Adiós al genio orquestal de los sintetizadores

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ElTiempo – El perfil de uno de los músicos griegos más grandes del mundo de la música.  

Evángelos Odysséas Papathanassíou, Vangelis, es autor de algunas de bandas sonoras míticas.  FOTO: EFE

Alos 79 años de edad, el músico griego Vangelis falleció en Francia como consecuencia del Covid-19. Su genialidad se plasmó ante todo en una serie de bandas sonoras de película que, como “Chariots Of Fire” y “Blade Runner”, perduran como unas de las más exitosas de la historia.

Vangelis Papathanassiou, conocido artísticamente como Vangelis, uno de los músicos griegos de mayor proyección internacional desde los años setenta, y una de las figuras más influyentes en la historia de la música electrónica, falleció ayer a los 79 años de edad, en un hospital de Francia, donde había ingresado por problemas de contagio del Covid-19.

Destacado como uno de los músicos más prolíficos en la ejecución de los sintetizadores, se destacó no sólo en el ámbito de la electrónica, sino igualmente dentro del rock progresivo, el avant garde, el ambient, el jazz, la música orquestal, y se le considera también como una fuerte influencia en el movimiento que se conoció como la Nueva Era (New Age).


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El genial músico nació en Agria, Grecia, en marzo de 1943, su nombre de pila era Evángelos Odysséas Papathanassíou, y brilló por el inmenso aporte musical que hizo desde su extensa discografía, pero especialmente por su aporte a la banda sonora de películas como Chariots Of Fire (1981), Blade Runner (1982), Missing (1982), Antarctica (1983), The Bounty (1984), 1492: Conquest of Paradise (1992) y Alexander (2004), y de documentales como el famoso Cosmos: A Personal Voyage by Carl Sagan, de 1980.

No solo eso. Su maestría en los teclados lo ubicó en un lugar de privilegio en la música electrónica. La llegada de los sintetizadores a la escena de la música rock pavimentó la llegada de géneros como la sicodelia y el rock progresivo. Vangelis creó un estilo al que algunos llamaron “electrónica sinfónica” y su excelso, cuidadoso y valioso aporte melódico y orquestal se sumó a la efectividad de Jon Lord en Deep Purple, la elegancia de Tony Banks en Genesis, la sutileza y magia de Richard Wright en Pink Floyd, la perfección clásica de Rick Wakeman en Yes, el exotismo y explosividad de Keith Emerson en Emerson Lake and Palmer y la excelencia y gracia de Steve Winwood para Traffic y Blind Faith.

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Vangelis comenzó su carrera en la década de los años sesenta como parte de grupos de música pop como The Forminx, pero hizo su fama con Aphrodite’s Child, banda insignia de la sicodelia y el rock progresivo, cuyo álbum “666”, publicado en 1972, se consolidó como una obra clásica de ese género musical. En la década de los setenta, el músico y compositor hizo un valioso aporte musical a los documentales en torno a los animales, del director francés Frédéric Rossif, L’Apocalypse des Animaux (1973), La Fête Sauvage (1976) y Opéra Sauvage (1979). El éxito que logró con estos trabajos musicales fue el que lo llevó a ser considerado con mucho interés en el mundo del séptimo arte.

En 1980 hizo alianza con el cantante del grupo Yes, Jon Anderson, quien ya había colaborado vocalmente en algunos de sus álbumes, especialmente en Heaven and Hell de 1975. Conjugaron de manera maravillosa sus dos artes: la genuina voz de Anderson y el inmensurable talento de Vangelis en los sintetizadores, y bajo el nombre de Jon And Vangelis publicaron los álbumes Short Stories (1980), The Friends of Mr Cairo (1981) y Private Collection (1983). Luego de casi una década, en 1991, volvieron a reunirse para el álbum Page Of Life.

