RadioNacional – Un grupo de docentes en Leguízamo, Putumayo, implementan esta iniciativa para salvaguardar la lengua ancestral de la comunidad indígena.
María Camila González Gómez
Diferentes son las formas de impartir conocimientos desde la maloca y la resistencia cultural, los principios de educación propia desde la cosmovisión, es por ello que un grupo de docentes le apuesta a la educación desde su ritual sagrado y su conexión con la naturaleza en el pueblo Murui Muina, en Leguízamo, Putumayo.
El mambeo
La comunidad se reúne para conversar en torno al ritual de la coca, más conocido como el mambeo, polvo de hoja de coca con ceniza de hoja de yarumo.
El mambeo pedagógico surge dentro del modelo educativo histórico ancestral e intercultural, como respuesta a las necesidades de establecer en el territorio una educación contextualizada que responda a las necesidades de una población con unas características socioculturales muy particulares, como son las características del hombre amazónico.
Etnoeducación
La propuesta educativa del pueblo Murui Muina, denominada la etnoeducación como salvación de la lengua, tiene como estrategia el ‘Mambeo Pedagógico´ que se da en un escenario propio y cultural, se visibiliza en el espacio de la maloca, lugar sagrado del pueblo donde se le da el protagonismo a la palabra en horas de la noche y durante la madrugada.
“nuestra propuesta recoge varios grupos étnicos en el municipio, tenemos un lema de interculturalidad para el pueblo nuestro, dentro de los pilares de conocimiento como hijos de la coca, tabaco y yuca dulce, donde todos estamos en este espacio para construir, unificar ideas y conocimientos”, cuenta el docente etnoeducador, Jose Luis Perdomo.
Los mayores mambean para establecer los trabajos del día siguiente: ir de cacería, hacer la chagra, construir la maloca, hacer los bailes y otras actividades importantes para la comunidad.
“Mambear es pensar, dialogar, autoanalizarse, conectarse con la espiritualidad, lo divino, y tener claridad sobre las cosas que se están construyendo”, expresa el mayor Hermes Ortiz.
Actualmente en este contexto intercultural, los educadores retoman esa figura del mambeo con fines pedagógicos para planear actividades relacionadas con la educación de los niños, las metodologías, didácticas entre otras actividades educativas.
“El mambeo pedagógico ha permitido que nosotros establezcamos cuatro ejes de conocimientos y saberes en la malla curricular, UÑUA UAI: manejo de la palabra de sabiduría; EN+E ZEDAJANO UAI: palabra de cuido del territorio; MANORA UAI: palabra de salud y armonía con la madre tierra y FAKADUA UAI: palabra de técnicas de trabajo intercultural desde la dimensión matemática”, cuenta Abelardo Castillo Nofuya, rector de la institución etnoeducativa Monató+.
Estos ejes de conocimiento los han direccionado bajo la estrategia del mambeo pedagógico que tiene una metodología de trabajo a través de una propuesta didáctica para la integración de la oralidad del pueblo Murui Muina que, cabe recordar, es un pueblo de tradición oral con la escritura convencional.
“Sufrimos esa invasión colonizadora en tiempos de las caucherias, donde nos intentaron quitar la lengua propia, nos prohibieron hablar (…) estamos tratando de retomar esto a través de la escritura para descolonizar el pensamiento de manera que se pueda escribir la propia historia, identificarse con el territorio y nombrar las cosas por su nombre; ese es nuestro trabajo a nivel educativo”, asegura Nofuya.
La integración de la oralidad con la escritura tiene que ver con narrativas sobre el territorio, los animales, la biodiversidad, de manera que los niños puedan adquirir esa sensibilidad de escribir, de soñar, de imaginarse un mundo mejor, educarse en una cultura de paz, donde se les brindan estos conocimientos, alternativas de educación propia e intercultural que pueden servir no solo para los indígenas, sino para todas las personas que quieran acceder a las instituciones educativas indígenas y adquirir un conocimiento más contextualizado sobre la Amazonia y la identidad cultural como pueblo Murui Muina, hijos del tabaco, la coca y la yuca dulce.
“Ese es nuestro trabajo. Estamos muy motivados, esperamos seguir construyendo mucho más que esto”, cuenta con emoción Nofuya, quien es pionero en este proyecto.