Por : Pablo Tisoy
A las 5 de la mañana comienza el día con un canto de un gallo, que grita retumbando BIENVENIDO AL VALLE DE SIBUNDOY, Ubicado al sur de Colombia, en el departamento del Putumayo (conocido como alto putumayo) este mágico valle integrado por 4 municipios alejados y separados por un hermoso paisaje que solo es verde, rodeado de montañas grandes y espesas nueves. Uno de estos municipios es SIBUNDOY, este mágico paisaje a sido milenariamente habitado por Indígenas Kamentsas e Ingas como me cuentan las personas de la zona, llegue a este lugar buscando donde está la Biblioteca Pública Kamentsa, y la gente me decía siga caminando, queda en el colegio Bilingüe, abajo en la Vereda las Cochas, a 40 minutos caminando de la zona urbana queda ubica la Biblioteca; en el camino todos los días te encuentras personas muy amables, que con una mirada profunda y una voz pura, te saludan con un Buenos días o un Basti (saludo Kamentsa),pasan muchas motos, muchas bicicletas, y a los lados de una carretera de herradura encuentras campesinos labrando la tierra (monocultivos), mientras te vas adentrando, llegas hasta una parte donde hay un letrero que dice, Resguardo indígena Kamentsa, y comienzas a ver miradas de indígenas por todo lado, mayores cultivando la tierra, pajaritos volando, quebradas que pasan cantando con voz de felicidad.
Cuando llegas al colegio Bilingüe, la bienvenida te la dan, niños corriendo, jóvenes recibiendo su clase de tejido, otros de cultivo de chagra (policultivo tradicional), otros tallado en madera, y al fin llegas a la biblioteca (con una dotación única, con espacio agradable, los libros a la mano del lector, y con la tecnología básica a la orden de quien la necesite) y es ahí donde te saluda una mujer Indígena (Claudia Jacanamijoy) que con su mirada ya está dispuesta ayudar a toda persona que vaya; al momento, un sitio rodeado de muchos duendes que cuidan este hermoso valle; me presento, y cuento sobre el proyecto, y comienzo desde ahí, ese 1 de agosto a caminar para promocionar la Biblioteca; así que al día siguiente, busco entes donde pueda informar, que hay biblioteca pública para todos, y es Kamentsa, a base de esto, comienza al día siguiente un movimiento impresionante, y comienzan los duendecillos a llegar, como a recibir agua el sediento. Llamo la atención de los asistentes a la biblioteca con un sonido de una Quena (flauta andina), todos miran a ver ¿qué pasa?, y con un cuento (llamado el tío conejo) comienzo a trabajar con gusto, las actividades de la biblioteca incrementan, cada vez a los niños y los jóvenes que asisten les comento que deben pasar el voz a voz de que la biblioteca está viva y los está esperando, porque es un lugar de encuentro, donde puedo Jugar, hablar, contar, puedo hacer arte, música, compartir con respeto, y que es un lugar para que asistan sus papitos, tanto mamá como papá y que puede ir todo el mundo, familia y amigos.
Algunos días hay una lluvia que te acompaña todo el tiempo, otros cuando sale el sol y está en su pleno esplendor te llena de calor humano, porque pueden asistir más gente a la biblioteca, pero de todas formas siempre hay movimiento, las personas asisten con la expectativa de que más pasa en la biblioteca, y todo esto va encaminado a promocionar la visita a los libros, a darles vida, y así ya van llegando más pajaritos que quieren emprender el vuelo con la lectura y con las actividades que se hacen en la biblioteca.
A las 8 de la mañana comienza mi día en la biblioteca, hasta el mediodía la biblioteca es concurrida por estudiantes, profesores, y algunas personas que pasan a ver que está ocurriendo, luego del medio día, los niños y jóvenes comienzan a llegar, unos a ver videos, otros a leer, otros a charlar, y me doy cuenta de que tan pronto, ya hay frutos que la biblioteca está cultivando.
Hay dos niños; son hermanos que viven en una vereda llamada Llano grande; ellos al salir de su escuela que queda a escasos 10 minutos de la biblioteca corren a escuchar y hacer las actividades que se proponen, uno de ellos se llama Willi (8 años, pero parece de mas, con su energía, su cara picarona de piel de bronce, con su risa de carcajada tímida, y muy educado te saluda con un apretón de mano o con un abrazo)y su hermano menor Jesús, dice (me llamo Jesús pero me dicen chucho)(chucho con sus 6 años, su optimismo siempre llega buscando una hoja papel para dibujar los libros que más le gustan, y los cuentos que le he narrado), este par de duendecillos, Indígenas de Corazón, de espíritu, de piel, de mirada, siempre llegan corriendo a la biblioteca, y con su cabello largo y su sonrisa de oreja a oreja dicen, ¿qué cuento nos va a contar hoy?, ¿qué vamos a dibujar?, y ¿qué juego nos tiene para hoy?, eso lo dicen mientras entregan los libros que prestaron el día anterior, esa sonrisa esa mirada, esa sangre fluyendo en espíritu, me permiten llenarme de más y más energía para compartir, para que su pensamiento se llene de lindas y sanas ideas, de paz, de luz, de armonía y amor, para que ellos tengan el conocimiento arraigado a sus territorio, para que el conocimiento comience a fortalecerse desde lo local de manera única y pura para que así reciban la información global y universal con una sonrisa y con un agradecimiento así como ellos lo dicen aspay (gracias en lengua kamentsa)
Tomado de : http://www.bibliotecanacional.gov.co/blogs/blog/2013/08/24/cronicas-de-un-paraiso-anunciado-parte-1/