Se destacó no sólo en el ámbito de la electrónica, sino igualmente dentro del rock progresivo, el avant garde, el ambient, el jazz, la música orquestal

Pero fue en 1981 que su nombre hizo completa fama internacional cuando el álbum banda sonora de la película Chariots of Fire, un drama basado en los Juegos Olímpicos de 1924, del director Hugh Hudson, lo llevó al número uno de las ventas de álbumes en Estados Unidos. En mayo de 1982, su tema central, un instrumental llamado originalmente ‘Titles’, pero rebautizado comercialmente como la película, llegó a ser igualmente primer lugar en las listas de sencillos en Norteamérica, 22 semanas después de su ingreso.

Chariots of Fire le dio su momento de gloria a Vangelis. Con el álbum, en el que vale anotar que interpretó todos los instrumentos, ganó el Óscar de la Academia como Mejor Banda Sonora Original. El tema central, gracias a su popularidad, fue utilizado en 2012 durante los Juegos Olímpicos de Verano en Londres, tanto en la jornada inaugural, como en cada una de las ceremonias de premiación de las distintas modalidades deportivas del certamen.


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Sin embargo, y a pesar de sus logros con Chariots Of Fire, los mejores reconocimientos a su música vendrían después y en especial gracias a su alianza con el director Ridley Scott, primero para la banda sonora de su película 1492: Conquest of Paradise, de 1982, por la cual recibió el premio Echo Award como Artista Internacional del Año, el RTL Golden Lion Award como el Mejor Tema Titular para Televisión, Película, o Serie, así como una nominación en la edición 50 de los Globos de Oro en 1993, como Mejor Banda Sonora Original para una Película.

Vangelis brilló siempre por una cuidadosa estética, bien en sus concepciones minimalistas electrónicas como sucede en ‘Invisible Connections’.

Pero la aclamación como el mejor trabajo de su carrera la recibió por su producción musical para la banda sonora del filme de ciencia ficción Blade Runner de 1982, y del mismo Ridley Scott, considerada como una obra esencial en la historia de la música electrónica. Sin embargo, en formato discográfico, sólo se publicó en 1994, y se trata de una propuesta enmarcada dentro de los matices sombríos propios del jazz que acompañaba el cine negro de las décadas de los años 40 y 50, así como de ambientes neo clásicos y sonidos orientales.

Con una vasta discografía que se acerca a un poco más de 30 títulos entre álbumes y bandas sonoras de película o documentales, publicados desde comienzos de los años 80 hasta el año anterior (2021), Vangelis brilló siempre por una cuidadosa estética, bien en sus concepciones minimalistas electrónicas como sucede en Invisible Connections, de 1985, en el pop sintetizado de Direct, de 1988, o en ambientes más clásicos como el de su sinfonía coral Mythodea, publicada en 2001, y que la NASA empleó como tema insignia para su misión Mars Odyssey que se realizó en ese año.

En 2012, cuando el director Hugh Hudson propuso que se hiciera una obra teatral de Chariots Of Fire, su película de 1981, con la adaptación de Mike Bartlett y la dirección de Edward Hall y que se estrenó en mayo de ese año, Vangelis escribió 11 temas incidentales nuevos, que se sumaron a tres más que se utilizaron de la música original, dos reinterpretados por el músico. Luego de una pausa, el músico regresó en 2016 con un álbum titulado Rosetta y un álbum instrumental en piano, Nocturne: The Piano Album en el que interpreta 11 temas escogidos del repertorio de toda su carrera.

Inspirado en la novedosa misión de la NASA y su sonda espacial para el estudio del planeta Júpiter, lanzada en 2011, Vangelis hizo la que fue su última producción, publicada en septiembre de 2021 y bajo el título de Juno to Jupiter, en concepto sonoro multidimensional, para el cual invitó a la figura de la ópera Angela Gheorghiu y en el que incluye sonidos originales de las distintas etapas de este proyecto espacial.

Artífice de la exploración sonora desde los sintetizadores, Vangelis será recordado como un verdadero ícono, responsable sin saberlo de toda una transformación sonora de la música de su tiempo y una fuerte influencia para los sonidos contemporáneos de la segunda mitad del siglo 20 y comienzos de este.


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