El Placer, un pueblo fantasma lleno de temor en medio de la selva del Putumayo

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Mocoa/Colprensa

Por: Germán Arenas Usme

Caminar por las calles polvorientas de la inspección del Placer en el municipio del Valle del Guamuéz, en medio de la espesa selva del Putumayo, es sentir la sombra de la muerte en cada paso que se da. El sol brilla en su plenitud, el reloj de la vieja torre de la iglesia y quien te da la bienvenida te indica que son las 12 del mediodía, y el calor se torna insoportable.

A lo lejos una pequeña tienda se divisa, al tiempo que un corrido prohibido de esos que entonan los Tigres del Norte, flota en el ambiente con algo de nostalgia.


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«La vida en este pueblo no es la misma luego que los paramilitares del Bloque Sur Putumayo, bajo el mando de Arnulfo Santamaría Galindo, conocido con el alias «Pipa» el domingo 7 de noviembre, incursionaran en la plaza central y ordenaran a los presentes tirarse al piso,  mientras que disparaban a los que trataban huir. El saldo 11 personas asesinadas, entre ellos un ecuatoriano y una mujer en embarazo», relato don Nicanor, uno de los pocos habitantes que aún quedan en el pueblo.

Desde ese domingo hasta a mediados del año 2006, los paramilitares hicieron presencia en la inspección, registrándose varios combates armados con guerrilleros del frente 48 de las Farc. Enfrentamientos, que provocaron centenares de muertos entre los ilegales y en  la misma población civil, más el desplazamiento de familias enteras que jamás regresaron.

Huellas de un recuerdo que se pueden palpar en casas abandonadas y enmontadas en medio de la maleza, y con impactos de balas en sus paredes, otras destruidas totalmente. Cuentan que en algunas de esas viviendas  en las noches se escuchan gritos de dolor y llantos de suplicas. Claro, es que varias de ellas fueron utilizadas por los «paras», para torturar a sus víctimas en su mayoría señalados de ser guerrilleros, milicianos y simpatizantes de las Farc. En otros casos muchas mujeres violadas.

20 años más tarde y cuando se presumía que la paz reinaría en este lugar que fue escenario permanente del conflicto armado, tras los acuerdos de paz firmados en La Habana Cuba, entre el Gobierno Nacional y a guerrilla de las Farc, el fantasma de la guerra de nuevo asoma tímidamente, lo que está generando de nuevo el miedo y el temor entre los pocos menos 3 mil habitantes que aún quedan en El Placer, distante a 10 kilómetros de la Hormiga.


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Juan Tovar, uno de los cofundadores del Placer hace más de 53 años,  nos cuenta que de nuevo los violentos han retornado con una sed de venganza. «No sabemos si son guerrilla o paramilitares, solo lo que sabemos es que nos están amenazando de muerte con panfletos rotulados con el nombre de las Águilas Negras.

«Esos panfletos están circulando entre el pueblo, hasta yo figuro allí, y yo que no me meto con nadie», subrayo el señor Tovar.

Desde el año pasado hasta la fecha son muchas las personas que han asesinado en las solitarias carreteras que circundan la inspección. Inclusive se conocen que familias enteras han sido ajusticiadas por este grupo y al parecer por ajustes de cuentas con el narcotráfico.

Cada día son más las personas que están saliendo del Placer, anochecen pero no amanecen,  como nos narró una mujer quien pidió reserva del nombre por seguridad pero quien afirmo que ya se ven presencia de hombres armados como en el pasado, como cuando los «paras», patrullaban por las calles imponiendo su ley y normas.

«Acá se están disputando de nuevo el territorio entre paracos y guerrilleros, y todo por controlar el tema del narcotráfico», comento otro parroquiano, quien nos advirtió con voz bajita que tuviéramos cuidado de andar preguntando «maricadas».

A pesar de la tensa situación no observamos presencia militar tan solo unos 8 policías aproximadamente montando guardia en la estación, en alerta permanente como en los viejos tiempos ya que hay advertencia de posibles ataques contra ellos, como lo índico uno de los uniformados al tiempo que nos indagaban quienes éramos nosotros y por qué tomábamos fotografías.

Hay que anotar que la situación en el bajo Putumayo, sobre toda en esta zona del departamento es bastante compleja por la cantidad de asesinatos que se han registrado sin que hasta la fecha se haya esclarecidos.

El Placer un pueblo fantasma en medio de las selvas del Putumayo, que aún sienten el sabor del miedo en pleno siglo XXI, a pesar de un proceso de paz firmado el 24 de noviembre del 2016.-


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