Ni la lluvia del año pasado frenó la deforestación en la Amazonia colombiana

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 El monumento del hacha en San Vicente del Caguán plasma el panorama que viven los bosques amazónicos. Foto: Jhon Barros.

Fuente : SEmana

Así lo revela un análisis de la Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS), de entre abril y septiembre de 2019, meses en los que el arco noroccidental amazónico perdió 3.685 hectáreas de bosque. El informe contrasta con el panorama del mismo periodo revelado por el Gobierno, cuando celebró la ausencia de núcleos de pérdida boscosa en la zona.

La pérdida total del bosque colombiano durante 2019 por causa de la motosierra aún es un interrogante. Tradicionalmente, el Gobierno presenta estas cifras seis meses después de la terminación de cada año, es decir que hasta junio podría conocerse si la deforestación incrementó o redujo su accionar.

El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), entidad encargada de monitorear el estado de los bosques nacionales, que cubren más de la mitad de todo el territorio nacional, publica esporádicamente informes de alertas tempranas trimestrales, los cuales dan luces de cómo ha sido el comportamiento de la peor problemática ambiental en el país.


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A la fecha, el Ideam ha publicado las alertas tempranas de los primeros tres trimestres de 2019, es decir entre enero y septiembre. El de los últimos meses aún es un misterio, o por lo menos no está publicado en la página del Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono de la entidad.

En extensas praderas se están convirtiendo los bosques amazónicos de Colombia. Foto: FCDS.

El 28 de octubre de 2019, cuando se conoció el informe de alertas tempranas del Ideam durante el segundo trimestre del año, es decir entre abril y junio, meses que coinciden con la llegada de las lluvias en la mayor parte del territorio nacional, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible dio un parte de tranquilidad para los bosques amazónicos.


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El ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, celebró que por primera vez desde que existe el sistema de monitoreo de bosques, este no evidenció formación de núcleos que advirtieran la pérdida de bosques en la Amazonia colombiana, pese a la persistencia de detecciones de deforestación en Guaviare y Putumayo. 

Guaviare es uno de los tres departamentos más deforestados en el territorio nacional. Foto: FCDS.

El boletín 19 del Ideam reportó que la Amazonia colombiana no tuvo la formación de los graves núcleos de deforestación que históricamente se registraban entre abril y junio. “Es el primer periodo de reporte semestral o trimestral en donde no se identifican núcleos de alerta temprana de deforestación en el bioma de la Amazonia”, cita el comunicado de prensa del MinAmbiente.

En el informe del tercer trimestre, entre julio y septiembre, el Ideam volvió a destacar una reducción en la deforestación amazónica, al revelar que solo se había presentado un núcleo importante de pérdida de bosque en el departamento de Putumayo.

Motosierra en la lluvia

La Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS) acaba de tumbar el parte de tranquilidad por la Amazonia dada por el Gobierno entre abril y septiembre del año pasado.

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Un análisis de la organización muestra que entre esos seis meses, 3.685 hectáreas de bosque desaparecieron en el arco noroccidental de la Amazonia, zona conformada por 10 municipios de Caquetá, Guaviare y Meta y partes de los Parques Nacionales Naturales Tinigua, La Macarena y Chiribiquete, y la reserva Nukak, lo que indica que la deforestación no tuvo tregua ni en la época de lluvia.

“Aunque el proceso de deforestación en el arco noroccidental amazónico en época de invierno se presenta con menor intensidad, el flagelo se mantiene por cuenta de la apropiación ilegal de tierras, ampliación de lotes para ganadería y praderización, cultivos ilícitos y apertura de vías”, apunta la FCDS.

De las casi 3.700 hectáreas deforestadas en el arco noroccidental, 37 por ciento ocurrió en el municipio de La Macarena y 22 por ciento en el Parque Nacional Tinigua, lo que la FCDS cataloga como preocupante.

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Los resguardos indígenas tampoco se salvaron del yugo de las mafias deforestadoras. Nukak-Makú y los Llanos del Yarí – Yaguara II, perdieron 172 hectáreas bajo las lluvias, 92 y 80 hectáreas respectivamente.

El resguardo Nukak es una de las principales víctimas de la deforestación en la Amazonia. Foto: FCDS.

“Esta situación es especialmente crítica debido a que esta deforestación sigue siendo causada por ocupantes ilegítimos, pues los dueños de estos territorios fueron desplazados forzosamente y se encuentran en proceso de restitución de sus derechos territoriales”, anota la fundación.

La FCDS también evidenció apertura de vías en la Amazonia. Dentro de los primeros 18 kilómetros del tramo vial que comunica al centro poblado de Calamar con Miraflores, en el sector de Agua Bonita, se amplió el ancho de vía en 67 hectáreas.

“En las zonas donde hubo operativos institucionales de control a la deforestación en el marco de la estrategia Artemisa, entre abril y septiembre de 2019, se deforestó un área menor que en periodos anteriores, 21 hectáreas ampliando lotes que ya existían”, puntualiza la FCDS.


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