El panorama de la salud sexual y reproductiva en zonas de conflicto

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En varias oportunidades se ha abordado la utilización de la mujer como método de guerra y la violencia sexual como una de esas consecuencias que durante más de 50 años ha dejado el conflicto armado en el país.

De esa situación se desprenden varios escenarios, que según las fuentes consultadas terminan siendo poco explorados y siguen dejando consecuencias negativas para sus pobladores. Se trata de las enfermedades de transmisión sexual, patologías que por las características de las zonas y la cultura de los habitantes, especialmente en zonas donde más se ha vivido la guerra, se reconoce que en ocasiones no están siendo tratadas de una manera adecuada.

En el año 2017 el Instituto Nacional de Salud realizó una investigación sobre las consecuencias del conflicto en la salud de los pobladores, en ese informe se identificaron las siguientes zonas del país como las más críticas:

1) Los municipios y departamentos conocidos como corredores fronterizos con Venezuela.


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2) Bajo Putumayo, que recoge Orito, Puerto Asís, San Vicente del Caguán, el departamento del Meta y las demás zonas hasta llegar a la frontera con Brasil.

3) Corredor noroccidental que recoge la región del Catatumbo, Urabá, Magdalena Medio y el Bajo Cauca Antioqueño.

4) Cordillera Central que recoge los departamentos de Cauca, Huila y Tolima.

Sobre el tema de enfermedades de transmisión sexual en esta investigación, el Instituto Nacional de Salud solo se concentró en incluir el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), en donde sí se evidenció un aumento en el número de muertes en comparación con otras regiones del país.


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Sin embargo, se encontró que en muchas oportunidades la enfermedad no ha sido diagnosticada, por lo que una de las conclusiones es que en materia de diagnóstico se tienen muchos subregistros, porque los pacientes no saben que son portadores del virus.

Otra variable que se tuvo en cuenta entre las consecuencias del conflicto, en temas de sexualidad, es el alto número de embarazos en adolescentes, en donde las tasas sí muestran un aumento significativo a comparación con otros departamentos.

“Las tasas en los municipios de baja intensidad del conflicto están en 52 por cada mil mujeres y en las zonas de conflicto las tasas son de 72 por mil habitantes, lo que claramente es una desigualdad y una brecha mediada por el conflicto armado”, indicó el informe del INS.

Carlos Castañeda, director del Observatorio de Salud del INS, aseguró que evidentemente se tiene una relación directa entre los embarazos y demás enfermedades de transmisión sexual que se pueden adquirir, y que son desconocidas.

“En la revisión que realizamos para el informe se han identificado dos factores claves: por un lado, está todo lo que tiene que ver con la violencia sexual que se da en el marco de los conflictos. Eso implica que se violan mujeres como arma de guerra l,o que es desastroso y obviamente implica que hay unos actores que tienen las enfermedades y pueden transmitirlas a las personas que violan, son obligadas y no se utilizan métodos de barrera”, concluyó el director del Observatorio del INS, Carlos Castañeda.

Por otra parte, se encontraron barreras y la falta de unas mejores estrategias de prevención, con una educación limitada sobre el tema, lo que impide brindar las herramientas necesarias.

“Esto terminó siendo un caldo de cultivo perfecto para este tipo de infecciones que se transmiten muy fácilmente en un escenario donde no hay un cuidado adecuado. No se usan los métodos de barrera porque se desconocen y pues si se tiene una enfermedad de transmisión sexual, no se consulta o no se puede consultar a un servicio médico que brinde un tratamiento correspondiente”, añadió Castañeda.

Cifras nacionales

El Ministerio de Salud a través de sus estadísticas encontró un aumento en el número de contagios de enfermedades de transmisión sexual, de manera no específica se resumen las siguientes patologías:

• Sífilis
• Infección gonocócica
• Linfogranuloma venéreo
• A56 Otras enfermedades de transmisión sexual, debidas a clamidias
• Chancro
• Herpes genital
• VIH- SIDA

En las estadísticas se encontró que durante los últimos años se ha tenido un aumento en todo el país, a continuación, se presentan la cifra de contagios, en aquellas zonas caracterizadas por unas altas cifras de violencia.


Aumento de las cifras

Las estadísticas generales muestran que hay un aumento en el número de diagnósticos de enfermedades de transmisión sexual, una de las conclusiones de los habitantes es que después del conflicto con las Farc, las personas que viven en regiones dispersas tuvieron más oportunidad de atención, lo que ha podido llevar a un mejor diagnóstico.

Yilrley Velasco fue víctima de violencia sexual por grupos al margen de la ley, vive en el Salado, corregimiento de El Carmen de Bolívar y desde hace varios años viene trabajando con las comunidades, específicamente con las mujeres, empoderándolas y enseñándoles cuáles son los derechos que tienen en materia de salud sexual y reproductiva.

“La mayoría de gente piensa que eso ya no existe, que no está latente, pero la realidad es otra. Es un cáncer silencioso pero nosotras que somos las que estamos tocando el tema, sabemos que está pasando y que aún existe”, así define esta lideresa la situación actual de las enfermedades de transmisión sexual.

Para esta defensora de los derechos de las mujeres, el sexo y las enfermedades continúan siendo temas tabúes, pero lastimosamente las comunidades terminan contagiándose, ya sea porque su compañero es portador de alguna ETS o por las mismas dinámicas de violencia.

