Un día como hoy, en el noviembre negro de la Policía Nacional en Mocoa

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Por: J. Alexander Africano Macías.

En la actualidad en Colombia la Política Pública de atención y reparación de las víctimas se integra a partir de cinco componentes, uno de ellos es La Verdad, adicionalmente dentro de los aspectos tenidos en cuenta corresponde a la Reparación integral a víctimas del conflicto armado. La Ley 1448 del 2011 indica que “la reparación comprende las medidas de restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición”. Esto implica contribuir a la reconstrucción del proyecto de vida y dignificación de las víctimas en sus dimensiones individual, colectiva, material, moral y simbólica.

Ahora bien, La Verdad y Justicia es el componente que busca reconocer a las víctimas, sus familiares y la sociedad en general el derecho a conocer la verdad acerca de los hechos, los motivos y las circunstancias de su comisión. Este componente se debe entender en dos dimensiones: la verdad histórica, procedente de los organismos del Estado, así como de las diversas expresiones de la sociedad civil; y la verdad judicial, obtenida a través de los procesos judiciales seguidos en contra de los perpetradores de crímenes atroces. La verdad en sede no judicial se basa en las Leyes 1424 del 2010 y 1448 del 2011. El componente de Justicia busca promover el acceso a la justicia a las víctimas (particularmente, Justicia y Paz/procesos ordinarios y próximamente JEP), así como el conocimiento de la verdad judicial tanto por las víctimas y por la sociedad en su conjunto.

En tal virtud y dando alcance a los componentes descritos, al igual que con el acostumbrado respeto a las víctimas del conflicto armado interno Colombiano, se hace una narrativa de un sobreviviente a un hecho acaecido en la década de los años 90 y que sacudió al municipio de Mocoa y del cual se pretende haga parte de la memoria histórica, tal como la masacre de “Churuyaco” y otras, cometidas en contra de uniformados de la Policía Nacional en el departamento del Putumayo. A continuación, el relato:


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Fui suboficial de la Policía Nacional, e ingresé a la Institución  en el mes de Junio de 1989 a la escuela de Policía de Tuluá Simón Bolívar, de donde Salí con el grado de Agente, mi primer destino como policía fue el bloque de búsqueda que para la época perseguía al narcotraficante PABLO ESCOBAR, teníamos el nombre de CEA (Comando Especial Armado) y estuve en la ciudad de Medellín prestando mi servicio, ya para el año 1991 fui destinado a laborar en el Departamento de Policía Putumayo, lo hice por solicitud propia ya que estaba muy pesado el tema de bloque de búsqueda, puesto que solo nos colocaban bombas en la ciudad de Medellín.

Cuando llegué al Putumayo mi primer puesto fue en la guardia de la base del Departamento en seguridad, y después me trasladaron para Sibundoy, luego para Santiago, posteriormente a San Francisco y pasé después a la patrulla motorizada de Mocoa, donde para la época estaba encargado del comando el señor Mayor RAFAEL ENRIQUE PALACIOS, pasó el tiempo y el 17 de Noviembre de 1991 mi Cabo Primero EDUARDO ANTONIO CHAMORRO ZAMBRANO (q.e.p.d.) nos notificó que debíamos de madrugar porque había una misión especial fuera de Mocoa, sin que se nos dijera el sitio para el cual íbamos; de eso nos notificaron como a 18 policías. La noche transcurrió con normalidad ya que en esa época el control era muy estricto por parte de los oficiales y suboficiales, al día siguiente nos levantó el comandante de guardia, nos bañamos, nos alistamos y formamos a las 05:30 AM en lo que para esos años era la plaza de armas, debo aclarar que no existía el complejo de 5 pisos que existe actualmente, solo había una casa vieja de un solo piso y con techo de eternit, la formación la presidio mi Cabo Primero CHAMORRO y este a su vez le dió parte a mi Subteniente Castiblanco, que era el comandante de estación de Mocoa y recuerdo estaba recién salido de la escuela de oficiales; fue ahí cuando nos dijo en la formación que íbamos a una erradicación de matas de COCA a la vereda Villaflor del municipio de Puerto Caicedo, para ese momento ya estábamos equipados con 01 fusil, 04 proveedores, granadas de mano y 07 vehículos moto color blanco marca HONDA 185, debo aclarar que nosotros íbamos de seguridad del personal de la SIJIN, la PROCURADURÍA Y el C.T.I. quienes que eran los que iban a hacer el procedimiento.

