La tercera versión del Festival por el Agua, la Montaña y la Vida se celebrará del 4 al 6 de octubre del 2024 en Mocoa, Putumayo. Esta fiesta organizada por el colectivo Guardianes de la Andinoamazonía, contará con la participación de experiencias de educación, cuidado y defensa territorial que buscan concientizar y movilizar a la ciudadanía en el cuidado de su patrimonio ecológico y el tejido social.
El festival tiene como objetivo principal visibilizar la importancia del cuidado del piedemonte amazónico como corredor biológico y punto clave de interconectividad hídrica entre los andes y la Amazonía. Así como sensibilizar y promocionar la construcción de una cultura de paz con la naturaleza a través de la música, el teatro, la danza y la palabra sobre el cuidado del territorio frente al extractivismo, la contaminación de sus aguas y el ordenamiento territorial. Durante el evento se realizarán actividades culturales y artísticas, intercambio de experiencias, conversatorios y recorridos territoriales que permitan a los participantes y visitantes conocer, de la voz de las comunidades, las realidades, apuestas y sueños que viven los territorios.
El jaguar (Phantera onca) como guardián de la selva y el gallito de roca (Rupicola peruvianus) como protector del agua, son los animales invitados en esta versión. Contaremos con experiencias sobre su cuidado y monitoreo para inspirar a los habitantes del territorio a ser guardianes de su biodiversidad. Esta y otras experiencias estarán en el evento para concientizar que es posible vivir en paz con la naturaleza.
«Queremos que como habitantes de este territorio seamos los primeros en conocer la riqueza biocultural de este territorio y a partir de este reconocimiento entrar en un proceso más fuerte de cuidado y protección de este que es nuestro paraíso” Reafirma Lucia Barbosa, integrante de Guardianes de la Andinoamazonía.
Invitamos a toda la ciudadanía, medios de comunicación y autoridades a sumarse al Festival por el Agua, la Montaña y la Vida, un espacio para alzar la voz por la protección de nuestros territorios y un recordatorio de la urgencia de escuchar los llamados que la tierra nos hace en medio de la crisis climática, los incendios y las sequías.