Descontento de las mujeres en la firma del PATR departamental en el Putumayo

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Después de una jornada y media, pasada entre la ilusión, la esperanza y el inconformismo de varios sectores sociales, las mujeres se llevaron el protagonismo. Mientras algunos funcionarios sólo esperaban ese 25 de septiembre la foto de la firma del Plan de Acción Para La Transformación Territorial-PATR como se llamó al espacio que formalizó las iniciativas PDET regionales, las mujeres eran relegadas como un simple sector que estaba para hacer presencia.

El evento de cierre que se realizó en el salón del Comfamiliar de Puerto Asís, congregó a múltiples sectores donde finalmente los elegidos fueron un ramillete de hombres que, como es evidente, son los que conforman la política local. La mesa principal estaba presidida por los alcaldes de los municipios participantes de los PDET como un líder afro e indígena que, como se quejaron las mujeres, fueron los únicos que pudieron firmar ese plan porque eran “autoridades”. Es decir, no hubo ninguna mujer en la mesa principal, porque hasta la política le es un espacio negado.

Ante este evidente prueba del poco reconocimiento y silencio a los liderazgos femeninos, en un acto simbólico de resistencia, las mujeres que estuvieron trabajando las iniciativas de género se sentaron en el piso, al frente del escenario, hasta que después de escuchar los discursos de cada uno de los hombres de la mesa principal,fueron ignoradas por los afanes de la foto de la firma, al igual que los niños, niñas y jóvenes que quedaron esperando se les brindará un espacio para compartir las danzas y presentaciones que habían preparado semanas antes. Finalmente, entre los desechables del refrigerio, las sillas vacías, la indolencia de los funcionarios y la presencia delos mismos y las mismas, fuera de los formalismos, se vieron las caras para confirmar que aún para lograr la paz está todo por hacer.

Así lo manifestó Yuri Artunduaga, de la instancia especial que busca garantizar el enfoque de género en los acuerdos de paz, quien junto con las mujeres PDET, extendieron un comunicado a la opinión pública y a los entes de control y seguimiento del acuerdo para que se haga la revisión del documento PATR y se priorice las necesidades para la implementación de las iniciativas planteadas por las mujeres rurales.


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El comunicado expone la inconformidad con la metodología planteada por los funcionarios en esos dos días de trabajo “Al comienzo de la jornada exigimos un espacio propio para nosotras las mujeres que garantizara que nuestras voces quedaran incluidas. Lastimosamente ante la negativa, de los y las funcionarias de ART tanto del nivel nacional como departamental, tuvimos que dispersamos en las mesas para defenderlas propuestas construidas desde nosotras. En el ejercicio de participación por pilares se propusieron las iniciativas de las mujeres que no fueron incluidas de manera explícita, puesto que se manejó el termino ¨Enfoque de Género¨ que es un concepto que no es entendido y que se incorpora como un pre-requisito, pero No como el reconocimiento del derecho para el cierre de brechas de desigualdad de las mujeres rurales”.

¿Pero qué es lo que aún no entienden los funcionarios, como hombres y mujeres de la comunidad? Sencillamente qué significa eso del enfoque de género.

Sandra Vargas de la Corporación Casa Amazonia explica cómo en el proceso de participación ciudadana de la conformación de las iniciativas PDET se evidenció que muchas no solución las dificultades de las mujeres rurales o el llamado enfoque de género, que es uno de los aspectos novedosos del acuerdo de paz, que busca reconocer y tener en cuenta las necesidades, características y particularidades económicas, culturales y sociales de las mujeres rurales en todo su ciclo vital.

La mujer rural tiene un rol importante en la economía y el tejido social del campo y ha sido quien ha sobrellevado y sobrevivido al conflicto armado en los territorios. Y a esto se refirió Amanda Camilo de la Ruta Pacífica quien expresó la importancia de que estos planes de acción que son para la transformación del territorio “Tenga en cuenta la materialización de las iniciativas, no como si las mujeres sólo fuésemos la cereza que adorna el pastel, pues seguiremos insistiendo en que no vamos a parir ni un solo hijo e hija para la guerra, al igual que recalcarles a las directivas del Alto nivel que en el departamento del Putumayo que las mujeres    seguiremos construyendo la paz”


