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Putumayo fue el único departamento en que los verdes triunfaron en primera y segunda vuelta. Los analistas invitados por los noticieros de televisión, al final de la jornada electoral del domingo, se apresuraron a explicar este fenómeno como una respuesta a la intervención que ordenó el Gobierno Nacional sobre DMG. De ser cierta esa argumentación, ¿cómo explicar que quien escribe esta columna haya encabezado la lista que obtuvo la mayor votación a la Cámara de Representantes, no obstante haber advertido públicamente sobre los riesgos de las operaciones de DMG y haber sido cuestionado por los clientes y directivas de la misma?
Reducir el triunfo verde a un voto de protesta contra el presidente Uribe por la intervención de DMG es ligero y oculta factores que conviene develar. Para empezar, el Gobierno ha pavimentado más kilómetros de carretera que todos los gobiernos anteriores; los beneficiarios de los programas Familias en Acción y Familias Guardabosques suman miles en la región; en tanto que Antanas Mockus solamente visitó el Putumayo entre la primera y la segunda vuelta.
Quizás el Gobierno desconoce que la legitimidad no solo se logra construyendo carreteras y ampliando la cobertura de los programas sociales; esta, ante todo, se logra a través de la puesta en marcha de políticas públicas que sean el resultado de la interacción con las comunidades, en el marco de procesos deliberativos, que permitan generar confianza. Luego de la ejecución del Plan Colombia, un centenar de organizaciones campesinas, sin ánimo de lucro, conformadas para llevar a cabo los proyectos productivos, viven hoy la frustración del abandono de la cooperación internacional, y ahora la Dian les recuerda que debieron declarar y que están sujetos a sanciones. Hoy el Gobierno muestra con orgullo la sustancial reducción de las extensiones de los cultivos de hoja de coca en Putumayo, y claro, ello es motivo de orgullo, pero debería ser motivo de preocupación la ausencia de alternativas de desarrollo rural en la región, que la tienen sumida en la pobreza más absoluta, en tanto que los campesinos putumayenses, con indignación, se enteraron de todo lo que ocurrió en el centro del país con la entrega de los subsidios y créditos de Agro Ingreso Seguro. Desde hace años, un puñado de dirigentes campesinos de Putumayo han venido pidiendo ser escuchados para concertar un modelo de desarrollo rural campesino, y miles de víctimas, ahora que se desmovilizaron los paramilitares y que la guerrilla ha sido reducida, esperan una política integral de reparación.
Así las cosas, el triunfo verde, liderado en la región por académicos y organizaciones sociales, más que una protesta fue una expresión espontánea en procura de que la opinión pública y el Gobierno Nacional entiendan que Putumayo necesita mucho más que políticas de erradicación de cultivos de uso ilícito. Al señor presidente electo, Juan Manuel Santos, le expreso mis felicitaciones por su victoria y a la vez le transmito la expectativa de desarrollo integral que tiene el pueblo del Putumayo.
Guillermo Rivera Representante liberal a la Cámara por Putumayo