Sobre el dolor de pérdida

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Jaime Erazo <br>Buenos Aíres. Argentina

El mirar los hechos dolorosos tal como son trae como consecuencia su aceptación y superación. Ante críticas situaciones, como un mecanismo de defensa generalmente se recurre a buscar justificaciones o chivos expiatorios. Solo personas maduras, objetivas, sobrias, profundamente reflexivas, pueden ver y aceptar una situación como es por más dolorosa que sea.

El dolor por la pérdida de algo es natural a todo ser humano, no hay excepción, lo importante es tener la capacidad para mirarla sin temor, tal como es, repasarla una y otra vez hasta lograr entenderla estableciendo las causas que le hicieron posible y sus consecuencias, así como también, ver el lugar, el rol o papel desempeñado dentro de ella para luego asumir una actitud responsable. De ésta manera se logra alcanzar la objetividad que se requiere para su superación y quitar el poder destructivo que la situación dolorosa tiene sobre la persona o grupo de personas.

El pasado 30 de octubre el Partido Liberal Colombiano perdió las elecciones para gobernación causando “dolor de pérdida” en los más de 33.000 miembros y simpatizantes que participaron activamente del proceso electoral. La pérdida de las elecciones es un hecho doloroso que hay que mirarlo tal como es, identificando objetivamente lo que se hizo o se dejó de hacer para que ella fuera posible, despojándose de emocionalismos, odios y rencores que quieran empañarla.

Hay que comprender que se cifraron muchas esperanzas y expectativas en el candidato del partido y su propuesta programática, salud, educación, vivienda, empleo, infraestructura, saneamiento básico, cultura, deporte, recreación, medio ambiente y acción social, entre otras, que hacían parte de una excelente propuesta que se puso a consideración del electorado junto a otras propuestas que también proponían alternativas para mejorar o solucionar problemas o atender necesidades del departamento.


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A los miembros y simpatizantes del Partido Liberal Colombiano que efectivamente votaron por la propuesta avalada por la colectividad hay que reconocerles su entereza, disciplina, sacrificio, pero sobre todo, su identidad, pertenencia que fue el fundamento de su leal actuación. Contrario a lo que se diga, su voto fue un voto valioso, consciente, pues lo dieron pensando en función de la sociedad y de cada una de sus comunidades. De ninguna manera deben sentirse mal por haber cumplido con un deber y con un derecho consagrado en la constitución y en la ley.

Es innegable que se ha ganado en el conocimiento y la experiencia política que se requería para que en el futuro inmediato se logre una organización política más democrática, más incluyente y más participativa. La situación hay que verla como la oportunidad que la colectividad tiene para corregir lo que haya que corregir, cambiar lo que haya que cambiar y mejorar lo que haya que mejorar para reemprender el camino que la democracia señala y que la constitución y la ley permite, asumiendo siempre una actitud respetuosa, responsable y constructiva.

La pérdida de las elecciones de ninguna manera implica la desaparición del Partido Liberal Colombiano, en el orden municipal y departamental sigue siendo una fuerza política importante con reales opciones de poder. En el nivel nacional, los resultados electorales confirman que hoy por hoy se ha vuelto a constituir en la primera fuerza política del país.

La democracia ha dado su veredicto, como demócratas debemos respetarlo, acatarlo y apoyarlo en todos los aspectos que beneficien a la sociedad y a las comunidades conservando los principios doctrinarios, las propuestas programáticas y la autonomía de la organización política de la colectividad que impone la necesidad y el deber de la unidad.


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Buenos Aires, 7 de noviembre de 2011


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