Por : Ricardo Lozano
Condiciones de La Niña están presentes. Tal como lo anunciamos desde meses atrás, de acuerdo al servicio norteamericano de la NOAA y de sus asesores del Instituto IRI (por sus siglas en inglés) de la Universidad de Columbia, la temperatura superficial del mar ecuatorial está por debajo de lo acostumbrado, en el centro y este del oceano Pacífico, es decir en nuestras costas de Nariño y Ecuador, tanto que los peruanos ya la están llamando La Niña costera. Este servicio además predice que estas condiciones permanecerán así hasta mediados de marzo y abril cuando comienza y empata con nuestra primera temporada de lluvias del año 2018.
Pero ¿qué se entiende por “condiciones” de La Niña? Vale la pena aclarar que al decir “condiciones” este instituto no está afirmando que estamos “en” La Niña, sino que está advirtiendo y dando una alerta temprana para que los países se preparen a sus posibles consecuencias típicas, muy diferentes en cada departamento y cada territorio del país, pues la reacción de la atmosfera a la temperatura del oceáno depende de la fuerza de los vientos, de la presencia de ondas tropicales que favorecen o inhiben las lluvias, de su cercanía a los oceanos, de la forma y altura de las montañas o de la manera con que el hombre ha tratado sus coberturas vegetales, las rondas de los ríos, sus fincas, sus bosques.
La Niña es recordada en el país porque nos trae lluvias por encima del promedio con las consecuencias que todos recordamos, como las grandes avalanchas, deslizamientos, inundaciones o crecientes súbitas, especialmente, en los barrios más pobres de las ciudades, donde la gente no tiene la capacidad ni el conocimiento para manejar grandes cantidades de agua, en pendientes altas que incrementan la fuerza de sus corrientes, causando las grandes tragedias, por ejemplo, para recordar algunas recientes, los deslizamientos y avalanchas en Manizáles y Mocoa a comienzos de este año.
La NOAA también ha dicho que la característica de este fenómeno de La Niña 2017- 2018, es que debido a su poco enfriamiento de las aguas del mar su categoría es débil, no queriendo decir que su impacto también lo sea, pues una “Niña débil” también puede traer grandes tragedias. Un solo aguacero fuerte de 30 minutos en lugares donde el hombre ha deforestado y dejado al descubierto los suelos y rocas sueltas puede provocar grandes avalanchas y desastres ya conocidos. Por eso la importancia de esta advertencia.
Un evento de La Niña débil nos trae lluvias por encima del promedio en la región Pacífica, Andina, piedemonte amazónico y llanero, y Caribe. También es muy importante recordar que las aguas frías en el mar no inhiben que entre la típica temporada de menos lluvias del año que comienza ahora, a mediados y finales de diciembre, hasta mediados de marzo de 2018. Esto no quiere decir que no llueva en estos meses, sino que esta nueva condición nos traerán lluvias por encima del promedio para estos meses, especialmente, para los meses de febrero y marzo de 2018, especialmente, en la region pacífica, occidente de la región andina y sur del país.
Recordemos también que mientras que en el Caribe los colombianos disfrutan del sol en sus vacaciones de comienzo del año, en el sur del país, en el Amazonas, está lloviendo. Con condiciones “Niña” lo que hace el fenómeno es quitarle un porcentaje de estas precipitaciones, comportándose completamente al revés del resto del país. Esto no quiere decir que los habitantes de Nariño y Putumayo, y del piedemonte amazónico no estén preparados otra vez para esta temporada de lluvias de comienzo de año, especialmente en marzo y abril.
Finalmente recordemos: el clima de Colombia cambió y nosotros hemos empeorado sus consecuencias. Las luvias ahora llegan cargadas de más agua en tiempo más corto, causando desastres rápidos sin que la gente más vulnerable esté preparada. La historia la debemos recordar no para repetirla. Las advertencias están dadas y la prevención y adaptación del país comienza por aceptar a su ciencia.