Procuraduría pidió condenar al general (r) Yuber Armando Aranguren por acoso sexual

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ProcuraduríaPara el órgano de control se demostró que el investigado se valió de su cargo para acosar a una oficial de manera habitual, mediante expresiones soeces de flagrante connotación sexual. 

(@PGN_COL). La Procuraduría General de la Nación pidió a la Corte Suprema de Justicia condenar al brigadier general (r) del Ejército, Yuber Armando Aranguren Rodríguez, por los delitos de acoso sexual e injuria, cometidos en contra de una subteniente de la institución cuando se desempeñaba como comandante de la Brigada 27, con sede en Mocoa, Putumayo.     

Al presentar su concepto ante los magistrados de la Sala Especial de Primera Instancia, el Procurador Segundo delegado para la Investigación y Juzgamiento Penal, en desarrollo de su función de intervención, señaló que en el proceso quedó plenamente acreditado que el entonces brigadier general se valió de su cargo para acosar a la oficial de manera habitual y permanente, mediante expresiones soeces y comentarios tanto públicos como privados de flagrante connotación sexual que no eran consentidos por ella.     

Para el delegado, las conductas cometidas por el investigado “perpetúan la discriminación y la violencia contra las mujeres, razón por la cual resulta crucial abordar estos temas desde los cimientos de nuestra sociedad”.       


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Agregó que el procesado obró dolosamente pues conocía las directivas y protocolos de la Oficina de Género de la institución militar, así como los actos que constituían conductas denigrantes contra la mujer, y no obstante lo anterior “dirigió su voluntad al asedio con fines sexuales contra la oficial sin tener en cuenta la incomodidad y no consentimiento por parte de esta”.

Comentarios injuriosos

Sobre el delito de injuria, el Procurador indicó que el entonces brigadier general realizó comentarios inapropiados sobre la relación sentimental que sostenía la subteniente con otro oficial del Ejército, al señalar que solo lo hacía por un interés económico ‘para administrarle el sueldo’, agravio que fue repetitivo y afectó su honra al producirse en frente de otras personas. 

Al manifestar esos comentarios, “no solo estaba consciente del carácter deshonroso de sus declaraciones y gestos hacia la víctima, sino que además actuó deliberadamente para menoscabar su honor e integridad moral”, puntualizó el procurador delegado al concluir su intervención.


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