Por: Luis Eduardo Forero Medina
La producción de panela en Colombia en los últimos 80 años siempre ha querido ser degustada por los ingenios azucareros, para quedarse con el negocio, y desaparecer la elaboración artesanal de la panela en trapiches paneleros y centrales de acopio de mieles.
En el siglo pasado los pequeños paneleros fueron salvados por los ex presidentes Eduardo Santos y Virgilio Barco, que promovieron leyes prohibiendo utilizar en la producción de la panela sustancias e insumos como azúcar, mieles procedentes de ingenios azucareros, mieles de otros trapiches paneleros y jarabe de maíz. En este siglo los ingenios no cesan de forzar la puerta para entrar al mercado panelero.
El negocio es atractivo como que Colombia es el segundo país productor mundial de panela antecedido por India; ambos países produjeron el 99.9% de la panela en el periodo 1998–2002, y en el mundo sólo 26 países producen panela, según la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En América producen panela Brasil, Panamá, Venezuela, y Perú. En Colombia después del café, la caña panelera es la agroindustria más significativa del país. Aunque la panela se produce en casi todo el país, en 357 municipios de acuerdo al portal contextoganadero, los duros del gremio son los departamentos de Antioquia, Cundinamarca, Hoya del Río Suárez (Boyacá y Santander) y Valle del Cauca. En territorios como el Putumayo, la producción del endulzante es una de las actividades económicas más importantes. En Colombia de la panela dependen más de 350.000 familias, la mayoría pequeños productores dedicados al cultivo, corte de caña, molienda, empaque y almacenamiento. En cultivos pequeños, ajenos al desarrollo tecnológico, estas labores las desempeñan preferentemente mano de obra familiar. El año pasado el sector generó más de 300 mil empleos directos y cerca de un millón de indirectos.
En la mayoría de trapiches los jornaleros son contratados en condiciones laborales precarias y de ordinario expuestos a accidentes laborales ocasionados por quemaduras. Las buenas prácticas agrícolas (BPA) y buenas prácticas de manufactura (BPM), no se observan cuando se comprueba el indebido manipuleo de la panela; cuando los obreros trabajan sin los trajes adecuados de seguridad industrial y continúan utilizando como combustible caucho de llantas usadas. Los trapiches de ordinario no se les efectuaría mantenimiento periódico, o hay presencia de animales y personas distintas a los operarios en el área de producción. El Ministerio de Trabajo y el Invima son las entidades que vigilan el cumplimiento de las condiciones laborales y sanitaras de los más de 30 mil trapiches, de los cuales hay registrados unos 17 mil en el Invima. La mayoría de trapiches se encuentra en el departamento de Cundinamarca, siendo la Región de Rionegro la más productora de caña de panela, y donde funcionan más trapiches. Santana en Boyacá es la capital panelera de Colombia, donde se lleva a cabo la Carrera Atlética internacional Panelera.
Significativa parte de las 1,3 millones de toneladas de caña panelera que se cultiva durante todo el año se convierten en panela, quedando casi en su totalidad en el territorio nacional; no en vano somos el primer país consumidor de panela en el mundo. La poca panela colombiana que se exporta llega a África, Estados Unidos, España, Australia, Canadá y Corea.
El sector que otorga Cedulas paneleras a los productores, sigue sin utilizar al ciento las hectáreas sembradas de caña de panela; se resiente cuando los precios del producto no son justos, se presenta sobreoferta de panela, o llega de contrabando de Ecuador y Venezuela, países donde se produciría con azúcar. Es desastroso para el consumidor cuando la panela es obtenida derritiendo azúcar, o si el mercado es invadido de panela barata pero adulterada, alterada, contaminada o falsificada. Los cultivos de caña de panela son instigados por el barrenador de la caña, Diatraea spp, o enfermedades como la hormiga loca, Paratrechina fulva y Diatraea saccharalis.
Los paneleros sufren si hace intenso verano o llueve en exceso, y cuando el Banco Agrario sigue sumando intereses a deudas muchas veces incobrables por malograrse los cultivos de caña de panela por la sequía. El futuro del sector está en los subproductos de la caña de panela como en el área de alimentos, cosméticos, panadería y repostería, dulcería y alimentación animal, cachaza y ripio. La innovación auspicia el consumo de panela en el interior, y exportar un producto que haya pasado las más exigentes pruebas de calidad. Utilizar energías más amigables, como el Biobando, el primer trapiche del país que genera su propia energía. El llamado ‘Efecto Panela’ no se ve en el sector, como se anunció oficialmente.
Los paneleros buscan competitividad y sostenibilidad, y se agremian en la Federación Nacional de Productores de Panela (Fedepanela), y en la Unidad Panelera Nacional, que reúne a los cultivadores de caña y los productores de panela en trapiches artesanales
A los consumidores de panela se les debe “concientizar que el color no determina la calidad de la panela”, agregó Fedepanela que propicia el I Encuentro Nacional de Empresarios Paneleros Líderes 2016.
@luforero4
http://www.radiosantafe.com/2016/09/01/sector-panelero-ingeniandoselas-para-no-derretirse/