Agronegocios – Para obtener los resultados, se utilizó una metodología de secuenciación para obtener la información genética de las plantas
Pese a que los usos del pronto alivio y anamú se han restringido a saberes ancestrales para aliviar el dolor, disminuir la inflamación o fortalecer el sistema inmunológico, una investigación de la Universidad Nacional de Colombia, Unal, encontró, tras el estudio de su diversidad genética, un alto potencial para usarse en terapias alternativas al cáncer.
La investigación, liderada por la bióloga Lina María Tarazona Pulido, en su trabajo para la Maestría en Ciencias Biológicas, asoció los genes de ambas plantas con los beneficios terapéuticos y medicinales que se le adjudican.
Para el estudio, tomó muestras de anamú en Cundinamarca, Tolima, Boyacá y Valle del Cauca, y de pronto alivio en Tolima, Putumayo y Valle del Cauca, ambas de la mano del Banco de Germoplasma de Plantas Medicinales del Centro de Experimentación de la Unal, sede Palmira.
La exploración estuvo de la mano de las profesoras investigadoras Diana López y Paula Rugeles, de la Unal sede Palmira, como parte del proyecto “Generación de alternativas terapéuticas en cáncer a partir de plantas mediante procesos de investigación y desarrollo traslacional, articulados en sistemas de valor sostenibles”
De acuerdo con el portal de noticias de la Unal, en el caso del pronto alivio, los resultados muestran que las diferencias genéticas se encuentran en grupos de plantas de la misma área, lo que traduce en que se mezclan entre sí; mientras que, en el caso del anamú, la diversidad genética es más notable entre grupos de plantas de diferentes áreas.
“Al explorar la diversidad genética de estas plantas medicinales se valida su uso ancestral y se pueden asociar sus genes con sus beneficios terapéuticos. Esta aproximación no solo contribuye a conservar la biodiversidad, sino que también puede impulsar su cultivo y producción, mejorar la calidad de los compuestos medicinales y abrir la puerta a nuevas terapias alternativas para el cáncer”, resaltó la investigadora en el portal de la universidad.
Para obtener esos resultados, Tarazona utilizó una metodología de secuenciación de nueva generación basada en la secuenciación asociada con sitios de restricción que, según la Unal, le permitió explorar gran parte del conjunto de información genética de las plantas.
Sin la necesidad de secuenciar el genoma completa, a través de esa técnica, el ADN se fragmenta, permitiendo etiquetar y entender de manera más precisa la información genética que ofrecen ambas plantas.
“Esta técnica es innovadora para buscar sitios de restricción en áreas del material genético en donde se encuentran diferencias genéticas conocidas como SNP, o polimorfismos de un solo nucleótido, pequeños cambios en la secuencia del ADN que pueden tener un gran impacto en las características genéticas de una especie”, concluyó la investigadora.