Franco Isidro Muchavisoy es un artista plástico indígena Kamëntŝá Biya, de Sibundoy Putumayo, que ha hecho parte en tres ocasiones de Cuerpo Sonoro como formador; debido a su trabajo con primera infancia en el que ya completa 15 años.
Empezó siendo docente en las zonas de más difícil acceso de su región, como el resguardo inga de Mandiyaco y Beceteengbe yebna o casa de los niños en el resguardo indígena kamëntŝá En 2013, fue merecedor de una beca de estímulos con el Ministerio de Cultura para la realización de un semillero de formación en artes para niños de los pueblos Inga y Kamëntŝá y así inició como él dice,el camino para generar experiencias artísticas con los más pequeños .
El trabajo de Franco se centra en la pintura, pero a raíz del trabajo con los niños y la experiencia que tuvo en Cuerpo Sonoro, se dio cuenta que las obras no eran accesibles para ellos, y estaban precedidas por condiciones como el no tocar o no pisar la línea y decidió darle un giro a su propuesta de creación, retomando los juguetes tradicionales, como el parqués, el juego del cucunubá, la rana, todos con un estilo propio y muy autóctono , con el ánimo de fortalecer el saber ancestral y la revitalización de su cultura Kamëntŝá.
Sus propuestas están atravesadas por el sonido, la literatura y por supuesto el juego. A través de Alejo, un títere homenaje a su abuelo que viste el atuendo tradicional, se acerca a los niños como una forma de romper con la comunicación entre el adulto y el niño.
Además, hace promoción de lectura y revitalización de la lengua con un libro pop, el cual contiene imágenes de los animales de la región y cuyo personaje es Josefina, una niña kamëntŝá que no habla español, y cuenta su historia mientras va dándole nombre en su lengua materna a todos los animales.
Sus juguetes, son nuevos modelos con movimientos mecánicos y otros son instrumentos musicales no convencionales. Ya completa trece juguetes con los que realiza talleres a los niños de su comunidad, muchas veces invitado por los mismos profesores que ven en su pedagogía una herramienta para construir con los niños y cultivarles amor por la lectura, sus raíces y la importancia del juego.
Lo que hago es que adapto todo a mi contexto, a donde vivo. La rana no es una rana, es una máscara tallada muy representativa para los kamëntŝá. Las monedas no son de cobre sino de madera, cortadas de un tronco para que ellos lo puedan manipular. Alejo está vestido con su traje tradicional y lo mismo josefina que es una niña del pueblo, y tengo un parqués, que se llama La Vuelta a Nuestro Territorio, cuya dinámica es como la de un parqués tradicional solo que en el recorrido se va transitando por los barrios y veredas que existen en la actualidad en mi pueblo, pero con la denominación indígena de antes.Son seis nombres específicos con los que retomo la memoria y la lengua, trayendo al presente palabras que ya se han ido perdiendo