“Muchas mujeres se han metido a vivir, como le decimos acá en la Costa, con estos señores ya sean de la guerrilla o los paramilitares, pero digamos que no ha sido por voluntad, sino que a veces, por la intimidación, por el miedo o porque las obligan, terminan con estas personas que pueden tener una enfermedad y luego se la transmiten. Como hay tanta necesidad y carencias, pues las mujeres terminan accediendo y por otro lado están las violaciones, que también continúan en aumento”, sostiene Yirley.

Cecilia Miranda es otra lideresa que también se ha dedicado a trabajar con las mujeres en temas de salud sexual y reproductiva. Para ella no se puede desconocer que hay una relación directa entre los grupos al margen de la ley con estas enfermedades de transmisión sexual, cada vez en lugar de disminuir, aumentan porque la ilegalidad está cada vez más en las comunidades.

“Permanecen más en las zonas urbanas, no están en el monte, ni visten camuflados, pero todos los actores armados continúan haciendo sus fechorías”, aseguró Cecilia.

Sumada a esta situación, hay otra alerta que emiten estas defensoras y es que hay mucho desconocimiento sobre las enfermedades de transmisión sexual, que sumado a las zonas apartadas donde viven, se hace más difícil su diagnóstico.

“Una mujer que vive en una vereda o en un lugar bien apartado, no sabe lo que es un VIH o una sífilis. Con decirle que hay mujeres que jamás se han hecho una citología, ¿Usted se imagina cuántos casos hay que no han sido diagnosticados de manera oportuna?”, cuestionan Yirley y Cecilia.

Además, a los compañeros sentimentales “no les gusta que uno se le meta al rancho a decirles que se protejan o que cuidado porque tiene síntomas de tener una enfermedad venérea”, añade Cecilia.

Este desconocimiento ha llevado a que las mujeres, y muchas veces, también los hombres acudan a métodos caseros “como no saben lo que tienen, entonces terminan echándose que vinagre, o haciéndose baños con yerbas, pero no acuden a los centros de salud, para un diagnóstico y tratamiento oportuno”, explica Yirley Velasco.

Y finalmente, está el temor que muchas veces sienten las personas de acudir a los profesionales de la salud, “porque muchas veces viven ahí mismo en las comunidades, entonces les da miedo que terminen contando lo que tienen, entonces por eso, es mejor callar y no buscar un tratamiento”, comenta Cecilia Miranda.

El trabajo de los gobiernos en tema de salud sexual y reproductiva

Desde hace más de 10 años, los distintos entes territoriales trabajan bajo los lineamientos de la política de salud sexual y reproductiva, en donde las secretarías de salud deben trabajar en varias líneas donde los pobladores tienen derechos “atención de jóvenes y adolescentes, enfermedades de transmisión sexual, métodos de planificación, interrupción del embarazo, entre otros”.

Liliana Arboleda, jefe de Promoción y Prevención en el departamento del Chocó, reconoce que de manera juiciosa se ha venido trabajando en estos lineamientos para fortalecer la salud sexual y reproductiva. Sin embargo, reconoce y se cuestiona: “¿Por qué si nosotros estamos haciendo la tarea, la situación en vez de mejorar, empeora? ¿Por qué hay cada vez más diagnósticos?”.

Su respuesta se da en la falta de un enfoque territorial para abordar estos temas de salud sexual. Chocó, como muchos otros departamentos, es pluriétnico

“Por lo tanto la charla que le doy a una comunidad afrodescendiente no puede ser la misma que le doy a las comunidades indígenas, y debo reconocer que ahí nos falta mejorar, debemos tener unas mejores estrategias, para que los mensajes lleguen, para que en especial las mujeres se empoderen y se apropien de su cuerpo”, indica la funcionaria.

También se reconocen las dificultades muchas veces de llegar a las zonas que sumados a los mitos que tienen las personas, imposibilitan un tratamiento adecuado.

“No es fácil llegar a zonas donde por ejemplo el único medio de transporte es fluvial. Otra cosa que pasa es que podemos dar el diagnóstico porque ahora no se necesita de gran tecnología para detectar por ejemplo un VIH, pero nosotros no podemos obligar a un paciente a que esté en tratamiento y lo que pasa es que después del diagnóstico, las personas se pierden y no vuelven”, afirma Arboleda.

Asimismo, Arboleda reconoce que falta un mayor trabajo por parte de los doctores, “para que el paciente se sienta en confianza, para que no le dé temor de que su resultado va a ser revelado, que las mujeres sepan que tienen opciones y que su enfermedad de debe tratar.

Más tareas pendientes

Recientemente, la Fundación Ideas para la Paz hizo un estudio sobre la violencia de género en zonas de conflicto, y sobre el tema de enfermedades de transmisión sexual se reconoció que es un escenario poco explorado, en donde se necesita de unos datos claros y un trabajo interinstitucional.

“Este es uno de los temas de las secretarías de salud, tenemos que analizar cómo consolidamos este tipo de información para hacer una buena política pública sobre el tema. Es poco el estudio a nivel local para saber qué pasa, es una de las alertas a indagar”, finaliza Liliana.

Fuente : RadioNacional


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