Los líos de Carlos Solarte tienen al Sur sin 4G

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Alcaldes del Huila le pidieron al Ministro de Transporte, Germán Cardona, y a la ANI acabar la concesión o buscar un nuevo contratista.

El futuro de la vía 4G que conecta al Huila y Putumayo está en veremos por los enredos financieros y legales del superpoderoso de las carreteras Carlos Solarte, que resultó salpicado en el escándalo de Odebrecht.

La situación es tan grave, por los incumplimientos en las dobles calzadas, puentes y túneles de la vía, que varios alcaldes y diputados del Huila le pidieron esta semana al ministro de Transporte, Germán Cardona, quitarle la concesión.

Además, la concesionaria Aliadas (de la que Solarte tiene el 62 por ciento) no ha podido garantizar la movilidad en un sector de la carretera Neiva-Santana llamado ‘Pericongo’, que conecta al Huila con los departamentos de Caquetá y Putumayo.

Las demoras en esta obra generaron un accidente que dejó un muerto y dos heridos hace pocos días y ha obligado a los transportadores a desviarse por vías rurales que están en mal estado y demoran los tiempos de desplazamiento.


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Por el descontento ya hay movilizaciones en municipios como Acevedo, Altamira y Timaná para invitar a no pagar los peajes que maneja la concesión.

Los líos de Solarte se ven en la concesión

Carlos Alberto Solarte ha sido uno de los contratistas más poderosos del país. Ingeniero nariñense especializado en obras civiles, creció en llave con su hermano Luis Héctor, pero se alejaron en 2014.

Ya solo, en 2015 se quedó con dos de las 28 concesiones de 4G:la concesión Neiva-Santana (Putumayo) y el proyecto Popayán – Santander de Quilichao (del que tiene el 700 por ciento). En el papel, esos dos proyectos valían de 1.2 billones de pesos.

Además, tiene participación en por lo menos ocho obras viales más que otorgaron la Agencia Nacional de Infraestructura y el Invías, como la vía Perimetral de Mocoa.


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Pero sus planes se han venido cayendo en picada a raíz del escándalo de Odebrecht porque su nombre salió vinculado en el supuesto pago de coimas para quedarse con el contrato del túnel Tunjuelo-Canoas en Bogotá en el que Solarte era socio de los brasileños que estaban entrando al país.

(Además como lo contó La Silla el año pasado, Solarte arrastraba problemas de otras obras y peleas jurídicas con los herederos de su hermano Luis Héctor)

Por el caso Odebrecht la Fiscalía le anunció a él y a su hija Paola Solarte, la imputación de cargos por celebración indebida de contratos y cohecho. Aunque se han convocado a tres audiencias para hacer la acusación, la última de ellas en marzo pasado, los Solarte han logrado aplazarlas con excusas médicas. Pero la investigación sigue.

Solarte también era socio de Odebrecht (y de Corficolombiana) en la Ruta del Sol 2, en la que tenía el 5 por ciento de la concesión. Ese es el contrato por el que Odebrecht le pagó 6.5 millones de dólares al entonces director del Inco, Gabriel García Morales, en 2009.

Aunque cuando se destapó la relación Odebrecht-Solarte, la ANI dijo que esto no afectaría a la concesión Neiva-Santana porque se trataba de líos de otras obras, el anuncio de imputación de cargos sí ha generado un ambiente de incertidumbre entre los bancos que tiene Solarte para financiar las megaobras.

Esos líos ya se veían venir desde el año pasado, cuando contamos que ante la duda jurídica que tenía Solarte estaba pensando en vender sus acciones.

Hace un mes dos informes de Dinero y Portafolio, también mostraron que bancos, proveedores y empresas a las que Solarte subcontraba servicios frenaron sus relaciones con ellos.

Todo esto sumado llevó al gerente de Aliadas, Sergio Nicolás, a notificarle al ministerio de Transporte, la ANI y las autoridades del Huila que no tienen plata para responder por el proyecto porque los bancos que les habían aprobado el cierre financiero no les han desembolsado la plata que les prometieron prestar.

