Los osos de Corpoamazonía

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En el año 2003 llegó a Guasca una osa llamada ‘Niebla’, una osa del Putumayo, que según Orlando Feliciano, fue recuperada por la autoridad ambiental del alto Amazonas, Corpoamazonía.

De acuerdo con la versión que Orlando Feliciano publicó en su página web y la que ha presentado ante varios medios de comunicación, “el animal  se halla dentro de un programa piloto en el cual se mantiene en libertad en los alrededores del Santuario y ha permanecido yendo y regresando del bosque por algo de alimento e interactuando con los otros osos que hacen parte de los procesos de rehabilitación, mostrando, un magnífico comportamiento como el no acercamiento a personas o predios, rehúye la cercanía y presencia humana y consume de manera permanente alimento silvestre como son puyas y palmiches”.

La propuesta según el veterinario es recapturarla y llevarla a su lugar final de liberación y monitorearla satelitalmente.

Una fuente que no quiso revelar su nombre y que trabajó con el veterinario, afirma que no es real lo que se presenta en la página web del santuario aclarando que no se desarrolla ningún proyecto piloto con el animal. “Las jaulas colapsaron por el mal estado en el que se encontraban y el animal se escapó del recinto y hoy permanece en el santuario”. Pero, al parecer, no sólo escapó Niebla, también lo hizo un oso llamado Honorato y un pequeño oso conocido como Mateo.


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La fuente le explicó a Natural Press que el oso Honorato aparecía en la página web del santuario “pero ya no está entre el grupo de animales por el que se pedían aportes o por lo menos ahí ya no aparece su nombre, ni su información. Y Mateo volvió al lugar por comida y fue puesto nuevamente en una jaula pero Niebla y Honorato nunca volvieron”.

“Si bien, Nieba se ha adaptado y en un momento iba por comida, tal y como lo afirmó Feliciano, hoy permanece en el sitio y por eso mucha gente que visita el santuario la ha podido ver”. Asegura la fuente.

Según Bioandina “en agosto de 2019 se observaron comportamientos en Niebla que permiten inferir que está lista para volver a la vida silvestre”. Según tales afirmaciones 17 años después el animal ya está listo, ¿Pero, sino hubieran colapsados las estructuras también estaría listo para el veterinario? Algunos expertos en osos andinos consultados por Natural Press, han asegurado que ese, sería el proceso de rehabilitación más largo de la historia.

Consultamos a Corpoamazonía por la historia del animal, el estado actual y el proceso de seguimiento que la entidad debía haber hecho al oso desde el momento de su entrega pero la corporación nunca respondió.


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La pregunta que nos asalta es: ¿Por qué si el animal, según el veterinario, cumple con el  comportamiento deseado para volver a la vida silvestre, no ha sido entregada a la Corporación para que sea devuelta a su lugar de origen y la entidad no conoce la situación del animal?

La Resolución 2064 de 21 de octubre de 2010 es clara al afirmar que la Autoridad Ambiental tiene responsabilidad sobre el animal y está obligada a hacer un seguimiento  sobre el estado y condición de los animales entregados a los CAVR al tiempo que el Centro de Atención y Rehabilitación de Fauna debe reportar todo lo sucedido con los animales en el libro de los CAVR incluidos los escapes, muertes y otras situaciones que en este caso no están documentadas.

Un segundo caso de abandono de Corpoamazonía

Dos osos más de Corpoamazonía, Inti y Killa, también son parte de la colección que hoy tiene el Santuario Oso de Anteojos aunque sus nombres sean diferentes.

En el año 2014 dos oseznos fueron entregados por campesinos de Mocoa Putumayo a la Corporación, los animales, en grave estado de salud, fueron recuperados por la veterinaria de la entidad, de aquel entonces, Paula Patiño pero fue la misma corporación quien decidió someter a los animales a un proceso de rehabilitación con la Fundación Bioandina por considerar que era idónea y cumplía con las condiciones para devolver los animales a la vida silvestre.

En aquel entonces, a través de la plataforma de contenidos ambientales de Blu Radio, le hicimos un seguimiento a la información y esto fue lo que publicamos en Blu Verde.ESCUCHE ACÁ BLU VERDE

Pero los animales no llegaron directamente a Guasca, estuvieron durante algún tiempo, indeterminado aún, en el Centro de Recepción de Mesitas del Colegio.

*Marcela, una veterinaria que trabajó con la Fundación Bioandina y que quiere mantener su nombre en reserva, recuerda que esos oseznos permanecían “en la casa (de Feliciano) porque no había un espacio adecuado para mantener las crías, lo que hicieron fue comprar césped sintético y mantener esos animalitos allí”. Esta misma versión ha sido corroborada por Orlando Feliciano.

Indagamos sobre la situación actual de los animales cinco años después, pero nada ha cambiado y su destino no es claro. Según la web del veterinario, los pequeños osos del Amazonas, “representan los individuos más pequeños que se tengan reportados al momento de su recuperación, esto implicó un alto acostumbramiento al manejo y a la cercanía de los humanos, lo que les resta mucha oportunidad de volver a la vida silvestre, debido a este alto grado de mansedumbre”.

Natural Press también indagó con Corpoamazonía sobre el estado de los animales y el futuro de los mismos. Intentamos comunicarnos con su director Luis Alexander Mejía, quien inicialmente aceptó la entrevista y al enterarse del tema a tratar, prefirió rehuir a ella enviando en su lugar a Jaime Conrado, director de comunicaciones de la entidad pública.

Conrado aseguró que “se han venido desarrollando seguimientos a los animales, los cuales se encuentran bien en sus parámetros de crecimiento en talla, peso, condición corporal, normales para la edad”.

