La exposición fotográfica virtual de familias en su tierra: Un viaje a la transformación de vidas

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La imagen en dos dimensiones que se concreta en una fotografía o una pintura en ocasiones no revela la profundidad de lo que quiere representar. La cámara de fotografía opera como un ojo: se replica en sus movimientos internos la característica tridimensional de la realidad que desea capturar y así, esa lente del ojo que es el cristalino, se mueve de adelante hacia atrás y viceversa, acomodándose al objeto para enviar su luz hacia la retina, en donde la imagen se refleja como en una pantalla.

De manera similar a este proceso, Familias en su Tierra se aproxima a la realidad de las comunidades, de aquellas que, siendo víctimas del conflicto armado y del desplazamiento, regresan a sus regiones o se reubican en otras para rehacer su vida.

La sexta y séptima intervención del programa se ejecutó entre 2019 y 2020. Cubrió los siguientes departamentos y municipios:

-Choco: municipio de Bagadó con un enfoque especial dirigido a la comunidad indígena para 2019.


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-Valle del Cauca: municipio de Trujillo para la vigencia de 2019.

-Cauca: municipios de Rosas, Piamonte y Morales para la vigencia de 2019.

Nariño: municipios de El Tablón de Gómez, Leiva, Policarpa, Samaniego, San Lorenzo en el año 2019 y Tumaco en el año 2020.

-Putumayo: los municipios de Puerto Leguízamo y Puerto Guzmán en la vigencia de 2019; y Mocoa, Puerto Asís, Puerto Caicedo, San Miguel y Villagarzón en la vigencia de 2020.


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Con estas dos intervenciones registradas durante dos años se llegó atender 18 municipios, beneficiando a más de 8.600 familias.

El programa sirve entonces como un instrumento con cuatro componentes: vivir mi casa, seguridad alimentaria, proyecto productivo y fortalecimiento social comunitario. Su accionar y sus resultados para una mejora de la calidad de vida de los hogares se resumen en esta exposición fotográfica virtual.

El proceso de captura de la imagen en la fotografía depende indefectiblemente de la luz. En ocasiones la posee el objeto a registrar o debe brindarse exponiéndolo al sol o a una fuente artificial. Para el caso de Familias en su Tierra se ha considerado que las comunidades poseen una llama interior que es necesario hacer visible. El programa usa varias estrategias como “avivar los sueños de las personas” y “proyectarlos por medio de la planeación”, en medio de un ejercicio que recuerda la mayéutica de Sócrates, en donde con una serie de preguntas que son realizadas al sujeto se hace “parir el conocimiento”, poniendo en evidencia la vitalidad que poseen las comunidades.

Esta fue la reflexión que tuvo el Consorcio FEST SUR, socio implementador del programa, durante la toma de las fotos en cada una de las actividades que se mostrarán en la exposición virtual.

A través de esta sincronía, los procesos de comunicación producen un impacto en la comunidad, que se evidencia en el rescate de sus expresiones y manifestaciones y, de la misma manera como cuando una persona se aproxima a un espejo y cae en cuenta de que él mismo es parte del contexto, la exposición fotográfica dinamiza a las personas que van reconociendo tanto sus problemas y falencias, como sus posibilidades y sus anhelos. Hay una proyección de la identidad al reconocer procesos propios como las costumbres, la cultura, las festividades y demás expresiones que una vez plasmadas se convierten en el sello de la comunidad. De ahí en adelante hay una puerta abierta a la reconstrucción de la comunidad por parte de los mismos hogares y es habilitada por la comunicación en general y por la imagen en particular, mostrando por medio de esta, la transformación de los hogares mediando el mejoramiento de su calidad de vida.

La calidad en la fotografía depende del balance entre el objeto a registrar y la historia que se desea contar, los elementos que se tiene para hacerlo y la manera de usarlos. Un objeto que se desplaza rápidamente demandará una técnica fotográfica capaz de dar cuenta de esa velocidad. El proceso de transformación de vidas de las comunidades requiere también claridad sobre lo que se ha de cambiar y, por esa razón, las transformaciones apelan a la definición de los componentes del bienestar, siendo uno de los principales, la satisfacción de la necesidad de vivienda del sujeto. Este aspecto se aborda en Familias en su Tierra en el componente de vivir mi casa: la exposición registra el antes y el después, dando cuenta del impacto de Familias en su Tierra en este aspecto. Si en la fotografía la impresión en papel es una manera de dar cuenta del éxito del proceso, en las comunidades lo es el mejoramiento habitacional y del entorno.

La exposición fotográfica se ubica en un entorno virtual que va más allá de aquel que se agota en lo digital. Pone de relieve otra virtualidad: la del pensamiento. Las imágenes llevan a un espectador que quizá nunca ha estado en esas regiones a vivenciar los procesos vitales de ese lugar, estimulando la empatía de las personas. Esa virtualidad permite también que las comunidades, a través de sus manifestaciones y del registro fotográfico, “salgan de su región” para ser reconocidas por el resto del país y del mundo, relegando escenarios o galerías presenciales que no tienen tanto alcance de sensibilización y muestra de las historias de los hogares.

Esta virtualidad surge en respuesta a la condición de la pandemia. Va adquiriendo, al lado de la estrategia de cuidados sanitarios, una dimensión importante de reconocimiento de nuestra realidad social, en la que unas comunidades buscan su mejoramiento y unas instituciones y personas apoyan los procesos.

Cualquier elemento de comunicación requiere una energía para su funcionamiento. Para el caso de las cámaras, buena parte de esa energía es eléctrica. Así mismo, los seres humanos requerimos energía que tomamos a través de los alimentos y por eso este es otro de los grandes componentes del bienestar. En Familias en su Tierra se ha adoptado el apoyo a este aspecto por medio del componente de seguridad alimentaria y al lado de este se ha avanzado sobre la autogestión, encontrando en las huertas caseras una solución que apela al trabajo de las familias. El componente abre el panorama para pasar de la autosatisfacción de necesidades al emprendimiento y el autoconsumo de alimentos que benefician la salud de los hogares y ahorran en términos de gasto de productos alimenticios.

En tanto pasa el tiempo, la cámara transita de testigo a acompañante y aliada. En el marco de la autogestión y del desarrollo del proyecto productivo, es la misma comunidad la que le reclama que se registre su producción para llevarla a los mercados campesinos. La fotografía pasa de ser un vigilante a ser un aliado de esta. Hay otras dimensiones de lo productivo que no son económicas y que están representadas por el aumento del capital social, que se agranda después de vivenciar el perdón, la reconciliación, la resiliencia y queda plasmado en las fotografías a modo de abrazos, sonrisas, bailes y el potenciamiento de las costumbres, que probablemente estuvieron suspendidas durante la crisis sufrida por el conflicto. Este es un proceso logrado gracias al componente de fortalecimiento social comunitario.

El culmen de una exposición fotográfica se encuentra en la composición y la exhibición. La disposición de las imágenes, sea en un marco, en una galería o, en este caso, en una página web, les da significado. En esta exposición deseamos que el propio espectador haga la composición, apelando a la navegación en lo digital: partiendo de un mapamundi interactivo, la exposición está abierta para que vaya dándole el significado que surja de su curiosidad.

Las fotografías representan las actividades del programa Familias en su Tierra en los departamentos de Chocó, Nariño, Cauca, Valle del Cauca y Putumayo. Fueron registradas durante la intervención VI y VII a cargo de Prosperidad Social y el socio implementador Consorcio FEST SUR 2019.

ElEspía


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