“Queremos que tengan en cuenta el aporte que le hacemos a la naturaleza”

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ElEspectador – Julio César López Jamioy, presidente de la OPIAC, dice que es clave que las autoridades, al tomar decisiones, consideren el conocimiento de las comunidades indígenas amazónicas, que han ayudado a conservar la biodiversidad de este bioma, y que, además, defiendan sus derechos individuales y colectivos.

El trabajo que por siglos han adelantado las comunidades indígenas ha sido vital para mantener en pie el 95 % de los bosques de la zona oriental de la Amazonia colombiana. Pero, a pesar de los esfuerzos, las amenazas que afronta este bioma son enormes.

El 18 % de los bosques amazónicos han sido transformados para otros usos y otro 17 % está altamente degradado. Estos factores están provocando un punto de no retorno, que consiste en la pérdida de humedad provocada por el cambio climático y la deforestación. Esto ocasiona un secamiento progresivo de la Amazonia en amplia escala, transformándola de un bosque húmedo tropical hacia un bosque seco o una sabana degradada. 

Llegar al punto de no retorno afectaría directamente los medios de vida de los 47 millones de personas que viven en este bioma, algunas de las cuales pertenecen a los más de 500 pueblos indígenas amazónicos, así como el 10 % de la biodiversidad del planeta y agravaría la crisis climática y de pérdida de biodiversidad global. Por eso, es clave tener en cuenta el conocimiento de los pueblos indígenas y defender sus derechos al hablar del Amazonas.


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Desde hace 27 años, la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonia Colombiana (OPIAC), que representa a 64 de los 115 pueblos indígenas que hay en el país, se ha encargado de esa tarea.

Su voz ha hecho eco a escala nacional en los espacios de concertación, como la Comisión Nacional de Territorios Indígenas y en los seis departamentos de la región amazónica (Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare, Putumayo y Vaupés).

Su trabajo, al igual que la Amazonia, trasciende las fronteras de Suramérica. Hacen parte de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), organización que reúne las voces de los pueblos indígenas de los nueve países que conforman la Amazonia y que, al igual que la OPIAC, buscan defender los derechos de las comunidades.

Hablamos con Julio César López Jamioy, líder indígena del Putumayo y presidente de la OPIAC, sobre las dificultades de la Amazonia colombiana, las peticiones de las comunidades y las sensaciones que les dejan los acuerdos de la Conferencia sobre el Cambio Climático (COP27), que se llevó a cabo del 6 al 18 de noviembre en Egipto, y la Conferencia sobre Biodiversidad (COP15), que finalizó esta semana en Montreal (Canadá).


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¿Por qué es importante tener en cuenta el conocimiento de las comunidades indígenas al tomar decisiones para conservar la Amazonia?

Nosotros hemos dicho que los pueblos indígenas tenemos una historia de miles de años. Los sistemas de conocimiento de los pueblos amazónicos han permitido lograr ese equilibrio entre el hombre y la naturaleza.

Para nosotros, el principal motor de deforestación en la Amazonia colombiana tiene que ver con la imposición de un sistema de conocimiento diferente al sistema de conocimiento de los pueblos indígenas, porque el de afuera dice que el hombre es el dueño de la naturaleza, y todas sus acciones están encaminadas a apropiarse de ella. Nosotros, al contrario, pensamos que somos uno más de la naturaleza y que debemos respetarla para poder vivir. Por ejemplo, mientras el sistema de conocimiento de afuera índica en temas económicos que hay explotar los recursos naturales, nuestro sistema nos da las pautas para mantener la naturaleza, porque es ella la que nos da los alimentos, frutos y animales.

¿Qué riesgos enfrentaría la Amazonia colombiana si no se considera el sistema de conocimiento de los pueblos indígenas que la habitan?

Hay que tener en cuenta que no es solamente preservar y conservar, sino todo un sistema de conocimiento sólido, firme, sofisticado y complejo, que a través de los años hemos logrado consolidar para que la selva amazónica pueda mantenerse. Este sistema es efectivo, no solamente en términos de conservar y preservar para el tema del cambio climático, sino que forma parte de nuestra planeación a largo plazo, para que nuestras generaciones, y en general la humanidad, puedan seguir disfrutando de lo que produce la selva amazónica. Si esta región no se trata mediante estrategias políticas integrales, difícilmente se va a poder hablar de temas muy puntuales como la conservación.

¿Qué retos afronta esta región?

Son varios. Lo primero tiene que ver con la economía del país. Por un lado, la transición energética, y también la economía de la explotación de recursos para el combustible. Sabemos que la Amazonia le aporta al país biodiversidad, pero esa biodiversidad no viene de la población humana, sino de los animales, las plantas y del agua. Se les olvida, a la hora de planear ese tipo de actividades, que para que la naturaleza se mantenga así es necesario concertar y dialogar con los pueblos indígenas.

Por ejemplo, para el caso del Putumayo, están revisando como se puede explotar el cobre, en el tema de transición energética, pero no se están teniendo en cuenta los diálogos con los pueblos que habitamos acá para esas nuevas apuestas. Ahora también hablan de una economía donde los empresarios, apoyados por ONG ambientalistas, dicen que hay una especie de pacto donde esta actividad captura más carbón que los mismos árboles de la Amazonia. Son grandes expansiones de producción de ganado, y seguramente con estas posturas va a intensificarse la ganadería en esta región. 

¿Qué llamado les han hecho a los actores encargados de tomar las decisiones sobre la Amazonia?

Hemos enviado mensajes al Gobierno Nacional, a los legisladores, empresarios, incluso a gobiernos y empresarios internacionales: es necesario reconocer que los pueblos indígenas tienen un sistema de conocimiento propio que, a través de los años, se ha ido perfeccionando. Por esto, quienes toman las decisiones deben empezar a tener un diálogo directo con nuestras estructuras de gobierno local, departamental y nacional, como es el caso de la OPIAC. Es necesario que nos escuchen de primera mano y no a través de intermediarios o de gente que dice que ha trabajado con nosotros.

¿Qué trabajo han adelantado con la COICA?

Tenemos un espacio de articulación internacional, para el caso de la región amazónica, con la COICA. A través de esta organización nosotros estamos en la comunicación permanente con los diferentes espacios internacionales y organizaciones de otras regiones del mundo. Hemos hecho parte de los diálogos de las conferencias sobre cambio climático que se han desarrollado.

Estamos de manera coordinada, articulando para que la voz de los pueblos indígenas del mundo pueda ser escuchada, y los aportes que nosotros hemos hecho a toda esta apuesta de preservación, conservación de cultura y diversidad se puedan seguir manteniendo.

Ya que menciona los espacios internacionales, ¿qué sensaciones les dejan los acuerdos de las conferencias de biodiversidad y cambio climático, especialmente los relacionados con la conservación de la Amazonia?

Uno de los temas relacionados con la COP27 es que si bien se había avanzado en el apoyo directo de los fondos que han anunciado empresarios y gobiernos para que los pueblos indígenas podamos acceder directamente a estos, no hubo mayor pronunciamiento ni mayor claridad frente a esta ganancia. Hay preocupaciones también con lo que tiene que ver con lo que hacemos los pueblos indígenas, porque no se tiene en cuenta entre las acciones de conservación y preservación.


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