WWF – Esta canción, creada en colaboración con ‘La Muchacha’, es una expresión de la lucha y la resistencia de las Guardianas del Agua por la protección de los derechos de sus comunidades.
La defensa del territorio, por parte de un grupo de valientes mujeres Guardianas del Agua y protectoras de los derechos humanos de las comunidades gracias al Acuerdo de Escazú, despertó la creatividad de ellas y hoy ven la luz algunos cuentos, dibujos, poesía y hasta una canción: «Iaku».
Esta canción nace de una composición de la Guardiana del Agua, Dolores Sigindoy, del Cabildo Inga de Santiago, Putumayo. ‘Iaku’ se convirtió en un grito a una voz de las mujeres que vienen tejiendo desde la palabra y desde las acciones de defensa y conservación del territorio. Esta obra es una expresión de la lucha y la resistencia de las Guardianas del Agua, quienes se han dedicado a la protección de los recursos naturales y los derechos de sus comunidades.
¿De dónde nace la canción?
Dolores, conocida cariñosamente como «Mamita Lola», retomó en el encuentro con las guardianas, un verso que hace tiempo entonaba con Francisca Cruz Jacanamijoy, también sabedora del Alto Putumayo de la comunidad Inga:
«Iaku (agua), Iaku (agua), ¿pa´dónde te vas?
Yo voy corriendo hacia el mar. Iaku (agua),
Iaku (agua), ¿por qué no regresas?
Regresar no puedo nunca jamás.»
A partir de allí, se enfatizó la importancia de sembrar árboles, enseñar a los niños el cuidado del entorno y preservar las chagras para asegurar el suministro de alimentos y medicina.
Como parte del proceso, se decidió vincular a alguien que pudiera conectar con el sentir de «Mamita Lola» y de las guardianas para elevar esta voz. La invitada fue ‘La Muchacha’, Isabel Ramírez. Dolores e Isabel se encontraron por primera vez en un espacio de reconciliación de las mujeres con el agua, en una maloca en Mocoa, Putumayo, en donde conversaron, bailaron y compartieron el trabajo que las guardianas realizan a lo largo de este departamento.
Lola cantó su canción y en un espacio más íntimo, ambas cantautoras le dieron sonido y ritmo en español a la canción que inicialmente fue compuesta en lengua Inga. De este espacio también surgió una estrofa muy significativa para estas mujeres de la Alianza Tejedoras de Vida, quienes diariamente exponen sus vidas por defender el territorio. En esa estrofa se canta la nostalgia, el amor y el compromiso.
Para Isabel, esta co-creación ha sido un espacio para recordar que venimos de un territorio rico, que tiene una gran carga ancestral y una memoria potente con el relevo generacional, no solo de distintas edades sino con el canto. “Un canto que lleva trabajándose y gestándose desde el inicio de los tiempos”, dice ella.
De acuerdo con ‘La Muchacha’, acompañar a Mamita en su proceso creativo ha sido un aprendizaje de soltar cualquier mecanismo de control para crear, sino simplemente acompañar y hacerlo con amor. “Es una fortuna poder compartir con ella y recibir su poder sanador y será una canción que se quede en nuestra historia para siempre”.
Y así también lo ha recalcado Lola y Francisca. Esta canción es un legado para sus hijos y nietos, para los estudiantes, es una forma de transmitir conocimiento ancestral, de invitar a las nuevas generaciones a participar en el cuidado del entorno y a la siembra y cosecha.
Es claro que el futuro de la Amazonia está en peligro, pero con el compromiso y la determinación de estas mujeres, hay esperanza. Escazú es más que un tratado: es la promesa de un futuro más sostenible y equitativo para todos. Las mujeres son las guardianas de todo el planeta; ellas, en defensa de la naturaleza, levantan su voz a través de esta canción.
La alianza con las Mujeres Tejedoras de Vida del Putumayo
WWF, comprometida con la promoción de una gobernanza más inclusiva y transparente para la conservación de áreas estratégicas como la Amazonia, reconoce el rol fundamental de las mujeres en la conservación y defensa de los derechos ambientales.
En este contexto, se ha establecido una alianza con las Mujeres Tejedoras de Vida del Putumayo, una organización reconocida en el territorio por su amplia experiencia en la implementación de proyectos ambientales con enfoque de género. Desde hace más de tres años, WWF Colombia forma parte de la Alianza por el Acuerdo de Escazú en Colombia, apoyando su ratificación y fortaleciendo los procesos necesarios para una implementación efectiva del Acuerdo, garantizando así los derechos de los defensores y defensoras ambientales.
Desde su creación en 2017, tras la tragedia de la Avenida Fluvio Torrencial de Mocoa que reveló la vulnerabilidad de las mujeres ante el cambio climático y su seguridad en la defensa ambiental, la red ‘Guardianas del Agua’ ha reunido a más de 100 mujeres para proteger a las lideresas que defienden el agua y la Amazonía en Putumayo.
Impulsada por la Alianza Tejedoras de Vida, esta iniciativa resalta la importancia de un enfoque de género en la defensa ambiental. Las Guardianas del Agua luchan contra las economías ilegales, como los cultivos de coca, y los proyectos minero-energéticos, además de proteger las fuentes hídricas de la deforestación y promover una agenda ambiental con enfoque de género en los 13 municipios del Putumayo.
El lanzamiento de ‘Iaku’, la primera canción de las Guardianas del Agua, se llevó a cabo el 6 de agosto de 2024 en el Cabildo Inga, en el municipio de Santiago, Putumayo. Esta iniciativa representó una poderosa herramienta para la reconciliación y la defensa del territorio, y un llamado a la acción para la protección de la Amazonia y sus comunidades.