que cambian la percepción que tenemos de nuestro entorno”, argumenta Galvis, del Comité Colombiano de Registros Ornitológicos.

Además de esto, la fotografía de aves se ha convertido en una poderosa herramienta para mostrar los cambios que están ocurriendo en el planeta debido al cambio climático y la transformación de los paisajes.

“Este formato permite a los observadores conectarse a un nivel más emocional y puede ayudar a cultivar un compromiso más profundo con la naturaleza. Ayuda al público a visualizar un problema de una manera que trasciende las palabras y es mucho más impactante”, reflexionaSabine Meyer, directora de fotografía de la National Audubon Society, una ONG que lleva el nombre del ornitólogo pionero en el continente y que participa en proyectos que mejoran la protección de hábitats, combaten los efectos del cambio climático y apoyan prácticas sostenibles que benefician tanto a las aves como a las comunidades.

Más fotografía, más conservación

Para incentivar la fotografía y videografía de aves y sus ecosistemas, los Premios de fotografía Audubon, que ya cuenta con 16 ediciones que se realizaban en otros países, se expandieron a Colombia y Chile con el objetivo de recompensar las mejores imágenes de estas especies en estos países. Las fotos y videos ganadores serán exhibidos en la revista Audubon y en sus plataformas digitales, con lo que ofrece llegar a audiencias globales.

“Al convocar a fotógrafos de Colombia y Chile a presentar fotos y videos, los Premios Audubon los anima a documentar la riqueza de la vida de sus respectivos países, pero también a través de las fronteras cuando estas aves migran”, argumenta Meyer, directora de fotografía de la ONG. “Centrarse en las aves también obliga a enfocarse en los hábitats que desafían o ayudan a las aves a prosperar. Además, crear conciencia con espectaculares fotos de aves puede incitar a los espectadores a aprender más, a participar y a ayudar en los proyectos de conservación, que benefician a las aves y a las comunidades locales”.

La convocatoria ofrece premios que van desde 1.500 a 5.000 dólares. Estos serán entregados en nueve categorías, dos por división de edad y seis sobre las siguientes temáticas: ‘Aves en los paisajes de Colombia’, ‘Plantas para las aves de Colombia’, ‘Conservación’ (que busca retratar problemas para la protección de ecosistemas), ‘Aves en los paisajes de Chile’, ‘Aves costeras de Chile’ y ‘Aves sin fronteras’.

Tyto furcata / Sebastian Herzog.
Tyto furcata / Sebastian Herzog. Foto: SEBASTIAN HERZOG

Esta última categoría, que busca imágenes que representen a aves que migran lo suficientemente lejos como para cruzar fronteras internacionales. Esto hace parte de los esfuerzos de Audubon para lograr una “conservación hemisférica de las aves en el continente”. Un ejemplo de esto es AFI, una alianza entre Audubon, BirdLife International y CAF (banco de desarrollo de América Latina y el Caribe) que busca mapear, a lo largo de las rutas migratorias, aquellas zonas con potencial para protección de este tipo de aves y para la lucha contra el cambio climático.

“Las aves realizan viajes hemisféricos a través de las fronteras, desde Canadá hasta América Latina y el Caribe, o desde el Cono Sur hacia el norte del continente, como la fardela (Ardenna creatopus), por lo que la ampliación de los Premios de fotografía Audubon a Chile y Colombia es un paso fundamental para hacer un seguimiento a estas aves, tanto a las especies migratorias como a las endémicas, fotografiadas en su glorioso plumaje y en diversos hábitats conectados que necesitan ser protegidos”, explica Meyer, de Audubon.

Uno de los encargados de seleccionar las imágenes será Fredy Gómez, un fotógrafo de naturaleza con más de 20 años de experiencia y que ha trabajado en varios proyectos que retratan la biodiversidad de aves en el país.

“En la selección de las fotografías ganadoras se tiene en cuenta muchos factores, como el estético, la realización de la fotografía, pero algo en especial que buscamos es que retrate el comportamiento del ave”, detalla Gómez. “Se destacarán fotografías que cuenten la historia de una especie, que retraten encuentros fugaces o comportamiento fascinantes de las aves”.

En este punto vale preguntarse si es necesario invertir en una cámara profesional y en otros equipos para poder competir en el concurso. Para Gómez, uno de los jurados de los premios, “hace 15 años habría sido prácticamente imposible y costaría mucho dinero, pero hoy en día existen cámaras y teleobjetivos asequibles. Además de esto, existen herramientas con telescopios que podemos adaptar a nuestros celulares para documentar las aves que hay en nuestro entorno”.

Otro de los objetivos principales del concurso es lograr una fotografía ética. Por esta razón, no permitirán fotografías en las que se utilicen cebos, acosen a las aves o a especies anidando, imágenes tomadas con drones, entre otros. Con estos parámetros se espera enriquecer la narrativa visual que atienda la conservación de las aves.

“Los participantes deben tener mucha atención de evitar tomar fotos de aves que estén criando a sus polluelos para no estresarlas. Ese es parte del reto: lograr buenas fotografías sin llegar a afectar a las especies”, explica Gómez, jurado del concurso.

Los Premios de fotografía Audubon estarán abiertos para recibir fotografías y videos hasta el 5 de marzo de 2025, a las 12 del mediodía en Colombia y 2 de la tarde en Chile. Si desea obtener más información, puede escanear el código a través de este enlace.

*Este texto fue realizado en alianza con la Audubon.


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