Elpais.com.co | Colprensa –
María Nuby Escobar, madre del patrullero León Fernando Peña Escobar, quien resultó muerto en el ataque a una patrulla de la Policía en Putumayo, recordó cada instante vivido con su hijo hace apenas cinco días cuando el uniformado la visitó. llevaba un año y cuatro días de no verlo porque se encontraba trabajando en varias partes del país.
La apesadumbrada mujer está inconsolable desde que se enteró de la fatídica noticia de que uno de los uniformados que entregaron su vida por defender una población colombiana al sur del país, era su hijo.
“Le doy gracia a Dios porque me permitió tenerlo en mi casa los últimos días de su vida acá con nosotros, él nos visitó el pasado lunes y le doy gracias al cielo porque estuvo muy contento, se reunió con los primos, los amigos y compartimos acá en la casa, se tomaron unos tragos y se acostaron como a las 2:00 a.m. felices porque mi chinito había vuelto”, dijo la madre mientras tomaba una foto en sus manos.
Recordó cada uno de los detalles que tuvo su hijo de 22 años, al despedirse el pasado lunes, pues tenía que presentarse ante su comando en el departamento del Putumayo.
“Él se despidió muy diferente esta vez, abrazó a la hermanita de una manera muy especial, fue un abrazo profundo como nunca se lo había dado y a mi viejito (el esposo) lo abrazó y le dio un beso en la boca, lo que él nunca había hecho en su vida y le dijo mi viejito lo amo mucho, es como si mi chinito se estuviera despidiendo Dios mío…”
La mujer reprochó el actuar de la guerrilla y dijo que no tienen corazón en el pecho o que si lo tienen pareciera que fuera de piedra porque son conscientes del dolor de causan y sin embargo insisten en esta guerra.
“No entiendo por qué esa gente no tiene corazón, por qué acaban con la vida de niños, porque mi hijo era apenas un niño de 22 años que estaba empezando a vivir hasta ahora, por qué acaban con la vida de seres que le están haciendo un bien a la humanidad, yo no guardo rencor en mi corazón porque arriba está Dios y él hará justicia, pero este dolor no se lo deseo a nadie”, expresó.
No dudó en asegurar que este dolor tan grande la tiene muy mal, pues a esta pérdida se suman la de sus padres y un hermano que murieron recientemente. “Mi hijo se llevó una gran parte de mi vida, ya no lo voy a volver a ver, no lo voy a volver a escuchar, ya no lo puedo abrazar…”.
Por su parte, el comandante de la Policía en el Meta, coronel Marco Tulio Avendaño Lara, dispuso de un grupo interdisciplinario de profesionales para que acompañen a toda la familia en su dolor.
“En nombre de los 3.500 hombres y mujeres de la Policía del Meta les manifestamos nuestro saludo de condolecía y de apoyo, hemos dispuesto de psicólogas y médicos para que hagan todo lo pertinente para acompañar a esta familia de un héroe de la patria, los vamos a tomar entre nuestros brazos y los vamos a apadrinar”, aseguró el alto oficial.