El Abarco se extingue

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«En Colombia, la especie se puede encontrar en el bajo Putumayo, en la Amazonía…»

ElDiariodelOtun

El Abarco es uno de los pocos tesoros ecológicos de Colombia y una de las especies nativas más promisorias del país dada su excelente dureza y una similitud sorprendente en apariencia con algunas valiosas especies africanas.

Se conoce como Abarco porque desde la época colonial los campesinos sacaban de la corteza el material para sus abarcas o rústicas alpargatas.

Este árbol, escaso por el momento debido a la alta explotación y tala de bosques para comercializar, es perteneciente a la familia de las Lecythidaceae poco investigadas en el país.


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Se puede encontrar facilmente en Panamá, Colombia, Venezuela, Guayanas, el norte del Brasil y algunas zonas de Costa Rica, aunque versiones más recientes sostienen que su distribución natural es Panamá, norte del Chocó, el medio Magdalena y la zona de Tibú.

Nace en las regiones permanentemente húmedas con temperatura superior a 24 °C, además se encuentra entre los 50 y 800 metros sobre el nivel del mar.

Su hábitat

Este árbol que puede alcanzar más de dos metros de diámetro y hasta 40 metros de altura, se destaca por tener base recta con aletones pobremente desarrollados, equiláteros y extendidos, es fisurado y de color café presenta forma circular, corteza lisa y ofrece grandes tiras que se desprenden fácilmente.


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La especie tiene hojas pequeñas de aproximadamente siete centímetros de largo y tres de ancho.

En Colombia, la especie se puede encontrar en el bajo Putumayo, en la Amazonía, en el norte del Chocó y el valle del Magdalena, Atrato y Sinú, más específicamente en las estribaciones de serranías tales como las Abibe, San Jerónimo y Ayapel ubicadas en la cordillera occidental, la Serranía de San Lucas en la cordillera central, la Sierra de los Motilones en la cordillera oriental y la Serranía de Baudó.

Por lo tanto es una de las especies más importantes aunque las cifras en cuanto a la existencia de hectáreas no reflejen esta condición. Gracias a su durabilidad en la industria maderera, la explotación de esta especie es muy grande para tan pocas especies nativas y por ello está en peligro no sólo un tesoro nacional por sus condiciones de uso sino por su rentabilidad económica.


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