La pista más contundente que llevó a que las autoridades de EE. UU. agudizaran sus ojos sobre Seuxis Pausivas Hernández Olarte, cuyo nombre de guerra durante los 30 años que hizo parte de las Farc fue Jesús Santrich, nació de una declaración de uno de los colados en la Justicia Especial para la Paz, JEP.
Este capo, explicaron fuentes oficiales que reservaron el nombre del extraditado, decidió acudir a la vieja estrategia de la DEA de negociar beneficios a cambio de información, y entregó datos que comprometieron a “el ciego”, como es llamado Santrich en las llamadas interceptadas por las autoridades estadounidenses.
“Según el informante, él ‘narco’ que heredó el negocio de los Comba en el Valle, habría pagado para librarse de la extradición pasando como un integrante del grupo guerrillero, pero como no pudo cumplirse, decidió hablar como represalia porque perdió cerca de 25 millones de pesos que pagó por colarse al listado de la JEP”, precisó la fuente.
Con la información recaudada, los agentes de la Unidad de Terrorismo y Narcóticos Internacionales de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York viajaron a Colombia para iniciar los seguimientos que terminaron con la captura de Santrich el pasado lunes.
El Fiscal de Manhattan, Geoffrey S. Berman, precisó en el oficio judicial que la justicia de su país “alega que estos acusados conspiraron para enviar miles de kilogramos de cocaína de Colombia a las calles de los Estados Unidos. Gracias al trabajo investigativo de la DEA, están detenidos y enfrentan cargos criminales significativos”.
En el mismo documento conocido por EL COLOMBIANO, El Director Adjunto para la Región Andina de la DEA, Jesse García, destacó la colaboración de las autoridades colombianas en el operativo contra el exjefe guerrillero.
“Esta importante operación de cumplimiento de la ley demuestra que dentro del Gobierno de Colombia hay socios dispuestos y determinados a apoyar a los EE. UU. y a la misión antinarcótica de la DEA en Colombia, quienes también están dispuestos a buscar la justicia, sin importar donde la investigación conlleve. La Unidad de Investigación Sensible (SIU, por sus siglas en inglés) y el Fiscal General, Nestor Humberto Martínez, apoyaron considerablemente esta investigación”.
¿De dónde saldría la coca?
Pero las autoridades de EE. UU. no eran los únicos que le seguían los pasos a Jesús Santrich, cuyo nombre de guerra fue tomado de un amigo suyo muerto en confusos hechos por el DAS en 1990, cuando los detectives ingresaron a una taberna frente a la Universidad del Atlántico y dispararon.
Los investigadores colombianos averiguaron que los laboratorios y la coca que sería negociada con los carteles mexicanos de Michoacán y Sinaloa saldrían del sur del país.
“Los cultivos de coca de los que saldría la pasta para negociar están en Putumayo, Caquetá y Guainía. De allí saldría el cargamento vía terrestre a Venezuela, luego serían enviados a México vía aérea pasando por una isla del Caribe y llevando la droga a EE. UU.”, expresaron a EL COLOMBIANO fuentes oficiales.
Lo que lograron establecer las fuentes de Inteligencia es que en la zona de la cual saldría la cocaína que negociaría Santrich es un espacio de influencia de las disidencias de las Farc, específicamente de las estructuras lideradas por alias Gentil Duarte, con 100 hombres bajo su mando; “John 40”, quien cuenta con 80 hombres en armas y de alias Jairo 1, cuyo grupo armado contaría con 40 hombres en armas. Entre los datos recolectados, los integrantes de las organizaciones narcotraficantes de México vienen a Colombia a comprar la coca, como lo confirmó a este diario el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, en entrevista del pasado 8 de abril.
“Los dueños del máximo ingreso (venta de la droga producida) han venido a hacer sus pedidos a Nariño. Un ejemplo es el cargamento de coca que se cogió en Santa Marta, de más de dos toneladas, era del cartel de Sinaloa. Los grandes del negocio han mandado sus compradores”.
A determinar responsables
Luego de conocerse las pruebas reveladas por la Fiscalía, el procurador general, Fernando Carrillo, advirtió que si las acusaciones de narcotráfico en contra de el líder de Farc, son verídicas, esa colectividad política debe aclarar si es responsable solo Santrich o es un asunto que compromete a todo el partido.
“Aquí estamos frente a un delito que es un delito internacional: el tráfico de droga, y por ende, ese tipo de blindajes que se dieron para la guerrilla en un proceso de paz, donde el Estado puso todas las cartas y la confianza de los colombianos estuvo de por medio, pues simplemente se trataría de una traición al proceso de paz”, indicó Carrillo.
No obstante, y pese al material probatorio, desde la mesa de dirección nacional de Farc insisten en que se trata de un montaje judicial que afecta la confianza en la implementación del Acuerdo y que llevó a que los excombatientes reclamarán garantías desde los Espacios Territoriales de Capacitación y Reintegración.
Tomado de : ElColombiano