Por: Sorrel Aroca
Los reclamos de la gente que aun no ha podido solucionar lo básico de la emergencia ocurrida en el municipio de Orito el pasado 16 de agosto por un vendaval que afecto alrededor de 2 mil familias en orito es reflejo de la falencia en materia de organización que tenemos en los municipios.
Es necesaria una mayor inversión en este sentido que involucre a las instituciones locales y en especial a la comunidad.
Es escaso el conocimiento que la gente tiene sobre la forma y los procedimientos para atender una emergencia como la sucedida, si bien todas instituciones se ponen de inmediato en la tarea de responder a los eventos y acuden, las dificultades en la coordinación no permiten solucionar de manera oportuna los requerimientos básicos.
Por ejemplo a pesar del liderazgo de la secretaria de gobierno departamental, de la coordinación departamental del riesgo se acudió casi de inmediato, se hizo el sobrevuelo para evaluar la dimensión de las consecuencias del vendaval y con el clopad municipal mas la información aportada por los organismos de socorro y la comunidad en general se pidió ayudas para las primeras mil familias reportadas y fueron aprobadas de inmediato, por la Unidad Nacional de Riesgo en Bogotá, las cuales no se pudieron despachar si no hasta el día martes por la restricción vehicular del puente festivo por lo cual no se pudo hacer nada efectivo al respecto, luego encontramos bloqueos en la vía Mocoa Pitalito que también retardo la ayuda.
Los mteriales llevan tres noches en las instalaciones de la Asociación de Juntas de Orito (Asojuntas) y tampoco han podido ser entregadas debido a que no esta lista la logística para realizar entrega. Sumado a eso el desconocimiento de la gente sobre como acceder a las ayudas dificulta la logística por que los funcionarios a cargo deben ocupar parte de su tiempo en explicar a los damnificados los procedimientos, para generar confianza, ya que en el imaginario de muchas personas esta la idea de que las ayudas pudieran ser entregadas solo a los amigos del alcalde José Luis Angulo, cuando la realidad es que lo gestionado es para toda la comunidad afectada.
Entonces resulta evidente hacer mayor inversión en términos de organización para tener unas instituciones preparadas y una comunidad lista para responder adecuadamente a estos eventos. Con este ejemplo de los hechos descritos del municipio de Orito, refleja lo ocurrido en cada uno de los municipios que a lo largo de este año han padecido tragedias.
Quiera Dios no nos ataquen tragedias mayores hasta antes de estar preparados.