
Esta es una medida provisional, mientras que la UNP estudia el caso para asignar protección más adecuadas y la Fiscalía investiga el origen de las amenazas para identificar a los responsables.
Entre tanto, Figueroa asegura, en contravía de lo que le advierten las amenazas, que no va a abandonar su lugar de residencia porque de hacerlo perdería su empleo y la corresponsalía de Caracol Televisión y Blu Radio en esa región. “Reiniciar una nueva vida por fuera sería muy complicado; aquí nos vamos a quedar, no nos vamos a dejar amedrentar tampoco”, manifestó el reportero.
El motivo de los hostigamientos es desconocido para los tres periodistas, pero según han analizado, las investigaciones con las que las amenazas podrían tener algún tipo de relación serían la captura del director de Medicina Legal en Putumayo por abuso sexual de menores, el asesinato del rector de un colegio en el cual ya se identificó que la responsable fue la esposa, pero falta dar con el paradero de los cómplices, y el ataque con granada a la Fiscalía en Puerto Asís, que las autoridades atribuyeron a integrantes de disidencias de las Farc.
Las amenazas se produjeron el jueves 2 y viernes 3 de agosto, en redes sociales, a través de una cuenta de Facebook de “Carlos Ramírez” quien les envió un mensaje en el que les advertía que los iban a matar “por lambones con la Policía y el Ejército”. Además, recibieron hostigamientos vía telefónica.
Estas nuevas amenazas a reporteros de Mocoa se producen luego de que la Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP, alertara sobre el aumento que han tenido los hostigamientos a periodistas. Por eso, hace unas semanas, las autoridades se habían comprometido a implementar medidas destinadas a garantizar la seguridad de quienes están en riesgo por ejercer el oficio del periodismo.
Fuente : ElEspectador