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“No ha sido fácil los temas de mujer rural en PDET porque no todas participan y hablan por ellas mismas, siempre muchas han estado relegadas allá en su casa y en el campo. Por ello en cada Pilar las lideresas realizamos unas propuestas, pero que para los funcionarios de la Agencia para la Renovación del Territorio-ART no es evidente el enfoque de género. Según ellos esas iniciativas benefician a toda la comunidad,entre ese paquete a las mujeres, pero  no alcanzan a dimensionar que hay unas necesidades específicas- Explica Sandra Vargas-por ejemplo:

En infraestructura y vivienda no se logró iniciativas para las mujeres, pensamos propuestas para las necesidades de las mujeres rurales cabeza de familia como contar con una vivienda que tiene que ser digna, y con esto, nos referimos a mejorar su calidad de vida. Que ella ya no tenga que ir a la quebrada a lavar la ropa, a cargar el agua en balde desde el aljibe hasta la cocina-Situación que representa mayor trabajo y dificultades conociendo que muchas, además de las labores de casa, deben ir a trabajar al campo- Entonces tener el agua en su casa, las beneficia directamente a ellas. Pero esa lectura no la logra realizar la institucionalidad porque no conoce.

En este mismo sentido se puede poner el caso del mejoramiento de las estufas de leña, donde muchas mujeres de soplar y soplar y respirar humo se han dañado los pulmones, estas situaciones se pueden mejorar con cocinas ecológicas y eficientes que también reduzcan el consumo de leña y con ello el cuidado de la salud y el ambiente.

En el Pilar 8 le apostamos a la justicia en el marco grande para mujeres, y es difícil porque ART no lo reconoce como diferencial, no entienden que las violencias contra las mujeres son diferentes. Propuestas como los círculos de la palabra que es un espacio psicosocial, fue una iniciativa donde las mujeres rurales pudiéramos contar las dificultades que pasamos, pero eso no se aprueba porque es como si no valiera, como si nos reuniéramos a hechar chisme y no para construir lazos de apoyo, uno también necesita un abrazo.

Muchas cosas dijeron que eran beneficios generales de la comunidad, donde por ejemplo no entendían que un alumbrado público permite mayor confianza y seguridad para las mujeres y que en iniciativas de este tipo hay un alcance diferente para nosotras.

En el tema de educación, por ejemplo, propusimos educación rural popular por la radio, al estilo Sutantenza, porque muchas mujeres no saben leer o escriben o suman poco, entonces dependen de los hombres porque ellos si saben contar la plata. La esperanza es que al menos ellas logren terminar el bachillerato y si desean continuar puedan seguir estudiando y que esto permita empoderamientos y liderazgos que contribuyan a mejorar la vida de las mujeres indígenas, afrodescendientes y campesinas… y así con el resto de los pilares.”.

Este tipo de propuestas nacieron de un espacio gestionado por las mismas mujeres quienes buscaron recursos de cooperación internacional y que con apoyo de un profesional del enlace de género de ART realizaron mesas de trabajo  en los 9 municipios donde se realizó un pequeño diagnóstico, un DOFA y por supuesto las iniciativas propias para que se garantizará el enfoque de género, así como se estableció en los acuerdos.

Explican que es muy complejo proponer pues a pesar de que se conocen las dificultades de las mujeres rurales no existe una caracterización en el departamento qué permita ver en detalle quienes tienen la tierra, cómo viven las mujeres, cuál es su grado de escolaridad por edad, raza o etnia, así como el mapeo de las actividades productivas no remuneradas  (como el trabajo familiar y de cuidado) y las que sí, entre otras categorías que den luces para priorizar acciones en caminadas a seguir trabajando por hacer evidente las situaciones de desigualdad, que se normalizaron y, que no permite reconocer y hacer efectivos  los derechos de las mujeres rurales.

Bien lo explica Sandra Lagos, Lideresa de la Reserva Campesina de la Perla Amazónica “Los derechos de las mujeres no los han tenido en cuenta porque creen que nosotros vamos en la categoría de “familia” pero nos vulneran porque nosotras tenemos derecho a una economía independiente, autónoma y eso se les olvido a la institucionalidad, por eso ese enfoqué de género aquí yo no lo veo”

Por: P. Jinneth Silva

 


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