La Política del Buen Ciudadano

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Juan Carlos Espinosa Santacruz – Economista

Por: Juan Carlos Espinosa Santacruz

“Las personas que venden el voto se hacen un gran daño a si mismas y perjudican mucho a la sociedad, porque con esta decisión están propiciando que bandas de ladrones y criminales lleguen a las organizaciones y al gobierno público a saquear sus recursos y a bloquear su desarrollo”.

Hace unos días el Presidente del Consejo Nacional Electoral, Heriberto Sanabria Astudillo,  dictó una conferencia en Mocoa útil para quienes participan en el proceso de las elecciones de este año. La información que compartió fue importante, aunque nada diferente a la que se puede consultar a través de internet. Sin embargo creo que no se ha destacado una excelente propuesta que el magistrado Sanabria, viene liderando, la cual denominó El Buen Ciudadano y tiene como objetivo lograr cambios en el comportamiento los electores, que repercutan en mejores decisiones políticas. Este es un buen propósito que hay que apoyar, pero creo que se queda corto. El cambio en el comportamiento que se requiere no es solo de los ciudadanos, referido a los mayores de 18 años, sino en todos los seres humanos y no sólo en el aspecto político, sino en todos los aspectos de la vida.

Los colombianos  debemos reconocer que hay una profunda crisis social, política, ambiental, económica y cultural en nuestro pais que no está siendo bien atendida. Pruebas de esta crisis se encuentran en las noticias que se registran a diario. La violencia cada día crece más en diversas partes del territorio, el asesinato sistemático de líderes sociales, que no para ni conmueve al gobierno; el crecimiento del cultivo de coca y del narcotráfico, la deforestación de los bosques, la ocupación irregular de zonas de protección ambiental;el incremento en la inseguridad urbana,  las frecuentes agresiones sexuales contra mujeres y niños, la galopante corrupción en todos los niveles, las obras sin terminar o mal construidas; la polarización política;las campañas electorales financiadas por el narcotráfico y por demás mafias criminales; la compra de votos; el proyecto de ciertos sectores políticos de restablecer un régimen de terror y violencia, desconociendo los acuerdos alcanzados; el creciente desempleo urbano; el empobrecimiento del campo y la intolerancia ciudadana, entre otros problemas.


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También debemos reconocer que está en nuestras manos cambiar en buena parte esta situación. Cómo? Haciendo un compromisopersonal y comunitario que permita generar la Cultura del Buen Ciudadano,  basado en los siguientes propósitos.

1.       Valorar y respetar la vida. Nada justifica el asesinato de otra persona. Como seres humanos debemos convencernos de que la vida es sagrada y debemos protegerla.Es importante también cuidarnos más a nosotros mismos, en todos los aspectos y ayudar a cuidar y proteger a los demás.Apoyar todos los esfuerzos para alcanzar la Paz. Y también cuidar y respetar los demás seres vivos.

2.       Respetar las diferencias. Cada uno de nosotros es un ser humano único, con un sistema de creencias que no es igual al de los demás, pero que debe respetarse. Esa es la esencia de la sociedad, de la democracia y de la cultura, el respeto por los demás, sin discriminar a nadie por sus convicciones religiosas, políticas o por su raza, por su edad, oficio, nivel económico o por sus preferencias de género.

3.       Respetar, defender y cuidar la naturaleza y ayudar a su recuperación. Sólo es posible la vida futura si protegemos y conservamos el patrimonio natural que tenemos. No podemos seguir sacrificando el acceso al agua limpia, ni la biodiversidad con proyectos mineros extractivistas, ni con economías depredadoras del bosque y su biodiversidad. Debemos reconvertir prácticas productivas insostenibles. También debemos hacer un consumo responsable, reciclar, separar los residuos en nuestras casas y sembrar más árboles.


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4.       Desarrollar el sentido de pertenencia por la comunidad y  el territorio en que vivimos. El territorio es la casa de todos. Debemos querer nuestro municipio y cuidar su territorio y los elementos que lo componen. Debemos querer y cuidar nuestros pueblos y ciudades, que deben adecuarse a las necesidades de sus habitantes.

5.       Educar y educarnos para ser mejores seres humanos. El aprendizaje es la base del desarrollo social. Debemos educarnos para conocernos y conocer más, buscando alcanzar el máximo de nuestro potencial, el máximo de nuestra creatividad, productividad y eficiencia, para ser competitivos. La educación es fundamental también para generar buenas razones para actuar y el criterio suficiente para la toma de decisiones.

6.       Trabajar más, ser más productivos y competitivos. Debemos enfocar nuestros conocimientos, energías y acciones hacia el emprendimiento y la creación de negocios y buscar ser más competitivos. Los actuales empleos tanto en el sector público como privado cada día son más escasos. La alternativa es la creación de empresas y negocios. Ese es el camino para la superación de la pobreza.

