Después de la tragedia

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Mural IE Pio XII

Por: JESUS ERNESTO ANACONA DELGADO

A las ocho de la noche del 31 de Marzo de 2017, una torrencial lluvia azotó la capital del Putumayo; acostumbrados a ser arrullados por su sinfonía, las familias se dieron las buenas noches, el beso de despedida, quedándose dormidas en brazos de sus amores; algunos seguían escuchando la tormenta descomunal, concibiendo una desconfianza que se materializó con el estruendoso sonido de una naturaleza enfurecida que los sorprendió de tal forma que la única reacción estuvo dirigida por el instinto de conservación. La  Mocoa señorial de muchos y la capital desconocida para la gran mayoría, era azotada por una avenida torrencial.

Mural IE Pio XII

De un momento a otro con la misma rapidez como empezó, todo quedó nuevamente  quieto, las personas habían sobrevivido al embate de una cólera irracional, inmisericorde, desmedida y siniestra, ahora debían enfrentarse a una nueva arremetida, una nueva realidad: – indiferencia, desinformación y la búsqueda de un lucro oscuro detrás de las buenas intenciones; El caldo de cultivo estaba perfecto. La población se sumía en una desesperación que los consumía; a puertas cerradas y a campo abierto se sufría igual, el miedo, un monstruo sin rostro muy reconocido recorría los lugares dejando su huella innegable e indiscutible, pronto se transformaría.

cortesía Capitán (Policía) Pablo Ocampo Barragán

Mientras los medios masivos de comunicación buscaban historias y héroes momentáneos para darles sus respectivos segundos de fama, mientras selfis inauditas se publicaban en redes sociales y comentarios fríos de publicidad se replicaban por los medios tecnológicos, la situación seguía su camino, escabroso, trágico, inmenso


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En el anonimato siguen historias increíbles sin ser escuchadas, quedarán en los anaqueles de la mente de sus protagonistas, no serán publicadas porque la grandeza del ser humano está más en dar que en recibir; ellos, no creen en los aplausos y serpentinas de los medios de información, su satisfacción está en la mirada de agradecimiento, está en la palmadita en el hombro, no en las fotografías cargando un niño que después se abandona, ni en la sonrisa fingida para la prensa y mucho menos en la mentira obligada para satisfacer un público que se conforma con una farsa para apartarse del escenario.

Pt Oscar Suarez

Por el sendero de la desgracia se apreciaban las gigantescas piedras, maderos y despojos esparcidos en un perímetro tan grande y ancho que solo la claridad del sol quemante lograba cubrirlo; un paisaje funesto acompañado de sombra húmeda de nubes grises, la inmensidad del desconsuelo solamente interrumpido por el sonido del viento y un pequeño riachuelo que tiempo atrás era una ola gigantesca que borraba sin piedad lo que encontraba a su paso. Una persona explica con gestos de manos y con ojos perdidos en el asombro, como logró ponerse a salvo y mirando en la inmensidad del campo arrasado no acertó donde estaban ubicados sus vecinos, su casa y con la resignación de un condenado guardó silencio, bajó su mirada, sin despedirse siguió un camino imaginario en medio de los escombros.

En las ruinas, se observan algunas paredes aún en pie y es fácil sentir el miedo de los fallecidos, alguien en ese sitio vivió angustias y tal vez mantuvo una batalla con la muerte, es parte de una historia inconclusa que nunca sabremos o algún día escucharemos de nuestros abuelos.

Hay lugares donde se dibujan gráficas y grafitis para acondicionarlos al intrincado universo de las letras, pero es difícil hallar una secuencia a la desventura, es difícil hallar camino a las lágrimas, es difícil hallar coherencia a la desdicha, la mueca del desencanto, estorbándonos porque sigue doliéndonos.


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Mural IE Pio XII

Los murales tratan de plasmar que miles de personas lucharon con todas sus fuerzas, lucharon sin respiración, lucharon sintiendo el frio de aguas fétidas de lodo y sintieron como la vida los abandonaba en minutos eternos de sufrimiento, deseando en su último aliento que otros no corrieran su fatal destino, murieron creyentes del todo poderoso, arrepentidos e inmaculados en una agonía inhumana.

cortesía Patrullero (Policía) Oscar Suarez Guzmán

Si mil veces me lo preguntan, mil veces desearía que fuese solo una pesadilla. De pronto, un gato camina sobre el teclado del ordenador garabateando líneas indescifrables, recordándome que tiempo atrás, mi esposa, una amiga y hasta en mis sueños, tenía un presentimiento de lo que acontecería! – como si súbitamente recordara un código secreto, un lenguaje nativo!.. Perdido entre nosotros y la naturaleza; extinto, cuando a los recursos naturales se le dio un valor monetario y la totalidad del entorno donde vivimos irónicamente lo denominamos «medio ambiente» como si nos resignáramos a perder la mitad de nuestra tranquilidad y dejamos de lado los consejos sabios de los abuelos para conservar nuestra pacha mama y convertirnos extraños en nuestro propio territorio.

http://www.loqueyotecuente.com/2014/09/heroes-anonimos.html – Publicada por Rachel Borreguero.

…y entonces sucede, cuando muchos se han ido, cuando las luces se apagan, cuando los periodistas han llenados sus memorias tecnológicas de imágenes y videos para editar, cuando las estrellas con su luz bañan la inmensidad de la humanidad, cuando el frio cala hasta el alma y el silencio es cómplice de la melancolía, aparecen quienes marcan la diferencia, los verdaderos titanes de ayuda, que sin importar nada, simplemente proceden transformando el mundo. Personas con vocación, el verdadero después que importa, lo demás simplemente son instantes fugases que no marcan ninguna diferencia. – Quienes son esas personas? – Tal vez usted, tal vez yo, aquellos que no dicen nada y solo actúan, aquellos afectados que día a día, noche a noche sobreviven y trabajan calladamente por forjar un nuevo futuro, un nuevo país, una nueva historia; Tal vez ángeles enamorados de nuestra imperfección, tal vez, solo tal vez: el último vestigio de nuestra salvación.

Mocoa, 15 de Enero de 2018


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