Esta es la historia de la Capitán Lizeth Gutiérrez, esposa y madre, oriunda de la tierra del joropo y de los imponentes atardeceres, quien se desempeña como jefe del grupo de talento humano del departamento de Policía Putumayo, que con vocación de servicio ama a su institución, pero además tiene un amor incondicional por los animales que viven en la calle en situación de abandono.
Desde que llego a laborar al departamento del Putumayo, siempre se ha preocupado por los perros de la calle, ella con su grupo de trabajo, instalaron de forma improvisada y ecológica, un punto de alimento en la parte externa de las instalaciones policiales, para estos animalitos que a diario pasan por los alrededores de la institución y se detienen a comer sin ninguna restricción.
Al ingreso de las instalaciones permanece una alcancía, donde los uniformados se cercan de manera constante hacer sus donativos de forma voluntaria, dinero que es empleado para comprar el alimento y pagar algunos tratamientos veterinarios.
Todas las tardes se acerca a la tienda de doña Julia, junto con Morolo, Guardián, Max, El Eléctrico, Roko y el Niño, para brindarles un pequeño compartir.Lizeth junto a su esposo, quienes, durante tiempo de servicio en el departamento, han generado una cultura de amor y respeto por todos los animales, especialmente por los perros de la calle.
“Los animales no son ningún tipo de objetos, son seres llenos de vida, a quienes debemos brindarles cariño, respeto y sobre todo mucho amor”.