Don Antonio Castro Días – Páginas Sueltas de un Maestro

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Mg. Gerardo Sánchez
Mg. Gerardo Sánchez

Por : Mag. Gerardo Franco Sánchez Narváez.

Les confieso que no resulta difícil escribir una minibiografía de un personaje cuando su vida y hechos son diáfanos y bien definidos ante el público.

Don Antonio Castro perteneció a la clase popular. Si bien con ideales altruistas destacábase en él un pensamiento empresarial. Nació un 15 de Febrero de 1.915 en Gualmatán ( Nariño ). Sus padres fueron José María Castro y Rosa Díaz. Llegó por trocha a Mocoa con unos amigos. Contrajo matrimonio con la señora Catalina Viteri, quién falleció por su avanzada edad. Posteriormente en unión con doña Luz Aurora Meléndez Hoyos tuvo varios hijos, que en la actualidad unos son políticos y otros connotados educadores y administradores de empresas.

Desde temprana edad se dedicó al trabajo y con sus ahorros en un primer momento instaló puntos de venta de licores en dos barrios de la ciudad.


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Paralelamente acometió otros proyectos como la fábrica de baldosas que por su calidad competían con la marca Pmorán de Pasto y que hasta ahora se las puede mirar en el piso de Cencopi de propiedad de Iván Viveros Chaves, en la esquina del parque General Santander diagonal al cuartel de la Policía Nacional.

También vendía cemento, bloques y postes para la energía. En el periódico “ El Putumayo “ del mes de Julio de 1.965 dirigido por don Julián Acosta Z., que se encuentra en el archivo personal del colega integrante de la APH ( Academia Putumayense de Historia ) señor Edilberto Erazo Castillo, en una de sus páginas se encuentra el siguiente aviso: “ FABRICA DE BALDOSAS “ MOCOA “. Económicas, resistentes, lujosas, insuperables, acreditadas. Visítenos y admire nuestros magníficos y numerosos productos en nuestra Fábrica del barrio Sangoyaco, para tener el placer de atenderlos como Ud. se merece. ANTONIO CASTRO. MOCOA-PUTUMAYO.”

También causó impacto la aparición de la empresa de gaseosas INGANA que dió trabajo a varias personas. Mi amigo Jorge Fuerbringer Bermeo cuenta una anécdota sobre la publicidad de esta bebida. Dice: “ Marco Antonio Torres Garzón, el Angelito, me llevó a donde un señor joven, de piel morena y muy amable y le pidió que me patrocine para la carrera en bicicleta que se realizaría el domingo siguiente. Este señor dijo que con mucho gusto y me insinuó que pasara antes de la competencia por una camiseta y una pantaloneta que él mandaría a hacer para mí. Recuerdo que cuando miré la camiseta me gustó mucho, tenía el nombre de su pequeña empresa de gaseosas INGANA. En ese momento me sentí seguro e importante. En la competencia corrí como nunca en una bicicleta que arquilé por una hora y gané. Me presenté a donde don Antonio, mi patrocinador. Me felicitó, destapó una botella de Ingana que me la brindó y me obsequió un billete de cincuenta centavos. Bastante dinero para un adolecente.”.

Fue líder del partido conservador y electo concejal con buena votación. Era admirador y seguidor de las ideas del Doctor Alvaro Gómez Hurtado. Cuando lo asesinaron los enemigos de la paz se celebró una Eucaristía por el descanso de su alma, a cuya ceremonia asistió distinguiéndose entre la numerosa concurrencia con un traje completo de color azul oscuro.


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Un domingo de elecciones el Directorio Municipal Conservador, que en esos tiempos si tenía poder, nos comisionó a don Antonio y a mí para que en un bus escalera trajéramos a votar a la gente de las veredas Campucana y San Antonio. A las cinco de la mañana recibimos de manos de doña Delfina Rivera una bandera azul de grandes proporciones que la aseguramos al vehículo y marchamos a nuestro destino. Apenas nos vieron los que esperaban se subieron a la chiva y como no alcanzaron en el interior unos se treparon al segundo piso, mientras otros quedaban con el cupo para el segundo viaje porque eran conservadores. Cuando descendíamos a la ciudad, en lontananza miramos unos vehículos con banderas de otro partido. Don Antonio se incorporó y con voz fuerte insinuó a nuestros amigos que apenas lleguen debíamos saludarlos con un “ Adiós y que les vaya bien, porque no se trataba de una pelea sino de una contienda democrática.

Su hija Luz Marina agrega que ya subido en años, lo acompañó al Banco a solicitar un préstamo para montar una fábrica de curtiembres y jabones, pero el señor Gerente no se encontraba en la ciudad y olvidó con el tiempo ese propósito. Afirma que don Antonio con su madre Luz Aurora Meléndez Hoyos permanecieron pendientes del hogar, hecho que repercutió en los hijos y por eso permanecen unidos.

Don ANTONIO CASTRO DIAZ falleció en Mocoa el 9 de Julio de 2008.


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