Había un compromiso, anunciado por la autoridad ambiental, de rehabilitar y liberar los osos en 24 meses.

Igualmente Conrado le manifestó a este medio que “se ajustó la decisión de liberarlos a los 24 meses como se tenía inicialmente previsto, debido a las condiciones evaluadas en los ejemplares, lamentablemente debido a la temprana edad en que los oseznos fueron retirados de su hábitat, son animales con pocas probabilidades de supervivencia si se lleven al medio natural”.

Lo sorprendente es que en el párrafo inmediatamente seguido se contradice agregando que “actualmente los dos oseznos se encuentran en buen estado, y estamos evaluando la posibilidad de liberarlos y establecer un sistema de monitoreo y seguimiento para garantizar la seguridad de los dos ejemplares”.

La versión anterior es corroborada por la misma Fundación Bioandina quien afirma que “actualmente los osos cuentan con el tamaño adecuado para adelantar su liberación a la vida silvestre, sin embargo, su comportamiento es tranquilo hacia la gente, debido al momento en que fueron tomados de la vida silvestre”.

Al parecer las dos entidades técnicas y expertas no tienen claro ni se han puesto de acuerdo en cuál es la realidad de los osos cinco años después, mostrando un futuro incierto y poco prometedor para los animales.

Un conflicto más con los osos de Amazonía

El par de osos que venían desde Mocoa y llegaron a Bogotá en noviembre de 2014 fueron llevados desde el primer día al Centro de Rehabilitación de Mesitas del Colegio ubicados a dos horas de Bogotá según lo asegura Orlando Feliciano y permanecieron en el lugar hasta el año 2018 cuando los dos fueron llevados a Guasca.

La tenencia de los animales en el centro al que la CAR le hacía seguimiento, no era conocida por el director de Evaluación, Seguimiento y Control Ambiental, Carlos Antonio Bello, quien asegura que durante su gestión nunca tuvo a los animales en el radar del seguimiento de la entidad ni aparecen en los informes que el veterinario le presentaba a la Car.

“Nunca supe de la presencia de los animales en Mesitas, hasta el año 2017 trabajamos con la Fundación Bioandina y nunca vimos los osos ahí”.

Lo anterior demuestra que no sólo Corpoamazonía, no le hacía seguimiento a los animales, también deja en evidencia que la CAR como autoridad ambiental en esa jurisdicción, desconocía, por cuenta de Bioandina, que los animales estuvieran en un Centro de Valoración y Rehabilitación bajo su control y vigilancia.

La voz de un verdadero experto en rehabilitación de osos

Le preguntamos al experto Armando Castellanos, un veterano investigador reconocido a nivel mundial por su trabajo con osos andinos y por haber rehabilitado y liberado 25 ejemplares con un éxito en sus procesos del 70% en Ecuador, ¿cuánto puede demorar la rehabilitación de un oso y si él considera que dependiendo de la edad  de los animales sus posibilidades y tiempo de rehabilitación cambian?

Para el investigador ,“los osos son animales inteligentes y oportunistas y en cautividad no hacen ningún esfuerzo”, pero aclara que “los animales pequeños que alcanzaron a estar con su madre mantienen en su memoria genética mucha información necesaria para saber qué hacer en el bosque”.

La rehabilitación de un animal comprende muchos aspectos como la dieta, el encierro, el comportamiento de los osos que tendrán que enfrentar la vida con otros animales y las presiones del medio.

Uno de los aspectos más duros de la rehabilitación es la alimentación, afirma el investigador, “un oso que come en un encierro lo que come en la vida silvestre es un animal que ya tiene un paso adelante fuera de su lugar de cautiverio. Si un animal come puyas, bambú (chusque), puede salir del encierro e identificar lo que comía en cautividad”, explica el experto.

Los osos se alimentan instintivamente, todo está en su memoria genética afirma Castellanos, pero son oportunistas mientras están en cautiverio, les gustan las frutas dulces y con buen sabor pero no es lo que van a encontrar en el bosque, por eso lo más duro es tener que obligarlos a comer bambú (chusque), bromelias, puyas, sobre todo el bambú que no sabe a nada comparado con una fruta dulce.  Pero si un oso es liberado y no come lo que hay fuera del encierro “es un oso muerto” afirma Castellanos.

Igualmente explica la importancia de tener encierros temporales, no hoteles para osos. “Siempre que hacíamos un encierro de rehabilitación, pensábamos en algo temporal, algo que sirviera para el corto tiempo en que el animal estaría ahí porque nuestro fin siempre es liberarlos”.

Según Castellanos el proceso de rehabilitación en oseznos se puede tardar hasta dos años mientras se les enseña a identificar los alimentos que van a encontrar en el bosque. Pero el tiempo de rehabilitación de animales juveniles o adultos es menor, ellos deben volver más rápido al bosque, explicó el investigador y agregó que “si un animal ha estado la mayor parte de su vida encerrado, no hay nada que hacer, liberarlo es matarlo” afirma Castellanos.

“Lo importante en los procesos de rehabilitación es tener la voluntad, querer hacerlo, no hay razón para mantener osos encerrados si se reciben recursos para rehabilitarlos, tener un oso cautivo, es tener un oso sin vida, eso, es macabro”, concluye el investigador.

Si usted está interesado en leer la entrevista completa de Armando Castellanos, experto en oso andino, puede Consultarla Aquí.

A continuación podrá conocer la historia de Los Osos de Corpoboyacá o puede regresar al Menú Principal para que usted escoja la historia que prefiera

NaturalPress

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