Los municipios donde, en un solo día, cayó la lluvia de dos semanas

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ElTiempo – Un fenómeno peculiar, llamado ‘lluvias pico’, ha marcado la climatología de este 2022.

El desbordamiento de ríos ha generado la afectación de viviendas y cultivos en algunas zonas bajas en sectores rurales de municipios del Magdalena medio santandereano como Sabana de Torres. Foto: Mario Hernández

El 5 de septiembre cayeron en el municipio de Chimichagua, Cesar, 140 milímetros de lluvia. Días después, el 26 de septiembre cayeron en el municipio de Sabana de Torres, Santander, 151 milímetros de agua. Luego, el 16 de octubre se registró una precipitación de 187 milímetros en el municipio de Puerto Guzmán, Putumayo. Todos esos casos tienen algo en común: en un día cayó la lluvia que en promedio cae en dos semanas.

La fuerte y extensa temporada de lluvias que ha vivido Colombia en 2022, la quinta más fuerte en los últimos 42 años, ha estado marcada por un fenómeno específico denominado ‘lluvias pico’ que ha sido, en la mayoría de los casos, el detonador de desastres como crecientes súbitas o deslizamientos.

Según explica Eliecer Díaz, profesor de meteorología de la Universidad Nacional e investigador en temas climáticos, si bien durante los últimos tres años la presencia del fenómeno de la Niña junto a otros factores ha generado una extensa temporada de precipitaciones, si hay algo que ha llamado la atención de los expertos han sido estas curiosas lluvias de fuerte intensidad que dejan registros superiores a los 100 milímetros de precipitación, algo que, dependiendo la región del país, se traduce en muchos casos en que en un par de horas puede caer el agua que normalmente cae en dos semanas.


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Las lluvias intensas se han presentado siempre en la historia que se tiene de medición hidrometereológica en Colombia. Algunas estaciones de medición del país tienen más de 40 años y uno revisa y sí se han presentado lluvias intensas. Pero lo que estamos viendo ahora es un tema de recurrencia. Está aumentando la recurrencia de los eventos. Es decir, antes se presentaba una cantidad de eventos y ahora estamos viendo mucha más recurrencia de esas condiciones de lluvias extremas que está generando condiciones muy erráticas de la distribución del agua”, destaca Díaz.

De acuerdo con datos de dichas estaciones de medición operadas por el Ideam, durante los pasados tres meses se han tenido registros que sobrepasan los promedios en los departamentos de Chocó, Cauca, Santander, Antioquia, Cesar Putumayo, Caldas, Norte de Santander y Valle del Cauca.

“Durante los últimos tres meses, los valores de lluvia por encima de lo normal, han tendido a concentrarse en sectores de las regiones Caribe, Andina y Orinoquía y Pacífica; con valores en el rango muy por encima de lo normal en áreas del centro y sur de la región Andina, tanto como en el centro de la región Caribe y zonas del piedemonte en la Orinoquía”, destaca la entidad.

Eso ha dejado, por ejemplo, casos como el de Cúcuta, Norte de Santander, donde el pasado 12 de noviembre cayeron 160 milímetros de lluvia cuando el promedio de una semana es de 73.1 milímetros, es decir en algunas horas hubo más precipitación que en 14 días. Tan solo ese hecho generó más de 850 familias damnificadas conformadas por más de 3.500 personas, según datos de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).


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Una situación que se repite en decenas de municipios del país que este año han resultado gravemente afectados por este fenómeno específico. Según datos de la UNGRD con corte al 29 de noviembre, este 2022 ha sido el año con más afectaciones por lluvias de los últimos cinco años. Solo basta con ver las cifras para entenderlo.

Este año, por ejemplo, el número de muertos por eventos relacionados a las lluvias llegó a los 216; frente a 126 en 2021; 96 en 2020; 139 en 2019; y 136 en 2018. El panorama se repite cuando se revisan las familias siendo el 2022 donde se ha visto el mayor impacto con ​​177.631 familias afectadas; le sigue 2021 con 160.440; luego 2020 con 147.794; y ya baja a niveles mucho menores en años donde las lluvias no fueron tan fuertes con 81.888 en 2019; y 86.530 familias afectadas en 2018.

Pero en la mayoría de los casos, de acuerdo con datos de la UNGRD, 2022 es el año que resalta por presentar la mayor cantidad de situaciones de afectación: heridos, desaparecidos, viviendas averiadas, viviendas destruidas, vías afectadas o hectáreas impactadas. Y en todos los casos eso responde a un factor específico: este año las lluvias han sido fuertes pero en muy poco tiempo.

Pero, ¿de dónde salen estas lluvias? Según explica el director de la maestría en Meteorología de la Universidad Nacional e investigador en temas climáticos Emel Vega, esto responde a la combinación de diversos factores que se han presentado este año y que de manera coincidencial interactuaron en conjunto este año. Para empezar la presencia del fenómeno de La Niña, la configuración meridional de la configuración general atmosférica y la Oscilación Cuasi-Bienal de los vientos zonales estratosféricos, conocida como QBO.

Estos tres factores en conjunto, junto a otros más pequeños que se fueron sumando, facilitaron la creación de lluvias convectivas, que se generan a partir de masas de aire que se evaporan sobre el territorio colombiano y que logran grandes alturas troposféricas, de 14 a 18 kilómetros de elevación, donde alcanza una extensión bastante grande de hasta 14 kilómetros de espesor que resguardan grandes volúmenes de agua que luego cae de regreso a la tierra de manera acelerada.

Debido a la gran producción de agua esas lluvias torrenciales la cantidad de precipitación que se deposita sobre una región es bastante amplia, llegando a superar los 100 milímetros e incluso alcanzando los 200 milímetros en un día o algunas veces inclusive en horas.

El problema, destaca Vega, es que como muchas de las ciudades del país no están preparadas para esos altos niveles de precipitación, lo que se termina generando son emergencias y desastres naturales como los que se han registrado casi diariamente durante todo este 2022 en el país.

“Cuando usted ve que en ciudades como Barranquilla se forman esos arroyos se puede decir que eso fue un sistema convectivo que se posicionó sobre la región con volúmenes de precipitación que rondan los 100 milímetros y eso genera una escorrentía muy amplia. Y en ciudades donde el alcantarillado fluvial es deficiente y la topografía es accidentada, la escorrentía tiende a desplazarse a partes bajas y subsecuentemente produce arroyos. También las lluvias convectivas son las productoras de tormentas eléctricas y granizadas. De hecho para que se produzca una tormenta eléctrica necesariamente tiene que haber granizo al interior de la nube. Porque el granizo es el que facilita la carga estática”, destaca Vega.

Para él, lo que requiere el país es una mayor preparación ante estos eventos climáticos extremos que indudablemente se seguirán presentando, y que este año han sido claves en la producción de desastres.


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