El petróleo le quitó la tranquilidad a la comunidad Siona en el Putumayo

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En la foto: Pueblo Siona departamento del Putumayo/URT

Puerto Asís/Colprensa

Según datos de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, la empresa Amerisur Exploración Colombia Ltda. Cuenta con 33 contratos vigentes para exploración y explotación de hidrocarburos en la llamada Cuenca Caguán-Putumayo.

De ellos, 17 se encuentran en jurisdicción del departamento de Putumayo, en fase de explotación tanto el contrato 154, que corresponde al Bloque Platanillo, un área de 12 mil hectáreas ubicadas en el municipio de Puerto Asís; y el contrato PUT-9, de 49.150 hectáreas que abarcan jurisdicción tanto de Puerto Asís como de Puerto Caicedo.

Ambas explotaciones están contiguas al resguardo Buenavista. Si bien para el inicio de estas operaciones no se surtió proceso de consulta previa por cuanto no estaban dentro del resguardo como tal, la comunidad indígena Siona sostiene que desde la empresa comenzó a extraerle petróleo a la tierra, muchas cosas han cambiado para mal.


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“Son varias las afectaciones. Una de ellas es la contaminación del río”, explica Sandro Piaguajé, actual gobernador del resguardo Buenavista, cuyo apellido en lengua nativa significa “gente del ají”. Y agrega: “La empresa alega que la contaminación es por la minería ilegal y los laboratorios para producir cocaína. Y no vamos a negar que en el territorio hay coca y que, para Puerto Caicedo (municipio), hay minería, pero también es cierto que hay contaminación por parte de la petrolera, que ellos han vertido residuos de sus operaciones en las aguas del río. Los niños no se pueden bañar en el río porque les puede dar enfermedades en la piel.

Para corroborarlo, autoridades del pueblo Siona solicitarán una comisión de verificación de afectaciones e impactos socio-ambientales para que tanto las entidades del sector minero-energético, como las autoridades ambientales, el Ministerio Público y las organizaciones acompañantes y garantes, visiten la zona y realicen las respectivas muestras que determinen qué tan contaminadas están las fuentes hídricas. “Aún no tenemos fechas, pero estamos en esas, definiendo para cuándo vamos a solicitar esa comisión”, expresa el gobernador indígena.

La cultura del Yage


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La toma de yajé es parte fundamental de la cosmogonía Siona. Este bebedizo, extraído de la savia de una liana que crece en tierra, trepa por los troncos de los árboles hasta alcanzar sus partes altas, donde se ramifica, es fuente de su espiritualidad. Como señala Mario Erazo Yaiguaje, “el yajé es nuestra medicina. Es lo que nos ha permitido mantenernos fuertes, unidos, enfrentando todas las amenazas que tenemos en nuestra contra”.

Los Siona, el yajé les permite conectar los planos de mundos que nos son perceptibles por medio de los sentidos. Despeja dudas, entrega respuestas. A esta práctica ancestral y cultural agradecen, por ejemplo, el resultado más reciente que han logrado para frenar, de momento, el avance de Amerisur Exploración Colombia Ltda. Por su territorio.

Se trata de la medida cautelar ordenada por el Juzgado Primero Civil del Circuito Especializado de Restitución de Tierras de Mocoa, proferida el 21 de agosto de 2018 en el marco del proceso de restitución de derechos territoriales del resguardo Buenavista. En la medida, el Juzgado ordenó a la empresa petrolera “abstenerse, de manera inmediata, de realizar acciones encaminadas a la ejecución del proyecto sísmica para el bloque PUT-12”, un bloque de 55 mil hectáreas que comprende áreas de los municipios de Puerto Asís y Puerto Leguizamo y que se solapan con parte de las tierras solicitadas en ampliación.

“La empresa realizó un proceso de consulta previa en 2014, que no contó con el acompañamiento ni de la Dirección de Asuntos Étnicos (del Ministerio del Interior) ni de la Defensoría ni Procuraduría. Prácticamente lo que nos dijeron fue: ‘Venimos a notificarlos de los trabajos que vamos a realizar, no a pedirles permiso, porque alegaban, las tierras donde iban a hacer la sísmica, no estaban tituladas legalmente a nombre del resguardo”, recuerda Mario Erazo Yaiguaje, quien era gobernador del resguardo Buenavista para aquel entonces. “Pues nos tocó realizar todo tipo de acciones para oponernos a eso, porque como le manifestamos a la empresa, no queremos explotación de recursos naturales en nuestro territorio”.

Pese a la orden del Juzgado Primero, “ellos (la empresa) siguen realizando trabajos. El año pasado se metieron 1.200 metros adentro del resguardo, para abrir nuevos caminos para sus máquinas, sin consultarnos”, señala Mario.

Al momento, no es clara la postura de Amerisur Exploración Colombia Ltda. respecto a la solicitud de ampliación. Abogadas de la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ), quienes representan judicialmente al pueblo Siona del resguardo Buenavista en este proceso, plantearon que “la empresa inicialmente contestó la demanda en calidad de opositor al proceso judicial. Sin embargo, este año a través de memoriales radicados ante el juez, han variado su estrategia señalando que no se oponen a la pretensión de restitución, pues les es indiferente para su proyecto petrolero quién sea el dueño del territorio”.

Con el cambio de postura, aseveraron las abogadas de la CCJ, la petrolera “ha tratado de presentarse neutral al proceso de restitución buscando ‘higienizar’ su intervención, claramente ilegal, no sólo porque las economías extractivas ahondan la discriminación histórica y estructural en la que se encuentran los pueblos indígenas profundizando las brechas de desigualdad, siendo factores conexos y subyacentes con el conflicto armado interno, tal y como lo reconoció la Corte Constitucional en el año 2009; sino porque de manera expresa el Decreto Ley 4633 de 2011 señala como una modalidad de despojo la apropiación de los recursos naturales de estos territorios”.

Adicionalmente, expusieron que “cuando se trata de un pueblo en riesgo de exterminio físico y cultural, que se enfrenta a consultas previas amañadas, sin información suficiente ni ningún tipo de garantía, no es posible afirmar que se esté desarrollando la actividad petrolera en cumplimiento de las obligaciones de ley”.

El presidente ejecutivo de Amerisur para Colombia, Carlos Martínez, no ha dado respuesta sobre estas inquietudes planteadas por el pueblo Siona, y la violación a los Derechos Humanos en el Putumayo.


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