Germán Arenas – LBM
Desde hace varios meses las autoridades de policía le vienen siguiéndole la pista a una banda que está encargada de la distribución de “Tusi”, conocida también como la cocaína rosada.
El pasado 30 de mayo la policía captura a dos personas en el municipio de Sibundoy cuando transportaban en un vehículo 3 gramos de “Tusi”, y otra cantidad similar de marihuana, horas más tarde un juez de Control y Garantía los dejó en libertad bajo el argumento que era para el consumo personal.
Desde ese momento los investigadores de la SIJIN, se colocaron a la tarea de investigar la procedencia de la droga que tiene un coto en el mercado de casi 500 mil pesos gramo. Les llamó la atención que uno de los capturados era un reconocido odontólogo del Valle de Sibundoy.
Para los meses de agosto y septiembre las autoridades establecen que en Mocoa, se dispara el consumo de la droga sintética sobre todo en las fiestas Covid, o fiestas clandestinas donde asisten personas de buena posición económica y social de la capital del Putumayo.
Los sabuesos y según el coronel Francisco Gelvéz Alemán, han logrado establecer que en un motel de la ciudad organizan fiestas clandestinas en suites donde ofrecen mujeres, bebidas embriagantes y la novedad de la nueva droga; fiestas en plena pandemia no solo, en dicho motel sino, en varias fincas a las afueras de la ciudad.
Pero las pistas siguen más allá y también establecen que el consumo se están registrando en casas que han acondicionados como bares donde se reúnen varias personas a consumir alcohol y drogas, acción camuflada por ser casas de familia donde la autoridad no puede actuar.
Varias personas han sido sorprendidas con la droga en su poder pero tiene que ser dejadas en libertad ya que no exceden los gramos no permitidos. Varios de los sorprendidos son personas que prestan servicio de domicilios lo que les da una pista a las mismas autoridades para determinar que la distribución lo hacen puerta a puerta para evadir la vigilancia de la misma policía.
Testimonio de un adicto
Siempre he sido una persona exigente con mis gustos. Quizá por eso terminé siendo adicto al ‘Tusi’, una de las drogas sintéticas más costosas que están pasando por las narices de algunas personas de Mocoa, dejando una estela de color rosado, olor a fresa y malas decisiones en las rumbas Covid de la ciudad.
Déjeme advertirle que el ‘Tusi’ o rosado, como se le conoce popularmente, no es cualquier droga. Los ‘dealers’ o jíbaros se están interesando cada vez más en la comercialización de esta sustancia psicoactiva, que toma su nombre del popular europeo 2C-B (por su pronunciación en inglés), una droga sintética que, gracias a Dios, no ha llegado al Putumayo, pero que inspiró la sustancia a base de ketamina, un potente analgésico usado en la medicina por sus propiedades sedantes y anestésicas, que consumía a $120 mil el gramo.
Desde que probé la droga me quedo gustando hasta el punto que invitaba a mis amigos más cercanos a que probaran y se pusieran en euforia junto conmigo, muchos me copiaron a ida, otros solo me dejaron.
Hoy, meses más tarde he perdido gran parte de mi patrimonio económico por culpa de la “Tentación Rosada”, hasta el punto que mi negocio se vino a pique. Un parcero un día en una fiesta clandestina me ofreció un primer pase en el baño de una discoteca de Mocoa, esa noche experimente mil sensaciones extrañas, veía a todas las mujeres bellas como reinas y me reía de ellas, decía que eran clones, fue un tremendo viaje…
Ese mismo parcero días después me ubico en mi negocio y me dijo que cuando quisiera más de aquello le escribiera por WhatsApp y le pidiera, solo le escribiera, nada de llamadas, me advirtió.
Le confieso que acá en Mocoa hay gente de una buena posición social consumiendo, hacen unos bacanales donde participan hombres y mujeres, que usted no se imagina.
Testimonio de una persona que pidió reserva de su identidad y que hoy busca rehabilitación en un centro especializado en el interior del país.
La ruta
En estos momentos las autoridades tienen grandes avances en la investigación y han determinado la ruta que están utilizando los distribuidores para ingresar la sustancia utilizando dos rutas una por Bogotá, Nieva y la segunda Cali y Pasto.
El problema de la ubicación del “Tusi”, es que por ser una sustancia en polvo es camuflada muy fácilmente en caletas estratégicas que son hasta el momento imposibles de detectar.
“Los distribuidores no transportan grandes cantidades, lo hacen en pequeña porciones teniendo el alto costo del producto y lo que significa para ellos que un gramo lo comercializan en casi 500 mil pesos, por eso con la venta de tres o cuatro gramos le es muy rentable”; señalo uno de los detectives de la SIJIN.
Igualmente argumento que utilizan a personas para que transporte hasta 2 gramos y en caso de ser detenidos por la policía queden en libertad ya que no están cometiendo infracción alguna, ya que aducen que es para su consumo personal y el juez los deja en libertad.
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El comandante de la policía en el Putumayo coronel Francisco Gelvéz Alemán, confirmó que se está con buenas bases sólidas para dar los primeros golpes a las bandas dedicadas a la distribución de la cocaína rosada “Tusi”, pero no profundizó en detalles para no entorpecer la investigación.-