La lucha por la jurisdicción especial de justicia propia del pueblo negro

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Foto : Internet

LBMPor: Luz Mary Lame. Periodista / investigación

Este artículo hace parte de la estrategia de FEDECAP con apoyo del Programa de Justicia para una Paz Sostenible de USAID.

La justicia propia o ancestral es un tema que ha venido sonando desde hace mucho tiempo entre las comunidades afrocolombianas radicadas en Putumayo (y en el resto del país), donde aunque siempre la han ejercido dentro de sus consejos comunitarios, de un tiempo para acá han querido buscar el reconocimiento ante el Gobierno Nacional a sabiendas que la comunidad indígena goza de su jurisdicción especial de justicia y reclamando el derecho a la igualdad, pero también teniendo en cuenta sus usos y costumbres, legados de los mayores, por los que la población negra ha venido luchando de manera incansable para conseguir que también a ellos se les reconozca su justicia propia afrocolombiana.

Remontándonos a la historia podemos conocer que la población afrodescendiente dentro de sus comunidades siempre ha tenido reglamentos o estatutos internos que les permite convivir en armonía y resolver los conflictos internos que se presenten entre persona, familia o grupo que pueda afectar a toda la comunidad en el buen vivir. Otro punto importante, es que los casos de justicia propia que han aplicado las comunidades negras en Putumayo han funcionado dentro de sus poblaciones promoviendo hábitos de buena conducta, para mantener la unidad y armonía  en sus territorios.


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Con el propósito de lograr el reconocimiento de su justicia propia, las comunidades afrodescendientes en Putumayo, se han ido organizando cada vez más, según cuenta Arley Quiñonez, asesor de la Federación de Asociaciones por los Derechos de la Comunidades Afro del Putumayo (FEDECAP), Federación creada en el año 1996, , “en esa época la fundamos; pero como todo en su principio tiene sus dificultades, trabajamos solamente como fundación sin Cámara de Comercio ni nada, pero en el año dos mil ya nos registramos en Cámara de Comercio para iniciar con el proceso de convertirnos en la Federación de Asociaciones por los Derechos de las Comunidades Afro Putumayenses y hasta hoy sigue con el mismo nombre, lo que pasa es que en ese tiempo solo era federación de asociaciones y ahora es  Federación de asociaciones y Consejos Comunitarios y otras expresiones organizativas de las comunidades negras del departamento del Putumayo”.

FEDECAP en 1996 inició con cuatro asociaciones de distintos municipios como lo fue Orito, Puerto Limón, Puerto Caicedo y Puerto Asís hoy en día cuenta con 43 Consejos Comunitarios y 23 asociaciones afiliadas. Así mismo, en Putumayo existe también el movimiento Cimarrón que agrupa las demás asociaciones afro de esta región.

Desde el 2019, FEDECAP con el apoyo del Programa de Justicia para una Paz Sostenible de USAID, viene trabajando en el proyecto de ‘Fortalecimiento a los Consejos Comunitarios de los municipios de Puerto Guzmán, Puerto Caicedo, Puerto Asís, Puerto Leguizamo, Valle del Guamuez, San Miguel y Orito, en Putumayo, en el ejercicio de su justicia propia’, desde donde los hallazgos dan cuenta de una “justicia propia afro donde se relacionan todas las prácticas y saberes que tienen los hombres y mujeres negras relacionadas con el manejo de sus conflictos internos, propios que van de la mano con la administración de los recursos de los territorios con dificultades al interior de las familias, con dificultades en el uso de los recursos comunes, en fin con una serie de asuntos que afectan de manera negativa la vida colectiva de las comunidades, a esto es lo que le llamamos justicia propia, son prácticas y saberes que están relacionadas con la dimensión cultural, la identidad pero también  con la dimensión espiritual de las personas que hacen parte de estas comunidades”.

La justicia de las comunidades afrocolombianas tiene unos principios, unas normas, unas autoridades y unos espacios territoriales donde la vienen ejerciendo a través del tiempo “lo que estamos diciendo es que este tipo de justicia ancestral son prácticas propias de las comunidades y sus territorios. En ese sentido hablamos de principios como por ejemplo el del Ubuntu que es un principio a partir del cual todos los hechos que afectan a una persona, afectan también a la comunidad y por tanto es necesario construir armonía en las personas porque eso también contribuye a la armonía en la comunidad.


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También está el principio de la oralidad es decir todas las tradiciones para resolver los conflictos se trasmiten principalmente mediante la oralidad desde donde se construye la memoria de manera oral, de igual forma está el principio de aplicar justicia en un sentido igualitario, estamos hablando de una justicia de carácter más restaurativo, preventivo o compensatorio en lugar de una justicia sancionatoria.  En las comunidades las principales autoridades que imparten la justicias son las mujeres y hombres que la misma población han elegido cómo líderes podemos decir que existen reglamentos que son elaborados por las propias comunidades a partir de su cosmovisión, espiritualidad, su cultura, su tradición, su ancestralidad y son reglamentos que se derivan también del marco legal y el marco constitucional colombiano”, indican especialistas en el tema.

