La canción de Skrillex que no soportan los mosquitos del dengue

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Estudio encontró que una canción en particular afecta la reproducción y picaduras del Aedes aegypti.

El Aedes aegypti, transmisor de virus como el dengue, y Skrillex, uno de los músicos más importantes de la escena electrónica.
Foto: REUTERS Y EFE

‘Scary Monsters and Nice Sprites’, una canción de Dubstep hecha por el DJ Skrillex, que ganó el Premio Grammy a la mejor grabación dance en el 2012, es lo suficientemente ruidosa como para espantar a los mosquitos Aedes aegypti.


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Escúchela usted mismo:

Y así el titular de esta noticia parezca broma, se trata de un avance más que anecdótico en la lucha contra una de las principales amenazas en salud pública, pues no son pocos los males que estos bichos pueden transmitir, entre ellos el dengue, el zika y el chikunguña, endémicos en Colombia. 

La explicación a este hallazgo está incluida en una investigación que acaba de publicarse en la revista Acta Tropica, que es concluyente desde su propio título: “La canción electrónica ‘Scary Monsters and Nice Sprites’ reduce el ataque y el éxito de apareamiento en el vector de dengue Aedes aegypti”.

El trabajo estuvo a cargo de investigadores de las universidades Sarawak, Sains y Terengganu de Malasia; de la de Fukuoka en Japón; de la Lambung Mangkurat de Indonesia; y Mahidol de Tailandia; y partió de la premisa de que el sonido es crucial para la reproducción, supervivencia y mantenimiento de la población de muchos animales.


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La investigación

Estudios previos habían demostrado que los mosquitos tienen agudizado sus sensores al sonido, tanto que, como muchos invertebrados, se basan en vibraciones acústicas para el reconocimiento sexual y el apareamiento.

En ese sentido, los machos y las hembras deben sintonizar (entrar en resonancia) los tonos que producen sus vuelos para poder reproducirse.

Sin embargo, no se habían estudiado las interferencias que sobre dichas vibraciones pueden producir las ondas rítmicas de la música, específicamente en el comportamiento durante la reproducción.

En concreto, los investigadores asiáticos analizaron las respuestas de las hembras del Aedes aegypti al ruido, para lo que se utilizó la canción de Skrillex, y al silencio.

“Tras la exposición a la música electrónica, todas las respuestas de comportamiento se retrasaron. Las hembras expuestas a la canción iniciaron su proceso de alimentación 3,72 veces más tarde (131.30 vs. 35.22 segundos), lo hicieron menos frecuentemente (7 vs. 11.72 veces) y atacaron mucho más tarde (191.70 vs. 82.44 segundos) que las que estuvieron en el entorno silencioso”, indicaron.

En últimas, detallaron que hubo una relación clara entre la presencia de ruido y las actividades del mosquito y explicaron que las vibraciones de sonido y los tonos continuos pudieron inducir estrés y miedo en los insectos, dando como resultado un estado de reposo.

“La canción fue un disruptor de apareamiento potencialmente efectivo. El bajo éxito de copulación observado en nuestro estudio puede deberse a la interferencia de la música electrónica con el cortejo. Es posible que algunas vibraciones musicales se hayan sumado a las de los ritmos de las alas, descompensando así los intentos de sincronizar el tono de vuelo”, concluyeron.

¿Por qué esta canción?

La canción ‘Scary Monsters and Nice Spirit’ (de 4 minutos y 5 segundos de duración) fue seleccionada, según los autores, tras analizarla digitalmente y encontrar que era fuente de una alta presión / vibración de sonido con tonos en constante aumento.

“Utilizamos esta canción electrónica en los experimentos debido a su volumen y tono, que son dos factores considerados para contribuir al ruido. Aunque no evaluamos su amplitud y frecuencia, la fuerte presión de sonido / vibración y los tonos en constante aumento que emanaban del altavoz colocado cerca de las jaulas experimentales indicaron que la canción era musicalmente muy ruidosa”, explicaron.

“La observación de que dicha música puede demorar el ataque, reducir la succión de sangre e interrumpir el acoplamiento sexual proporciona nuevas vías para el desarrollo de medidas de control y protección personal basadas en la música contra las enfermedades transmitidas por Aedes”, concluyeron los investigadores asiáticos.

Más que una anécdota

La investigación de estos estudiosos podría parecer anecdótica, pero, tal como concluyen, es una forma de explorar nuevas estrategias para combatir a uno de los animales más peligrosos del planeta para los humanos, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), transmite los virus del dengue, chikunguña y zika y una decena más de enfermedades emergentes, que causan millones de muertes cada año.

Un estudio publicado la semana pasada en la revista especializada Plos Neglected Tropical Diseases calculó que unas 1.000 millones de personas estarán expuestas a estos males si los dos mosquitos portadores más comunes, el Aedes aegypti y el Aedes albopictus, trasladan sus localizaciones a medida que la temperatura mundial sigue en aumento.

“Estas enfermedades, que consideramos estrictamente tropicales, ya han aparecido en áreas con climas adecuados, como Florida, porque los humanos son muy buenos para mover ambos insectos y sus patógenos por todo el mundo», apuntaron los autores. De hecho, lugares como Europa, América del Norte y elevaciones altas en los trópicos que solían ser demasiado fríos para los virus se enfrentarán a nuevas enfermedades como el dengue.

Para no ir muy lejos, el más reciente boletín epidemiológico del Instituto Nacional de Salud indicó que al 23 de marzo se habían registrado en el país 21.767 casos de dengue, en medio de la epidemia que enfrenta el país. A ellos se suman los 122 de zika y los 151 de chikunguña.

¿Qué más se está haciendo?

La semana pasada se hizo otro anuncio científico importante en la lucha contra los males que causa este bicho. Investigadores de la Universidad Internacional de Florida descubrieron el gen que hace que el Aedes aegypti detecte los ácidos del olor humano y encuentre así a sus víctimas, lo que abre la puerta a la creación de repelentes más eficaces.

Los resultados de la investigación que dio con el gen IR8a, un receptor olfativo que funciona junto a otros para la detección de los ácidos en la piel humana, fueron publicados en la revista Current Biology.

Aedes aegypti
Matthew DeGennaro, jefe del equipo del Mosquito Lab que llevó una investigación que dio con el gen IR8a. Foto: EFE

El estudio partió de la base de que los Aedes aegypti, a diferencia de otros mosquitos, están especializados en humanos. Los machos se alimentan de néctar, pero las hembras necesitan alimentarse de sangre humana para reproducirse. Sin eso, no pueden poner huevos. 

Los mosquitos a los que se les privó del gen IR8a tenían problemas para detectar el ácido láctico y otros componentes ácidos en el olor humano, aunque sí seguían percibiendo el dióxido de carbono y el calor que emitimos las personas. Ante la incapacidad para sentir el olor del ácido, más del 50 por ciento no pudo buscar alimento picando a alguien.

Los autores dijeron que ahora que conocen la función del IR8a, el objetivo no es crear en laboratorio millones de mosquitos Aedes aegypti sin ese gen, sino avanzar hacia la elaboración de repelentes diseñados de “una manera más racional”.

Siguen pendientes por responder otras preguntas, como cuáles son los componentes en el olor humano que determinan el gusto de los mosquitos.

Fuente : ElTiempo


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