Por Ricardo Solarte.
Hace más de 16 años salí de mi natal Putumayo. No veía cómo ser profesional, ni las fuentes de trabajo para ejercer… ni nada. Tenía frente a mí una tierra infinitamente hermosa pero azotada por el látigo de la indiferencia del Estado. Por fortuna para mí y mis coterráneos hoy la realidad es otra: Putumayo está ad portas de convertirse en la nueva frontera con nuestros vecinos ecuatorianos. En cinco años el paso fronterizo por San Miguel le quitará protagonismo a Rumichaca en Nariño, que hoy concentra el 70% del comercio entre los dos países. Putumayo participa apenas con un 30%, según la Cámara Colombo Ecuatoriana de Industria, Comercio e Integración.
Y no se trata de un optimismo desbordado de mi parte. Son realidades. Viajé hasta el puente internacional de San Miguel para cerciorarme por mi propia cuenta de lo que está pasando. Hay dos obstáculos que están siendo subsanados. El primero de ellos tiene que ver con la infraestructura. El abandono histórico de este departamento por parte del Estado había hecho que sus vías sean una vergüenza nacional. Pero ahora se desarrollan dos proyectos que dejarían al Putumayo con unas carreteras aptas para el comercio internacional: por un lado la vía de cuarta generación Santa Ana- Mocoa- Neiva, que ya se encuentra en la fase de preconstrucción y que estaría lista en cinco años. En total se van a intervenir 447 km con una inversión de 1,5 billones de pesos. Este trayecto ya está pavimentado pero aún es inestable y estrecho en algunos tramos. La idea es que se construyan algunos túneles, vías perimetrales, y dobles calzadas que lo hagan más rápido y seguro.
Desde Santa Ana al puente internacional de San Miguel la realidad es otra: la carretera es destapada, hay al menos 27 km sin pavimentar. La buena noticia es que a finales del año pasado el Invias adjudicó un contrato dentro del programa “Vías para la Equidad” por 115 mil millones de pesos, que tiene por objeto pavimentar este tramo, y que conectaría, por fin, a Ecuador con Colombia por el Putumayo. Las obras están en ejecución, aunque está por definirse qué hacer con el oleoducto de Ecopetrol que está al borde de la vía y que tendría que ser removido.
Entonces, la falta de infraestructura dejaría de ser un obstáculo cuando estos dos proyectos lleguen a feliz término. Ahora, lo segundo, y no menos importante, tiene que ver con la seguridad. Los industriales de Colombia y Ecuador no usarán esta vía de manera masiva hasta que no se genere confianza y el Estado les garantice que sus cargas no serán objeto del terrorismo por parte de los grupos armados al margen de la ley. Para bien de todos, Colombia está a pocos días de alcanzar, por fin, la firma de un acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC que ha tenido presencia histórica en este departamento.
Lo irónico es que aún con todas las dificultades, este paso es más competitivo si se compara con Rumichaca, por varios aspectos. Por un lado, el desplazamiento entre Quito y Bogotá se reduce en 8 horas por esta ruta (aún con el estado actual de las vías). Por el otro, hay un Centro Binacional de Atención Fronteriza (Cebaf) donde se concentran en un solo lugar todos los trámites en materia de exportaciones e importaciones. En este espacio, que está ubicado a tan solo cinco minutos del puente internacional de San Miguel (del lado ecuatoriano), tienen presencia oficinas de la Dian, Invima, ICA, y Migración Colombia. Y de parte de las autoridades ecuatorianas están: el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae), Agrocalidad, y las autoridades de migración.
Ver entrevista con funcionario del Cebaf
Como lo dice el funcionario del Senae, el trámite para exportaciones e importaciones es muy rápido (sólo 5 minutos). La ventaja es que están concentradas las ventanillas de las autoridades de los dos países en un mismo espacio, y así todo es más sencillo. El Cebaf es único en Latinoamérica, en Rumichaca aún los trámites deben hacerse dos veces: en las oficinas del lado ecuatoriano y también del lado colombiano. A pesar de todas estas ventajas la actividad no es la que se quisiera: semanalmente se realizan en promedio 60 operaciones de comercio (una tercera parte de lo que se registra por Rumichaca).
Los principales productos que pasan por esta ruta desde Colombia hacia Ecuador son: tapas de gaseosa, botellas plásticas, productos Familia, y materia prima de Yanbal, que luego regresa al país como producto terminado. Eso sin contar el crudo que pasa de manera permanente en carro tanques. Mientras que desde Ecuador hacia Colombia ingresa, principalmente, cemento. También hay un movimiento importante en materia de alimentos de la canasta familiar que circulan en ambos sentidos, pero que por tratarse de cantidades menores no se constituyen en operaciones de comercio exterior, esto debido al Acuerdo de Esmeraldas firmado entre los dos países.
La puerta de oro
Sí, ya sé que así le dicen a Barranquilla, pero es la frase que acuña el alcalde de San Miguel, Régulo Hernán Martínez, y que lo llena de esperanza para que su municipio, ahora sí, deje el atraso histórico y se convierta en “la puerta de oro” de Colombia. El alcalde está convencido de que lo que viene para su municipio, y en general para el departamento del Putumayo, son días mejores. Dice que la firma de la paz en la Habana sería solo protocolaría, pues en materia de seguridad esta ruta es muy tranquila y no se presentan alteraciones de orden público. Ahora solo hay que esperar a que las obras de infraestructura, que ya fueron contratadas, se lleven a cabo.
Ver entrevista con el alcalde Régulo Hernán Martínez
¿Y cómo ven a esta frontera los que saben de comercio exterior? Para Oliva Díaz Granados, Directora Ejecutiva de la Cámara Colombo Ecuatoriana de Industria, Comercio e Integración, aunque es lo deseable, la firma de la paz por sí sola no resuelve las cosas. “En materia de seguridad, el Estado debe ejercer su autoridad en todo el territorio nacional y asegurar a los empresarios que la gente no va a tapar las vías con una barricada. Además de la infraestructura necesaria, en la medida en que haya seguridad y presencia del Estado habrá confianza para que se use esta vía”, dice.
Para Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores (Analdex), sin duda la mayor utilización de este paso fronterizo será uno de los efectos colaterales del proceso de paz y de las inversiones en infraestructura que se están haciendo. Sin embargo, llama la atención sobre las ineficiencias que aún se presentan debido a los trasbordos de las mercancías de un camión a otro que se deben hacer en los dos lados de la frontera. “No es regulación de los Estados sino un tema netamente político que obedece a los intereses de los gremios transportadores de Colombia y Ecuador”, sostiene.
Luego de visitar el puente internacional de San Miguel regresé con el convencimiento de que es la hora del Putumayo. Aunque aún hay atraso, el mañana ahora se ve promisorio. Por eso quiero mostrar a los empresarios de Colombia y Ecuador una nueva opción para mover sus mercancías, un nuevo camino, una nueva frontera.
Ver acá mis conclusiones:
http://www.conexionputumayo.com/putumayo-frontera-de-paz/