Jóvenes que se profesionalizan gracias al apoyo de su sueño por estudiar

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Hace 21 años nació Manuel Prada en La Macarena, una zona del Meta tan hermosa geográficamente, como azotada por la guerrilla desde hace décadas. Su familia tuvo que abandonar el pueblo y desplazarse hacia Garzón, en el Huila, para huir del conflicto armado. Sin embargo, las historias de violencia empezaron a mermar y sus padres, su hermano menor y él regresaron a su tierra. Allí, Manuel cursó los grados 9, 10 y 11 cuando el hermano Carlos Gómez, rector de la Universidad de La Salle, le hizo una propuesta que cambió su vida.  Si decidía estudiar Ingeniería Agronómica, mantenía un buen promedio y luego ya profesional regresaba a casa para aplicar los conocimientos, el proyecto Utopía pagaría su beca.

Utopía es un programa de la Universidad de la Salle que estimula el estudio de jóvenes en zonas rurales y que no tienen la facilidad económica para pagar su profesionalización. A Utopía se unió la Fundación Bancolombia que, a través de su línea de educación, apoya con el programa Becas Sueños de Paz a este y otros 13 programas que persiguen el mismo fin. “El objetivo es apoyar la educación de jóvenes en Colombia que han pasado por situaciones de vulnerabilidad a sus derechos humanos y donde Bancolombia ve la oportunidad de apostar porla educación al entender sus proyectos de vida entorno a sueños de futuro y paz”, explica José Luis Carvajal, coordinador del programa en Bancolombia.
Gracias a este apoyo económico que ha recibido Manuel, pudo cursar los 3 años de su carrera en la sede de Yopal, Casanare, donde además vivió en el campus de la universidad con sus otros compañeros, también beneficiarios del programa Utopía. “Lo chévere del programa es que no solo hay muchachos del Llano, sino de Chocó, Putumayo, de la Costa, en una diversidad cultural enorme y el cambio es notorio. Somos 165 estudiantes que cursamos diferentes años”, cuenta desde Yopal, donde vive actualmente para realizar su proyecto productivo, una especie de tesis para el cierre de su carrera. Él ha querido investigar si el melón puede darse en una tierra como la capital del Meta.
Este programa tiene unas características particulares, pero en general los que son apoyados por Becas Sueños de Paz de Bancolombia tienen como premisa para otorgar el beneficio económico para la matrícula completa y dos millones de pesos semestrales para la manutención,  los estudiantes deben haber cursado ya un primer año en la universidad, tener entre 16 y 25 años, ser de estratos 0,1 y 2,  mantener un promedio mínimo de 3.5 y hacer las gestiones administrativas necesarias para mantenerse en el programa.
En la universidad, Manuel tenía acceso a un dormitorio compartido, a alimentación y al uso permanente de los recursos de la universidad como servicio de internet y biblioteca, gracias a su residencia en el campus. Por eso valora esta oportunidad que un día tocó a su puerta y que hoy lo hace tener más cerca el sueño de su profesionalización. “Me veo a futuro como un ingeniero agrónomo que pueda aportarle al país”, concluye.
Fuente : ElEspectador


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