De Mocoa partimos aproximadamente a las 05:45 AM, en ese tiempo la carretera principal era destapada, no tuvimos inconveniente hasta nuestro destino, sin embargo, sabíamos que había guerrilla en el Departamento y procuramos las medidas de seguridad en dicho desplazamiento. Recuerdo que yo iba de tripulante en la moto la cual era conducida por mi Teniente CASTEBLANCO, también recuerdo que el señor Capitán FLORES jefe de la SIJIN era el que iba a mando del operativo.

El personal llegó al sitio indicado o sea a la vereda Villaflor a eso de las 08:00 AM, nosotros nos quedamos en la vía prestando seguridad y el procedimiento duro aproximadamente 3 horas, en el que hubieron 3 o 4 capturas (entre ellas mujeres), los del procedimiento entraron aproximadamente 100 metros de la vía donde se veían cultivos de COCA, cuando terminó el procedimiento dieron la orden de devolvernos para el comando de Policía de Mocoa junto con el personal que iba de la SIJIN, PROCURADURÍA Y C.T.I., quienes se vinieron con los capturados en un vehículo carro Toyota marca land crusier, de color rojo con blanco, se vinieron a gran velocidad por la vía que se conoce como la corta dejándonos atrás.


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Ya en el recorrido se supo que al personal que iba adelante los habían emboscado más allá de lo que hoy se conoce como el CEA, en ese momento los capturados según me enteré se dieron a la fuga y no hubieron muertos de las Instituciones, lamentablemente nunca supimos por radio de esa emboscada porque eran pésimas las comunicaciones.

Cuando veníamos por Villagarzón, el Subteniente CASTEBLANCO tomó la decisión de devolvernos por la vía larga, él nos dijo que tuviéramos distancia entre las motos, ya cuando íbamos llegando por el punto de la vía llamado La M o San Carlos, en plena carretera pude observar que con sentido contrario a nosotros unos señores llevaban unas reses, lo cual hizo que disminuyéramos la velocidad de los vehículos para poder pasar por los lados viéndonos trancados por las mismas, a eso de 12:18 de la tarde del 18 de noviembre del 1991 es que inició el ataque por parte de la guerrilla de las FARC la cual se encontraba al lado izquierdo en la parte alta donde estaban apostados en una loma, nos disparaban sin contemplación alguna, en ese momento empezamos a escuchar disparos, el primero que sentí pegó a la llanta delantera de la moto en la que yo iba, el Teniente grito ¡nos emboscaron!.

En ese momento aceleró la moto y nos adelantamos, a pocos metros nos caímos, hay siguió la balacera, mi Teniente informó a la central pero la comunicación en ese tiempo era muy mala, pedimos apoyo pero se demoró porque según lo que comentan en el Pepino atravesaron un bus escolar y había más guerrilla esperando el refuerzo para atacarlo. Después de una hora llegó el avión fantasma y 2 helicópteros en el cual ya habían compañeros muertos, a la llegada de los helicópteros y del avión estos les disparaban desde lo alto se escuchaba como los guerrilleros escapaban del sitio y gritaban que corrieran loma abajo, en ese momento estábamos con mi Teniente CASTEBLANCO detrás de unos árboles en donde nos disparaban y nosotros respondíamos defendiendo nuestras vidas, ya nos sentíamos acorralados por los guerrilleros, mi Teniente y yo fuimos afortunados y corrimos con la suerte en cuanto llegó el apoyo nos salvaron de ser encontrados… ¡eran muchos!.. Después de que pasó lo más fuerte vi recoger los compañeros sin vida los cuales ya estaban mutilados por las balas asesinas, los montaron en un camión, ver eso me produjo un dolor que aún lo recuerdo, fue muy triste porque ellos eran como mis hermanos ya que hicimos una muy buena relación de amigos, eran épocas de juventud, a ellos se los trajeron al hospital José María Hernández, el cual estaba rodeado de mucha gente, de allí no sé qué más haya pasado pues a mí me trajeron a la enfermería por una lesión abierta en la rodilla izquierda. A los días me enteré que había un compañero desparecido el cual fue encontrado muerto. Finalmente, al cabo de 16 años y 03 meses de servicio tomé la decisión de retirarme después de 14 años de la emboscada. Algo que recuerdo es que el Agente GUAYARA era de la SIJIN el no tenía por qué ir en la motorizada, pero por el motivo que un compañero colisionó no había quien trajera la moto, le tocó a él traerla, el murió de civil.

