Por : Jaime Erazo
El contraste entre las campañas para senado y cámara y la campaña para presidente es evidente, abismal. La pobre actividad proselitista desplegada a favor y en defensa de la reelección da lugar a formular ciertos interrogantes:¿Dónde están sus promotores? ¿Por qué tanto silencio? ¿Las encuestas los tienen asustados? ¿Y de la organización qué? ¿Existe oportunismo político? ¿Los opositores de la reelección dicen lo que dicen y nadie dice nada? ¿Qué está pasando?
Algunos elementos de la diferencia
En las campañas para senado y cámara, los medios de comunicación estaban saturados de propaganda política, las calles y las avenidas permanecían contaminadas visualmente con enormes vallas, el estridente y fastidioso perifoneo convirtió a las pequeñas cabeceras municipales en un mercado persa, las pobres “caseadoras” diariamente invadían por oleadas los barrios y veredas ofreciendo a su manera candidatos panacea para todos los males,las ciudades eran un basural de afiches y volantes, los programas radiales saturaban a los radioescuchas mañana, medio día, tarde y noche…En fin, todos, absolutamente todos trabajaban por su causa.
Lo que está pasando
Ahora pasa todo lo contrario, pareciera que “seguro mató a confianza” porque para que ésta prospere requiere de responsabilidad, colaboración e iniciativa pero ninguna de ellas se ve por alguna parte:quieren ganar indulgencias sin asumir responsabilidades, la colaboración entre los partidos de la Unidad Nacional es de dientes para afuera y de la iniciativa “nanay cucas”.
La guerra sucia y sus consecuencias
Por otra parte, la guerra sucia en la campaña por la presidencia de la república está tocando límites inimaginables, sin precedentes en la historia reciente de Colombia. Por lo que se oye y se ve, las campañas negativas y su devastadora publicidad van a tener un gran peso en su definición. De las propuestas programáticas ni hablemos, pasaron a ser parte de la historia proselitista, pues da mayor resultado el “engrupir” al electorado ardides argumentales y con el atizamiento del odio visceral que se carga desde las mismas guerras de independencia.
El silencio y la inactividad política o proselitista han permitido que los opositores al presidente candidato ganen adeptos entre los miembros y simpatizantes de los partidos y movimientos políticos que apoyan la reelección, pues, sus defensores y promotores, “ni chus ni mus”, “ni suenan ni truenan”.
Interrogantes sin respuesta
¿Dónde están los que desde la barrera han proclamado la reelección del doctor Juan Manuel Santos? A decir verdad, suenan y truenan cuando viene alguna personalidad como el candidato a la vicepresidencia Germán Vargas Lleras. En esas ocasiones se pelean por estar en primera fila, por hacerse notar, discursear y recibir elogios muchas veces inmerecidos ¿No será que les pasa lo que al diablo que “cuando reza engañar quiere?
Pasada la visita, los de Bogotá vuelven al paradisiaco reino del clientelismo y la “mermelada” a continuar engolosinados con las mieles palaciegas del poder. Por su lado, los de acá,se dedican a esperar las pocas migajas que puedan quedar del banquete y del ponqué.
Estamos a escasos días de la primera vuelta y ni los de allá, ni los de acá, ripostan o responden con vehemencia ante los ataques de la extrema derecha en contra de la reelección y de procesos históricos fundamentales para la vida, la paz y la convivencia de los colombianos.
Lo ideal
Lo ideal sería que en los días que faltan se reagrupen las fuerzas democráticas y emprendan una intensa y masiva ofensiva política que permita tomar posiciones políticas estratégicas para derrotar ventajosamente a las fuerzas de la oposición.
El próximo 25 de mayo es la oportunidad para comenzar a castigar en las urnas a los escandalosos que tanto daño le hacen a la democracia y comenzar a transitar, como país, por un camino menos belicoso.
Jaime Armando Erazo VillotaMiembro del Colegio Nacional de Periodistas
Seccional Putumayo