ElColombiano – Personas que vivieron la violencia en esa parte del país contaron las historias de cómo se han transformado tras años de violencia.
“Quedó solito el pueblo”, “todo sabía a sangre”, “ahí los mataron y los tiraron al río”. Estas son algunas de las frases que acompañan los rostros de 10 mujeres que sobrevivieron a la masacre de El Tigre, en el Valle del Guamuez, Putumayo, que dejó 29 muertos. La exposición de las fotografías hace parte del evento Putumayo: lugar de reconciliación y esperanza, organizado por Unión Europea a través del Fondo Europeo para la Paz en el Museo Casa de la Memoria de Medellín, con el cual se busca mostrar una cara distinta de este departamento del sur del país.
María Iraizoz, representante de este fondo, manifestó que por medio de cuatro estrategias se busca cumplir con este cometido, para que en las ciudades principales de Colombia no se mire al Putumayo como una zona selvática y llena de grupos armados, sino como comunidades que son capaces de superar las adversidades que dejó la guerra.
“Queremos cambiar una narrativa tan negativa que se tiene de esta zona tan maravillosa. Entonces pensamos en la Unión Europea que no tiene sentido trabajar solamente en el departamento, sino que hay que trabajar también en el resto del país para tratar de cambiar los imaginarios, porque la gente habla de Putumayo e inmediatamente se refiere a esa época sanguinaria y a un lugar lejano lleno de grupos criminales”, expresó Iraizoz, quien llegó desde España a Putumayo en 2018.
Una de las historias presentadas en esta exposición es la de María Rubi Tejada, una docente que vivió en carne propia la masacre y quien si bien no vio morir a sus familiares, sí tuvo que llorar por quienes eran sus amigos, vecinos y estudiantes luego de aquella noche del 9 de enero de 1999.
“Estamos aquí para decirle a los que cometieron ese daño que por qué lo hicieron y a expresarles que los perdonamos con mucho amor y con mucha fortaleza”, relató esta mujer, que prefiere hablar de reconciliación y no contar con morbo los momentos macabros vividos, haciéndolo al lado de la imagen que la representa con la frase: “También tomaron nuestros cuerpos”.
Resiliencia con fútbol
Una de las muestras más visibles del Putumayo para mostrar en este encuentro es el equipo de fútbol femenino de la JAC Las Vegas, de Valle de Guamuez, que participará por primera vez en la Copa Mundial de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que se realizará en la Plaza de la Libertad mañana.
La capitana de este equipo, Leidy Cuarán, participará por primera vez en un torneo que sale de las fronteras del Putumayo y tiene el sueño de llevarse el trofeo para la zona donde por años solo vio cruzar balas y hoy día los únicos disparos que ve son los suyos y los de sus compañeras.
“Cuando se pone a jugar el fútbol, uno lo que hace es distraerse, como tratar de olvidar, porque digamos que uno no olvida del todo, hay cosas que recuerdo y que aún duelen”, explicó Cuarán, quien juega fútbol desde los 15 años.
Además de las actividades mencionadas, durante la jornada de ayer se presentaron la Batucada Juvenil de la Alianza Tejedoras de Vida, un grupo de tambores que dentro de su labor social se enfoca en el empoderamiento económico y prevención de violencias de género.
También se hizo la exposición Bosquesinas Campesinas, una experiencia de víctimas y excombatientes para el cuidado de la selva del Putumayo.
Todos estos eventos durarán hasta este fin de semana, para que todos los interesados se acerquen y conozcan la otra cara del Putumayo, la de la transformación y la resiliencia, y no únicamente con la que se encuentra en un lugar olvidado por el estado..