No nacieron en Valledupar, no han sido bautizados en ninguna de las iglesias del Cesar y la Guajira, algunos ni siquiera conocen la costa colombiana, pero interpretan el vallenato como si fueran sido paridos en la plaza Alfonso López, templo sagrado del vallenato en Colombia.
Estos artistas “cachacos” que hoy interpretan la acordeón con una destreza imprimiendo en cada nota un sentimiento del sabor dulce de las melodías vallenatas, los cantores que matizan cada canción con su estilo propio y sin la necesidad de emitir ni esforzarse para parecerse a los grandes cantores como Diomedes, Poncho, Oñate, Villazon entre otros, son hoy los que irrumpen en el escenario vallenato en Colombia.
Pero claro que para que este fenómeno musical se diera, varios de estos “Cachacos” aprendieron de grandes maestros como Alfredo Gutiérrez, Omar Geles, Emiliano Zuleta, Juancho Rois, entre otros y que lo aprendido lo pusieron en practica cuando tímidamente ejecutaban cualquier instrumento insignia del vallenato en las frías madrugadas de Bogotá en serenatas con canciones propias del folklore infaltables para conquistar a una enamorada, para pedir perdón o de cumpleaños o simplemente para amenizar una parranda de costeños cantada y tocada por músicos del interior.
El primer cachaco en a parecer dentro de la música vallenata como cantante fue Jairo Serrano el “Opita de Oro”, gracias a él a su voz los músicos del interior se abren paso en este mágico mundo musical.
A finales de los 80 inicio de los 90, comienza a llegar una camada de jóvenes provenientes de la provincia de los departamentos del Cesar y Guajira, todos ellos con casta y legado vallenato con aspiraciones de ser abogados, odontólogos, médicos, etc y matriculados en diversas universidades capitalinas. Dedicados a sus estudios de lunes a viernes y viernes por la noche con instrumentos al hombro al rebusque musical en tabernas y fiestas familiares, no solo por ganarse unos cuantos pesos, sino, porque el amor a su folklore le exigía no perder la costumbre de entonar y cantar esas canciones vallenatas que los unía imaginariamente a sus raíces, a su terruño. Me refiero a Fabián Corrales, Morre Romero, Peter Manjarrez, Felipe Peláez, Silvestre Dangond, Julián Rojas, Penchy Castro entre otros, hoy la mayoría de ellos grandes figuras de la muisca vallenata.
Pero ustedes lo que no saben que la mayoría de los músicos que acompañaron los inicios de estas figuras fueron precisamente los músicos “cachacos”.
Hoy esos músicos son estandarte musical del vallenato con sus propias agrupaciones musicales incursionando en el mercado del disco ahora CD, como el caso de Oscar Pinzón y Mario Díaz, dos “cachacos” con mas de 20 años de experiencia musical, que ya comienzan ocupar primeros lugares con su trabajo titulado “Nuestra Felicidad”, con su objetivo musical “Como Ninguna”, felicitaciones a estos músicos que pasaron por agrupaciones vallenatas de prestigio como Alfredo Gutiérrez, Ottos Serge, Diablitos, Hermanos Zuleta, Jorge Celedon.
Felicitaciones y que viva el Vallenato Cachaco con sabor costeño.-