Por Silvio López Fajardo
Desde tiempos inmemorables se ha tratado el tema de la vida espiritual de los árboles o las plantas, se dice que unas son más sagradas que otras y poseen poderes mágicos, para limpias, desbloqueos, conjuros, purificación, buena suerte, hechizos, para ahuyentar los malos espíritus y protectores o guardianes de nuestra vida.
De esta manera, la humanidad y en especial los pueblos originarios de la Amazonía han usado por descendencias estas hermosas plantas, en esencias que se extraen de las flores, cortezas, hojas, frutos, semillas, raíces y resinas, de los cuales se engendra el poder de la pureza espiritual de las plantas misteriosas,con sabiduría milenaria como el Yagé. En su particularidad consagradas en un misterio vital universal de esperanza y propósito, que condena a la felicidad de las generaciones universales sin límites.
Por lo tanto, lo propio del hombre como habitante del planeta tierra, señala a que debe reconocer a las plantas como entes espirituales y de concentración de energía del cosmos, vegetaciones que están en este mundo para contribuir en la vida de los seres vivos y desde luego en su perpetuidad física y espiritual. De este modo en la tierra existe en los árboles viejos con proles, que se reconoce como la familia, tatarabuelos, padre, madre, hijos, hermanos y nietos, este parentesco dentro del bosque virgen hacen que estos árboles hayan crecido fuertes aun desde su espíritu teniendo en cuenta que en el sitio en que viven comparten sus alimentos, felicidades y sufrimientos. Los árboles cuando son separados para llevarlos a otros territorios, casi no crecen y se marchitan, ya que estos no reciben el amor de su familia, viven tristes, son otros victimas del desplazamiento antrópico.
Es de saber que las plantas de por si con su fotosíntesis hacen parte del equilibrio ecológico de la madre tierra. Por lo tanto espiritualmente las plantas buscan desde la raíz el crecimiento de la armonía universal. Pero aquí el hombre ha sido el coautor determinante de los genocidios forestales ocurridos aún en la Amazonia Colombiana, miles de árboles masacrados, desgarrando su espíritu y ocasionando en los arboles un dolor abominable aun por las bestias de la oscuridad del universo.
En este escenario los árboles hacen parte de la colectividad de los bosques y para nuestro caso los selvas de la Amazonia, los cuales contribuyen en la sostenibilidad de la madre tierra, los árboles son hospederos de miles de insectos y animales silvestres únicos en el Mundo, estos bosques en su límite divisorio de aguas, donde genera gran cantidad de metros cúbicos de este elemental preciado por los seres vivos. Asimismo el bosque ha hospedado la humanidad quienes por milenios han logrado el uso y manejo del mismo, especialmente han concentrado elfortalecimiento de conocimientos tradicionales y culturales de las tribus originarias quienes dependen de la vida del bosque nativo.
Es por estos hechos milenarios es en la que debemos de aprovechar para contribuir al fortalecimiento espiritual para salvar la tierra y se hace necesario iniciar en el Sur de la Amazonia a identificar estrategias que permitan a la comunidad a consolidar acciones para reconocer la fuerza espiritual de cada planta o árbol que se encuentra a la margen de nuestra conciencia.
Las generaciones de los bosques Amazónicos se concentran en que se haya conseguido la perpetuidad de la existencia de los mismos, resultado del derecho que poseen los árboles al reconocimiento de su espiritualidad desde los pueblos originarios, que desde sus ceremonias se ha logrado aún mantener la necesidad de adoptar a los árboles como hijos de la madre tierra y hermanos de la humanidad.
Bajo estas ideas, es pertinente que se inicie la valoración espiritual de los árboles, con el propósito de conocer su dimensión energética y la relación que implica con el hombre, es necesario comprender y reconocer a los árboles como seres con vida quienes sienten y se duelen lo que les pasa a su alrededor. Es necesario entender que ciertas especies de árboles o plantas poseen poderes mágicos reconocidos por el hombre desde tiempos arcaicos, entre algunos de ellos tenemos: El Eucalipto, Palo Cruz, Canela, Cedro, Limón, Pino, entre otros, que nos permiten fortalecer el uso de la fuerza espiritual de la selva.
Por lo tanto, el estudio sugerido a parte del uso espiritual de las plantas, otras poseen un uso para la vida diaria de las personas, de los animales y de acuerdo al interés de uso que tenga cada árbol o especie, se podría iniciar por permiso de la selva un proceso de fortalecimiento al crecimiento y productividad de la planta, teniendo en cuenta que cada especie posee un espíritu viviente que debe ser reconocido por el hombre. Por lo tanto, como una propuesta es realizar un proyecto de sostenibilidad Espiritual del bosque Amazónico que depende de la relación armoniosa que pueda tener el hombre con las plantas, principio espiritual de las comunidades nativas de este territorio, quienes viven por y para la madre tierra.