En testimonio recogido en el sector después de 27 años, se supo que en efecto aquel 18 de noviembre una persona de la zona que aún vive, iba por la vía carreteable en compañía de su padre (ya fallecido) quienes llevaban 10 vacas e iba montado en un caballar “yegua”, al momento de llegar cerca del potrero en la vereda La M, comenzó el mortal ataque, cuenta que los Policías que iban de punta le saludaron y que metros adelante los vió caer en medio de las balas, dice que fueron los tres primeros que murieron, indica que se tiró del animal y se acostó en el pasto, que las balas zumbaban cerca de su cuerpo y que no aguantó el ruido de los explosivos y los fusiles, se levantó y alzó las manos implorando que no lo asesinaran, ante lo cual la guerrilla le dijo que se fuera; agrega también que en la parte alta de la montaña donde ocurrieron los hechos habían varias personas retenidas por las FARC y que después las liberaron. Añade finalmente que al día siguiente subió al potrero y que cerca de los hechos encontró el cuerpo sin vida de un Policía con múltiples heridas en su cuerpo y aún con su fusil de dotación, por lo que decidió informarle al comandante de la estación de Villagarzón. Dicho uniformado pudo haberse tratado de del agente (q.e.p.d.) JOSÉ MIGUEL URANGO. Agrega finalmente que la emboscada se produjo por la presunta participación de una familia que reside en el municipio de Villagarzón de la cual se omiten sus nombres. Lamenta aquel momento fatídico y envía un mensaje de solidaridad a las familias de los mártires.

POLICÍAS ASESINADOS:

  • Cabo Primero EDUARDO ANTONIO CHAMORRO ZAMBRANO (Nariñense)
  • Agente LUIS ALVARO KUARAN CABRERA (oriundo de Mocoa)
  • Agente JESÚS ANTONIO RIASCOS CEBALLOS (Nariñense)
  • Agente JUAN JOSÉ VENEGAS MONROY (Bogotano)
  • Agente HERNANDO CANDELO GUE (Vallecaucano)
  • Agente GERMÁN ANTONIO HOYOS AMÉZQUITA (Costeño)
  • Agente MICHEL ALBERTO JIMÉNEZ (Costeño)
  • Agente FERNEY MOSCOSO GUAYARA (Boyacense)
  • Agente JOSÉ GEOVANY ZIZA ZIZA (Boyacense)
  • Agente JESÚS ALFONSO DUQUE MOLINA (Caucano)
  • Agente JOSE MIGUEL URANGO BONETT (Costeño)
  • Policías que milagrosamente salvaron sus vidas:
  • Subteniente CASTEBLANCO (Boyacense)
  • Agente SEGUNDO MIGUEL SIJINDIOY JAMIOY (Putumayense)
  • Agente LASO EMILIO LÓPEZ (Caucano)
  • Agente MURILLO (Caleño)

El promedio de edad era de 21 años de edad, en su mayoría eran Policías nuevos.

…….¡PAZ EN SUS TUMBAS¡……

«A la memoria de los Policías que ofrendaron su vida en pro de la construcción de la Paz»

 José Alexander Africano Macias.

El hombre de la memoria histórica de la Policía en el Putumayo


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