Después de la crisis económica que sin lugar a dudas está generando el coronavirus, específicamente por las medidas de aislamiento que se fueron tomando en el primer semestre del 2020, muchas personas quedaron prácticamente excluidas del sistema financiero que otorga créditos personales de manera tradicional. Ante eso, tuvieron de manera rápida que buscar alternativas para tener liquidez y es así que ganaron protagonismo las “fintech”, es decir, empresas de tecnología que otorgan préstamos en el acto, muchas veces de manera 100% online, y que aproximadamente, ya son aproximadamente 40 empresas dedicadas a eso.
Estas operaciones de financiamiento son también conocidas como “microcrédito” debido a que en muchos casos, lo que se termina prestando es un monto bajo ante la imposibilidad, por ejemplo, de que los clientes puedan acreditar ingresos formales. Si bien estas empresas asumen un riesgo importante, también se debe mencionar que ofrecen tasas de interés anuales que son altas, es decir, superan en algunos casos (llegando hasta el doble según cada caso en particular) aquellas que estipula que se deben cobrar la Superintendencia Financiera.
Quien quiere acceder a un crédito siempre anhela poder tener menor interés posible, que es el que ofrecen generalmente los bancos, pero ante la negativa de prestar de muchos de ellos o de establecer condiciones que no puede cumplir determinados sectores de la población, surgen opciones como los “nanocréditos” que sirven principalmente para afrontar necesidades rápidas o que son urgentes, que no se pueden posponer en el tiempo. Estas plataformas digitales se dedican a prestar pequeñas sumas, que van desde $50.000 a $500.000 y parecen ser, a priori, una mejor alternativa que los créditos otorgados por particulares, en donde muchas veces las condiciones se pactan incluso de palabra, sin documentación alguna.
Indican especialistas en la materia como puede ser el Sr. Erick Rincón, que en la actualidad el presidente de Colombia Fintech que estos préstamos son de bajo monto, alcanzando en promedio los $300.000 (en caso de solicitudes de personas particulares) y que si bien el destino del dinero en efectivo suele ser variado, analizando las necesidades de los solicitantes, casi siempre es para realizar el pago de servicios que son públicos u obligaciones cotidianas. Quienes afirman que este surgimiento de nuevas empresas de créditos digitales es sumamente positivo, indican que pueden por medio de ellas acceder a préstamos personas que antes no podían, tales como quienes trabajan en la informalidad como así también profesionales independientes. Estas plataformas en sus inicios comenzaron otorgando dinero con fondos propios, pero con el paso de los días fueron ampliando su negocio y actualmente también captan liquidez mediante financiación de fondos de inversión.
Ejemplos concretos de dichas empresas pueden ser Capital Pocket, Davipay, Tuya, Rappi Pay, Nequi, entre algunas otras. Si bien no todas claramente ofrecen créditos personales, pueden ser muy útiles para hacer transferencias, pago de servicios, compra con descuentos, entre otras cosas. Además, es positivo que por el momento, por la Superintendencia de Industria y Comercio, se encuentren vigiladas y se pueda tener más seguridad acerca de su funcionamiento, sobre todo en protección de datos y legalidad de sus operaciones.