“Los bancos no han dado razón alguna del por qué no desembolsan, lo que uno siente es que hay una desconfianza general de los bancos con el tema de las 4G, y hasta que eso no se resuelva los problemas de financiación seguirán”, nos dijo una persona cercana a Solarte.

De la situación ya sabía la ANI, según su vicepresidente Leonidas Narváez. “O busca un socio o una entidad que le ayude a financiar el proyecto, o no nos queda de otra que adelantar los procesos de incumplimiento y caducidad porque el avance de las obras es mínimo”, le dijo Narváez a La Silla Sur.

Ante la crisis de Aliadas y la solicitud de los alcaldes de declarar el incumplimiento para buscar a otro contratista, el ministro de Transporte, Germán Cardona, dice que no se puede tomar una decisión a la ligera porque liquidar esa concesión podría demorarse dos años.

Para no tener que empezar de cero, la salida que se viene pensando desde la empresa de Solarte es vender o ceder su participación en la concesión o conseguir otros socios para evitar más retrasos e incumplimientos.

La Silla Sur supo que Solarte ha venido adelantando acercamientos con una empresa francesa pero hasta la fecha no se han definido acuerdos.

Cual sea el camino que tome Aliadas, la ANI le dio un plazo de tres meses. “Si no se dan estas condiciones, a la ANI no le temblará la mano para iniciar el proceso de caducidad del contrato», dijo Narváez.

Mientras esto ocurre, la movilidad hacia el sur del país sigue complicada.

El Pericongo que rebosó la copa

Aunque Aliadas no ha hecho un metro de la doble calzada Neiva-Campoalegre, o alguna de las ocho variantes que prometió, la obra que rebosó la paciencia de los huilenses es la de ‘Pericongo’, un tramo de la carretera nacional que queda entre los municipios de Altamira y Timaná.

Es un paso obligatorio para los que se mueven no solo para el sur del Huila, donde están el municipio turístico de San Agustín y Pitalito, el segundo municipio más grande del departamento, sino también para los que se dirigen hacia Caquetá y Putumayo.

Es un sector de unos 10 kilómetros de vía que quedan entre el margen del río Magdalena y una formación montañosa que se ha ido cayendo por las lluvias y la inestabilidad del terreno.

Pese a que la Corporación Autónoma del Alto Magdalena, CAM, hizo un estudio geológico en enero de este año que concluyó sobre el inminente peligro de deslizamiento de rocas en ‘Pericongo’ y la necesidad de que Aliadas implementara un plan de contingencia, ésta aún no cuenta ni con estudios ni con planes para evitar que eso ocasione accidentes como el del 2 de abril en el que una persona que iba en un carro murió porque le cayó encima una gigantesca piedra.

Un estudio de la CAM advirtió los riesgos de Pericongo.

Además del riesgo, los continuos deslizamientos y el desplome de la calzada han obligado a mantener la vía cerrada por varios días como sucedió el 31 de diciembre pasado.

“A la fecha, solo hay paso a un solo carril sobre el mismo punto, sin que Aliadas ofrezca alternativas de solución para el uso seguro del tramo afectado, exponiendo a un alto riesgo a los usuarios de la vía, bien sea en su integridad física o en sus bienes (mercancías y vehículos)”, advierte el gobernador Carlos Julio González Villa.

Sin paso permanente, la alternativa para los viajeros de la vía nacional es desviarse por carreteras rurales que en su mayoría no están pavimentadas, lo cual significa más gastos y horas de trayecto.

De esta manera, la que el entonces vicepresidente Germán Vargas presentó en 2015 como la autopista 4G que iba a revolucionar la movilidad al Sur del país, se está quedando sin gasolina, sin plata, y sin defensores por los coletazos que tuvo Odebrecht en el superpoderoso Carlos Solarte.

Tomado de LaSillaVacia


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