Es probable que hayas escuchado entre tus conocidos o en la prensa de índole económica una palabra hasta ahora poco conocida, el ETF. Se trata de una mezcla entre una acción y un fondo de inversión. Cotiza en Bolsa, pero formalmente es un fondo.
Otro de los conceptos más atrayentes de estos últimos años para inversores es el cfd o acciones, es decir, una estupenda alternativa al trading tradicional de acciones. Hablamos de una diferencia sustancial y es que con los CFD no posees el activo subyacente.
De todos estos nuevos conceptos que desde hace no mucho tiempo copan las páginas salmones de la prensa, vamos a hacer un repaso a continuación.
¿Por qué invertir en un ETF?
Es una de las preguntas que más se hacen los inversores. La respuesta rápida es que facilita la inversión a mercados que a priori son más complicados, como es el caso de los mercados emergentes. Los ETF abren la puerta a mercados de todo el mundo de distintos países, también a materias primas, como es el caso del oro, o a una clase de activos.
Se puede decir que invertir en etf es en lo que a rendimiento se refiere una gran opción ya que, en la última década, este ha llegado a una rentabilidad cercana al 300%.
¿Qué tipos existen?
Por un lado, hablamos de ETF que están basados en índices, pero podemos encontrarlos también ETF de materias primas, ETF sintéticos, ETF administrados activamente etc.
Otro tema a tener en cuenta es que al igual que podemos seguir acciones en tiempo real, esto también sucede con los EFT. Para seguir su evolución basta con dirigirse a una plataforma online donde se estén marcando las subidas y bajadas más importantes de la jornada.
Hay que recordar que las inversiones no duermen, pero los inversores sí, por eso es bueno, a parte de seguir a sitios webs donde se pueden observar los movimientos en tiempo real, seguir a otras que hagan resúmenes de las jornadas y ofrezcan opiniones veraces y fiables con una previsión certera de las posibles evoluciones.