El lunes antes del miércoles de ceniza marca un nuevo inicio para las etnias Inga y Kamëntsá.
El Valle de Sibundoy está ubicado en el macizo colombiano, al suroccidente del departamento del Putumayo y cada año recibe el Bëtsknaté, también conocido como la Fiesta del Maíz, el Carnaval del Perdón o el Día Grande.
Una festividad de trajes típicos indígenas, flores, plumas y música tradicional donde la reconciliación, el perdón y el agradecimiento son los protagonistas.
Foto: Andrea Vásquez | Somos Región.
Carnaval del perdón, tradición de los pueblos indígenas
Los orígenes de esta fiesta se remontan a la cosmogonía indígena de las etnias que habitan la zona, así lo asegura la tradición oral del pueblo de Sibundoy.
Cuenta la leyenda que Betiyeguagua, el Hijo Árbol, fue castigado por la Madre Tierra tras secar por completo la laguna del Valle de Sibundoy y en su reprimenda fue enviado al Cerro de Patascoy. A su regreso trajo consigo saberes relacionados al baile, el canto y los vestuarios coloridos. El día de su retorno al Valle marca el inicio de la fiesta del Carnaval del Perdón.
Foto: Andrea Vásquez | Somos Región.
El Carnaval del Perdón es una celebración llena de trajes típicos, música tradicional y flores. La celebración inicia con el Matachin, un personaje de marcara roja y atuendo lleno de plumas de colores.
Con una campana, el Matachín llama al pueblo para que se una a la celebración. Acto seguido, otros personajes del Carnaval Los Bandereros, La Mama Mandad y Las Batas, el Taita gobernador acompañado de sus Alguaciles, Los Sanjuanes y Saraguayes y toda la comunidad de Sibundoy lo acompañan en su caminata por las calles.
Foto: Andrea Vásquez | Somos Región.
La casa del cabildo marca el punto final del recorrido inaugural. En ese lugar se inicia la ceremonia del perdón y la reconciliación entre los miembros de la comunidad. Aquí el taita gobernador celebra con sus propias palabras la importancia del carnaval como ritual de amor propio.
Foto: Andrea Vásquez | Somos Región.
Después de las palabras del taita, la celebración inicia con un arrojo de flores mientras la comunidad busca el momento para solucionar sus diferencias con aquellos que tuvieron problemas.
Durante la Ceremonia de las Flores, el taita y otros mayores homenajean a las personas destacadas de la comunidad decorando su cabeza con adornos florales como símbolo de la renovación de los votos para la convivencia entre los pueblos Inga y Kamëntsá.
El Carnaval del Perdón fue declarado Patrimonio Cultural e Inmaterial de la nación en el año 2012. A pesar de los años se ha mantenido por su importancia como ritual de agradecimiento, entender nuestras raíces indígenas y la necesidad de reconciliación que los tiempos actuales piden.
Fuente : Canal13