7.       Indagar y adquirir conocimientos para participar informados. Todo ciudadano debe conocer su entorno y la dinámica social, económica, cultural y ambiental del territorio y del país. No debemos ser ajenos a los que pasa en el país y en el territorio, debemos estar al tanto de lo que sucede, informarnos  y enterarnos para poder ejercer nuestros derechos y participar conscientemente. No debemos creer en todo lo que nos digan los medios o las redes, hay que confrontar la información para tener certeza de los hechos.

8.       Participar y actuar más. Todo lo que pasa en la sociedad afecta al ser humano, participemos o no. Entonces es mejor participar en la construcción de una mejor sociedad. Pero esa participación debe ser libre, no condicionada por nadie, pensando en el bien común y en el bienestar de la sociedad no en el beneficio personal. Los ámbitos de participación son diversos y comprenden lo social, cultural, económico, ambiental y político. Todos estos ámbitos son importantes, pero es crucial para el buen ciudadano la participación responsable, consciente y libre en la política. Participar para incidir en la toma de decisiones. Dejar el conformismo y la pasividad y actuar más, con una acción concertada orientada a resultados comunitarios.

9.       Organizar la sociedad. Solos, poco logramos, organizados, podemos todo. La crisis actual se debe a unos pocos que han encontrado la forma de decidir para beneficio propio la vida de los demás y para alcanzar el poder para provecho particular. Los buenos somos más. Pero debemos unirnos y organizarnos para tener incidencia en las decisiones vitales de la sociedad.

10.   Ser legales. Apegarnos a las normas, a las Leyes, no hay otro camino para avanzar en un proceso de desarrollo sostenido y justo. La ilegalidad no ayuda a la construcción de buenas sociedades. El respeto de las normas es crucial.

11.   Ser solidarios. Debemos ayudarnos unos a otros. Debemos ser sensibles con el dolor y los problemas de los demás y estar dispuestos a ayudar, a servir. La solidaridad construye sociedades más fuertes, más sanas y más unidas.

12.   Elegir a los mejores. Esto es fundamental, en cada nivel de la organización ciudadana. Debemos llevar a los mejores ciudadanos a los cargos de liderazgo en las empresas, en las organizaciones sociales, en las Juntas de Acción Comunal y por supuesto en los cargos de elección popular como el de Alcalde, Gobernador y Presidente y en las corporaciones públicas como concejos municipales, asambleas y congreso. Recuerden que las organizaciones terminan pareciéndose a sus líderes; por eso debemos escoger bien al líder. Si escogemos un bandido, toda la organización se corrompe, pero si escogemos un líder bueno, comprometido con el bien común y con cambios deseables, la organización crece positivamente.

13.   Votar a conciencia y de manera libre. La mayor parte de los problemas que tiene nuestra sociedad nacen de las decisiones equivocadas en los procesos mediantes los cuales se elige a una persona para conducir una organización o una comunidad. Una de esas decisiones equivocadas es no votar. La abstención no ayuda a la solución de los problemas de la comunidad, es parte del problema; con esta conducta estamos propiciando que menos de la mitad decidan por el 100% de la población. El día en que la participación en las elecciones oficiales sea de más del 80% de las personas aptas para votar, muchas cosas cambiarán. Otra decisión equivocada es vender el voto. Las personas que venden el voto se hacen un gran daño a si mismas y perjudican mucho a la sociedad, porque con esta decisión están propiciando que bandas de ladrones y criminales lleguen a las organizaciones y al gobierno público a saquear sus recursos  y a bloquear su desarrollo.

Cada uno de nosotros puede ayudar desde hoy mismo a que la situación cambie. Este no es un tema de próximas generaciones. Es del presente. No debemos esperar una campaña del gobierno o un proceso de educación en valores para cambiar lo que está en nuestras manos. Tampoco es necesario esperar un próximo gobierno. Sólo es cuestión de decidir cada uno ser un Buen Ciudadano, un buen ser humano. El bienestar de la sociedad solo se puede alcanzar de forma sostenible si decididamente nos volvemos buenos ciudadanos.

Los alcaldes deberían diseñar e implementar la Política del Buen Ciudadano y con su ejemplo y apoyo ayudar a alcanzar los objetivos que aquí se proponen. Los candidatos que aspiren al cargo de Alcalde, deberían incorporar el compromiso con implementar esta política en sus programas de gobierno.

Los invito a que nos vinculemos al Club del Buen Ciudadano, apoyando el desarrollo de comportamientos y acciones que nos ayuden a lograr los 13 objetivos propuestos. Yo ya comencé. Agradezco sus comentarios y propuestas al correo juancaes001@gmail.com


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