Crónica de un robo admitido, declarado y premiado

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Agustín Ordoñez Gonzalez

or : Agustín Ordoñez

Un hecho aberrante, vergonzoso y triste, que se constituye en un atraco descarado a un equipo, a unos deportistas aguerridos y honestos, que afrontaron solos, sin ningún apoyo gubernamental, su preparación, participación y representación del Departamento del Putumayo en los Juegos de la Amazonia y Orinoquia, sacrificando tiempo, trabajo y recursos, se acaba de presentar en el torneo de baloncesto masculino de este certamen de índole nacional.

Tras derrotar a los equipos de Amazonas, Guainía y Casanare, el seleccionado de Baloncesto Masculino del Putumayo,clasificó primero en su grupo y accede a la fase semifinal del torneo, en la que debe enfrentar al equipo de Vichada, clasificado en el otro grupo. El partido se juega en la noche del día jueves 17 de Octubre y Putumayo derrota a Vichada en un vibrante juego que terminó con un marcador de 62 a 46 y que transcurrió sin ningún problema. La final se debía disputar el sábado 19 de Octubre enfrentando a Caquetá, el otro finalista.


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Esa misma noche, la entrenadora del equipo, Adriana Ordoñez, es notificada de una demanda del partido por parte del equipo de Vichada, demanda cuyo contenido no se ha permitido conocer a nadie y que es admitida sin ningún soporte, argumento claro o prueba.

El reglamento de la competencia establece que cada equipo debe tener cuatro jugadores indígenas, de los cuales mínimo dos deben estar jugando. Estos jugadores indígenas están identificados con un distintivo que portan en su muñeca. Según el oficio de notificación de la demanda, que envía la Organización de los Juegos, el equipo de Vichada aduce que al reemplazar a un jugador de Putumayo, por acumulación de faltas, se habría dejado un solo jugador con distintivo de indígena en el campo, de los dos que exige el reglamento, algo que nunca ocurrió, que ni la organización ni el equipo demandante han podido demostrar por cuanto no existe evidencia y de lo cual los jueces nunca hicieron la observación ni durante el transcurso del partido ni lo registraron en la planilla de juego, que sería la única evidencia válida en este caso.

Los jueces presentan un informe escrito a mano, al día siguiente y por fuera de la planilla, en el cual manifiestan que el hecho se habría presentado en el segundo cuarto. Al revisar la PLANILLA DE JUEGO, se observa que en el segundo cuarto eso no ocurrió, por cuanto los dos jugadores con distintivo de indígena, el número 9, SEBASTIAN CUARAN CEBALLOS, y el número 12, ANDRÉS NUPAN GOMEZ, aparecen registrados y en juego y no se presenta cambio. En el baloncesto es muy difícil y prácticamente nunca ocurre, que cuando apenas transcurre el segundo cuarto un jugador acumule 5 faltas y deba salir del juego..

La única evidencia que existe, un video que no es de la organización ni del demandante, permite observar cuando el jugador de Putumayo comete la falta en el cuarto tiempo, no en el segundo, falta que le otorga dos tiros libres a Vichada. Cuando se disponen a cobrar los tiros libres, el jugador de Putumayo que cometió la falta y que tiene distintivo de indígena, es notificado por la Mesa de Control de su quinta falta, situación que lo excluye del juego. El video permite observar que el jugadornotificado se retira del campo y en su reemplazo entra otro jugador que también tiene dicho distintivo.


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Todas las evidencias dejan sin piso y sin fundamento la demanda de Vichada, sin embargo la Organización le da la razón y lo declara ganador, con lo cual obtiene el derecho a disputar la final enfrentando a Caquetá. Y aquí viene lo vergonzoso y aberrante.

Antes del inicio del partido final entre Vichada y Caquetá, un grupo de aficionados putumayenses ingresan al campo de juego en un acto de protesta por esta injusticia en contra del departamento del Putumayo. Durante dicha protesta aparece un funcionario de la Organización del orden nacional y ante varias personas admite que se cometió un error por parte de la organización y que se equivocaron, pero que no hay nada que hacer y que a pesar de la injusticia, o mejor, de este robo descarado y declarado públicamente, la final se debe disputar entre estos dos equipos. Cabe anotar que desde el comienzo nadie ayudó a defender al equipo de este atropello y algunos funcionarios putumayenses parecían más inclinados a que esto “se deje así”.

Nos sentimos orgullosos de la representación digna y decorosa que hizo nuestro equipo de baloncesto masculino, a pesar de esta injusticia, al igual que del equipo femenino que se coronó Campeón.

Además de esta injusticia, es necesario mencionar también la que se comete con nuestros deportistas por parte de los entes gubernamentales, Gobernación e Indercultura, que prácticamente dejaron solos a los deportistas, quienes tuvieron que hacer grandes esfuerzos y hasta actividades para recolectar fondos y poder representar al departamento en estos Juegos. A los jugadores, a quienes no se les entregó un uniforme de presentación,  se les exigía asistir al acto de inauguración con el mismo uniforme de juego. Luego, las sudaderas que les entregaron no aguantaron ni el estrene, porque se rompieron

Qué triste que se piense más en la utilidad, en la ganancia, que en nuestros deportistas y en nuestro departamento. Qué triste que los deportistas de otros departamentos manifiesten abiertamente que no quisieran que los Juegos vuelvan a realizarse en Putumayo, por las malas condiciones de atención que recibieron. Qué triste que se lleven esta imagen tan negativa de nuestro departamento.


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