También se rigen por reglamentos

La población afroputumayense en los consejos comunitarios tiene sus reglamentos internos para aplicar este tipo de justicia, ya que líderes afroputumayenses nos han dado a conocer casos que han podido resolver aplicando mecanismos  de justicia propia.

Por ejemplo Pedro Sandoval Consultivo de Alto Nivel por Putumayo cuenta cómo en su comunidad donde ya tienen un título colectivo, tienen reglas como la prohibición de  la deforestación ya sea para cultivo ilícito, lícito o ganadería extensiva lo tenemos prohibido en nuestra comunidad “Entonces nosotros tuvimos un caso hace más o menos año y medio de una persona que no acató el reglamento;  le hicimos un llamado de atención verbal, la persona no se acogió y de ahí pues se le impuso multas, sanciones que están estipuladas de acuerdo a nuestro reglamento interno y del comité de conciliación de nuestro consejo se le notificó y  por último la persona dijo que le convenía más la plata, trabajar y deforestar que tal vez seguir la tradición de nosotros que es amigable con la naturaleza, entonces tocó expulsarlo del consejo comunitario. Pero qué pasó; que con el pasar del tiempo tuvo problemas acá con grupos al margen de la Ley; y buscó que nosotros como comunidad afro volviéramos a respaldarlo, pero lamentablemente a él ya lo habíamos sacado, es decir ya se había desafiliado porque no quiso en su momento cumplir el reglamento. Este fue un caso que resolvimos; en ese orden de ideas nosotros lo que queremos con la justicia propia es buscar la manera de adoptar nuestros mismos métodos de justicia, para resolución de conflictos, pero que sea aceptada y reconocida por el Estado Colombiano”.

De igual manera lideres afrocolombianos nos han dado a conocer que en Putumayo dependiendo la región, así mismo son los reglamentos internos, por ejemplo  en el alto Putumayo lo que es el Valle de Sibundoy la geografía es muy diferente a la del medio Putumayo; por decir algo Puerto Guzmán en un gran porcentaje es netamente ganadero, entonces la cosmovisión de acá de los afros es diferente a la que tienen en el alto Putumayo que es agrícola, allá trabajan con la papa, maíz y demás, es por eso que de acuerdo a cada territorio los reglamentos internos tienen alguna diferencia y la justicia se aplica dependiendo del sector y las tradiciones de donde vengan las comunidades afrodescendientes.

 Siguen trabajando

Estas son algunas de las razones que han llevado a la población afrodescendiente a luchar por lograr el reconocimiento de su justicia propia, “nosotros venimos trabajando desde el 8 de febrero del 2019 en los municipios de Villagarzón, Mocoa, Puerto Guzmán, Puerto Caicedo, Puerto Asís, Puerto Leguízamo, San Miguel, Valle del Guamuez y Orito. Esos son los municipios priorizados, aspiramos que una vez aprobados nuevos recursos para continuar con el proceso, podamos integrar al Valle de Sibundoy, porque allá también hay comunidad negra presente que aunque no esté tan organizada si hay presencia”, precisó Guillermo Cortez; quien además dijo que cuando se formuló el proyecto se hablaba solamente de siete municipios PDET y después se incorporó a Villagarzón y Mocoa pero en estos momentos el alto Putumayo, no está dentro del proyecto y aspiran integrar al Alto Putumayo “para que hablemos de la justicia afrocolombiana  en todo el Putumayo, porque nuestra etnia tiene presencia en todo el departamento”.

“Cuando nosotros hablamos de justicia propia, estamos defendiendo unos derechos que los adquirimos a través del convenio 169 de 1989 aprobado por la Organización Internacional del Trabajo OIT y adoptado por Colombia mediante la Ley 21 de 1991” puntualiza Guillermo.

Para finalizar es importante recordar que el pueblo negro afrocolombiano, raizal y palenquero, ha sido invisibilizado, discriminado y estigmatizado por el color de su piel y por la condición de esclavitud en la que llegó a América, por lo que tienden a ser contratados para trabajar en tareas relacionadas con trabajos forzosos y no calificados así como mal remunerados, según nos ha contado la historia, ellos apenas tuvieron reconocimiento legal mediante el artículo transitorio 55 de la Constitución Nacional, de ahí nació la Ley 70 y una serie de normas que viene reconociendo sus derechos y sus luchas, sin embargo  hay que analizar y reflexionar que la Ley 70 va a cumplir 27 años y de los 8 capítulos que contiene solamente se han reglamentado cuatro; “la comunidad debe de entender de que nosotros estamos en estos procesos no por obstaculizar el desarrollo, sino que estamos trabajando por la supervivencia como grupo etnico”, concluyó Guillermo Cortez quien junto con  los demás integrantes de FEDECAP insisten en que el Gobierno Nacional reconozca la Justicia propia afrodescendiente  para  que este tiempo de lucha haya valido la pena.


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