Los tesoros del cacao

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Un grupo de investigadores de Corpoica, las universidades de los Andes y del Amazonas andan con el agua hasta el cuello. Ya deben haber bajado por el río Caguán hasta su desembocadura con el Caquetá, y deben estar iniciando su regreso hacia la bocana del Orteguaza, que cae en la localidad de Solano. Líderes veredales conocedores de la región son el principal apoyo que tienen nuestros expedicionarios para enfrentar los rigores de la selva y lograr su cometido: encontrar cacaos.

La región divisoria entre los ríos Caquetá y Putumayo es considerada por la literatura científica como una de las fronteras perdidas del origen de los cacaos silvestres de Suramérica. Desde 1950 hasta hoy, esta zona estuvo aislada para la ciencia por el conflicto armado. La expedición Cacao Bio, que nuestros investigadores acaban de emprender, tiene un gran valor histórico y científico. Gracias al apoyo del programa Colombia Bio, que lidera Colciencias, planificamos los operativos y se emprendió la expedición más importante sobre biodiversidad en cacao que se de haya desarrollado en el país.

En unas semanas nuestros expedicionarios se trasladarán a la manigua del Chocó biogeográfico que, por su endemismo e historia evolutiva más reciente que la cuenca del Amazonas, les permitirá, probablemente, descubrir nuevos especímenes silvestres de cacao que serán esenciales para la reconstrucción evolutiva de la especie.

Desde la creación de Corpoica, hace 25 años, hemos organizado y nutrido una colección de bancos de germoplasma de cacao (Theobroma, Herrania y especies silvestres) que hoy cuenta con más de 500 especímenes. Su propósito principal es salvaguardar la biodiversidad de este patrimonio genético de Colombia para generaciones futuras y desarrollar investigaciones que nos permitan identificar fuentes genéticas que mejoren la productividad, resuelvan problemas fitosanitarios y de inocuidad del producto final, e incluso hallar nuevos sabores y aromas para que el cacao colombiano siga brillando a futuro. Los inventarios y reportes que resulten de esta expedición alimentarán las bases de datos colombianas e internacionales entregándole a la comunidad científica mundial información clave en el marco de nuestros compromisos bajo el convenio sobre la Diversidad Biológica de 1992.


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Pero el tema no termina ahí. Corpoica y las distintas universidades que acompañan la expedición cuentan con el conocimiento y las competencias para lograr un abordaje más complejo de la biodiversidad y la ecología de la especie. No solo se investigará sobre las plantas, sino su relación con los polinizadores, plagas y enfermedades, así como con microorganismos benéficos.

Es así como el sistema de bancos de microorganismos que administramos se nutrirá de nuevas colectas que hacia adelante nos permitirán desarrollar conocimiento y tecnologías novedosas para manejar mejor este cultivo, y quién sabe para qué más.

Resulta conmovedor ver las fotos de nuestros expedicionarios emparamados, picados por bichos, con la cara congestionada por el calor, pero con una enorme sonrisa, resultado de la felicidad y el orgullo que les genera lo que hacen por su país. Igualmente maravillosas son las imágenes de sus hallazgos: cacaos con flores hermosas y mazorcas exóticas resistiendo el ataque feroz de monilias y otras enfermedades. Toda esta aventura se está documentando para que los colombianos nos podamos acercar a esta experiencia y gozar de los frutos de nuestra biodiversidad y lo que significa ir dejando atrás el conflicto.

Tomado de : Portafolio


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